El Producto Bruto Interno (PBI) es un indicador económico que refleja el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un país o región en un determinado periodo de tiempo, generalmente en un año.
El objetivo es del PBI es medir la riqueza que genera un país. En la Argentina su medición sistemática comenzó en 1955, según señala economista Mario Rapoport.
Para poder calcular el PBI de un país deben conocerse todos los bienes y servicios finales que ha producido el país y sumarlos, es decir, que es un cálculo largo y complejo. Hay algunos elementos que no se incluyen en él debido a la imposibilidad de contabilizarlos, como los bienes de autoconsumo o la economía sumergida. Cuando la tasa de PBI aumenta, es decir, cuando el PBI calculado es mayor que el calculado en el año anterior, se dice que la economía del país en cuestión ha crecido. Si la tasa de variación es mayor a cero, hubo crecimiento económico, de lo contrario hubo un decrecimiento económico. Sin embargo, a veces es necesario transformar los valores a nivel país en valores a nivel individual.
El PBI per cápita permite visualizar cuánta riqueza se crea o existe por persona dentro del país. También llamado ingreso per cápita o renta per cápita, este valor es un indicador económico que mide la relación existente entre el nivel de renta de un país y su población. Para calcularlo, se divide el PBI del país entre el número de habitantes.
El objetivo del PIB per cápita es obtener un dato que muestre el nivel de riqueza o bienestar de un país en un momento determinado, pero no es un reflejo de la realidad, sino un valor que intenta dar una idea de la relación entre el nivel de ingresos de un país y su población. Con frecuencia se emplea como medida de comparación entre diferentes países, para mostrar las diferencias en cuanto a condiciones económicas.
El PBI per cápita suele ser criticado por no aportar información suficiente y simplificar la realidad económica del país o territorio determinado. El cálculo ignora por completo aspectos como la desigualdad en el reparto de riquezas y en educación dentro de un territorio, la renta per cápita no es capaz de demostrar el auténtico nivel de vida de un ciudadano. Esto es particularmente destacado en países en donde la economía, desde un punto de vista macroeconómico, crece, pero el poder adquisitivo de sus habitantes disminuye o se mantiene igual.
Según datos del Banco Mundial, actualizados hasta abril de 2021, Argentina es una de las economías más grandes de América Latina, con un PBI de aproximadamente u$s 450 mil millones. Sin embargo, según los datos del Banco Mundial, "la pobreza urbana en Argentina sigue siendo elevada alcanzando un 42,9% de la población en el segundo semestre de 2020, con un 10,5% de indigencia y una pobreza infantil (niños menores de 14 años) del 57,7%". El cálculo del PBI per cápita de Argentina en 2021 será inexacto debido a que hace muchos años no se realiza un censo, con lo cual la cantidad de habitantes actuales se hace a partir de una proyección del censo 2010.