Crisis en el mercado de bonos: el rally récord se derrumba ante los temores inflacionarios

Los mercados de renta fija están revirtiendo las ganancias de principios de año tras un 'baño de realidad' sobre la senda de las tasas de interés.

El rally sin precedentes de los mercados mundiales de bonos de principios de año se ha desvanecido a medida que los crecientes indicios de inflación persistente obligan a los inversores a revertir sus opiniones sobre la probable evolución de las tasas de interés.

En las primeras semanas de 2023, los inversores se abalanzaron sobre la renta fija ante la expectativa cada vez mayor de que la Reserva Federal estadounidense y otros grandes bancos centrales pusieran rápidamente fin a su agresiva campaña de endurecimiento de la política monetaria.

El índice de Bloomberg de bonos gubernamentales y corporativos de alta calidad subió hasta un 4% el mes pasado, su mejor comienzo de año.

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Pero ese repunte ha desaparecido después de que un inquietante informe sobre el mercado laboral estadounidense a principios de mes iniciara una racha de datos económicos mejores de lo esperado a ambos lados del Atlántico, echando por tierra las expectativas de que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo estuvieran a punto de ganar su batalla contra la inflación.

La consiguiente suba en los rendimientos de los bonos también ha afectado la recuperación del mercado bursátil, con el S&P 500 perdiendo un 2,7% en la última semana.

"Michael Metcalfe, responsable de estrategia macroeconómica de State Street, afirmó que la relajación de la política monetaria que esperaban los mercados hace unas semanas "parecía un poco fantasiosa".

El mayor cambio de tendencia se ha producido en Estados Unidos, tras conocerse que los empresarios crearon más de medio millón de puestos de trabajo en enero, casi el triple de lo previsto por los economistas, y que el crecimiento de los precios al consumo se situó en el 6,4%, también por encima de las previsiones.

El viernes, el indicador preferido de la Reserva Federal para medir el incremento de precios -el gasto en consumo personal mensual- subió un 0,6% de diciembre a enero, por encima de las previsiones.

Los mercados de futuros, que anteriormente habían reflejado las apuestas de que el banco central estadounidense reduciría las tasas dos veces este año, ahora predicen que subirán a 5,4% en julio, con -como mucho- un solo recorte a fines de año.

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"A principios de año, los mercados se adelantaron a los recortes de la Fed, con la esperanza de que el ciclo terminara antes", afirma Idanna Appio, gestora de carteras de First Eagle Investment Management.

"Los inversores apostaban a que la Fed lograría reducir la inflación con éxito y rapidez. Creo que este proceso va a llevar más tiempo del que la gente pensaba", agregó.

En otro reflejo del cambio de sentimiento, los flujos de los fondos de renta fija se han invertido en las últimas semanas, sobre todo en el extremo más arriesgado del espectro crediticio.

No se sabe de dónde va a venir la próxima crisis, pero probablemente no sea de los bonos: ¿por qué?

Los bonos de mercados emergentes, que se dispararon en enero, registraron la semana pasada las mayores salidas desde octubre, según datos de JPMorgan. A escala mundial, más de u$s 7000 millones se han fugado de los fondos de bonos corporativos con calificación 'basura' en lo que va de febrero, según datos de EPFR, tras las entradas netas de u$s 3900 millones de en enero.

Para mantener la deuda corporativa de alto rendimiento y baja calificación, los inversores exigen una prima más alta que el mes pasado, cuando el entusiasmo del mercado hizo disminuir la preocupación por los defaults de deuda.

El abismo entre los rendimientos de los bonos basura estadounidenses y de los bonos del Tesoro se acortó hasta 0,87 puntos porcentuales desde la víspera de Año Nuevo, para situarse en 3,94 puntos porcentuales a mediados de enero. Pero ese diferencial se ha ampliado desde entonces a 4,3 puntos porcentuales.

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John McClain, gestor de carteras de Brandywine Global Investment Management, afirmó que las tasas se mantendrán en un nivel superior al previsto "en un futuro previsible".

"No prevemos bajadas de tipos en 2023, por lo que eso acabará provocando tensiones en los segmentos más arriesgados del crédito", afirmó.

El cambio en las expectativas de los inversores supone un reconocimiento de la insistencia de la Fed desde principios de año en que las tasas se mantendrían altas durante un periodo prolongado. Una encuesta realizada a funcionarios de la Fed en diciembre mostraba que esperaban que los costos de endeudamiento terminaran el año en torno al 5,1%.

Ni bonos ni acciones: en qué se supone que los inversores pueden confiar ahora

Ahora, algunos analistas se preguntan si las propias previsiones del banco central son demasiado conservadoras.

"Existe una posibilidad real de que superemos el 6%. Si los datos siguen mejorando, existe una posibilidad real de que la Fed esté por detrás de la curva en este momento y que las tasas tengan que subir más de lo previsto", dijo Calvin Tse, jefe de estrategia macro para las Américas de BNP Paribas.

Algunos grandes inversores afirman que las recientes ventas son una señal de que es demasiado pronto para apostar por los bonos; es probable que ese momento llegue más avanzado el año.

"Por supuesto, la Fed recortará las tasas en algún momento, pero el mercado estaba tratando de adelantarse a ello... y fue muy, muy prematuro", dijo Sonal Desai, director de inversiones de Franklin Templeton. "Sigo pensando que es un año muy bueno para la renta fija. Simplemente no creo que estemos ahí todavía".

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