Un "golpe" en el PJ, las dudas sobre Macri y el festejo de Milei frente a sus nuevos enemigos
Milei celebra el apoyo de Estados Unidos y el FMI pero también la pelea con los gobernadores de la que se retroalimenta. El 'Patagonazo' avanza para quedarse con las regalías mientras el PJ busca cómo confrontar y se mueve en espasmos, al ritmo de otros opositores
El huracán Javier Milei despierta tormentas en todos los espacios políticos. Cuando Alberto Fernández dejó Madrid todavía era presidente del PJ. En Ezeiza se enteró de la reunión convocada para desplazarlo.
Habló con casi todos los participantes del encuentro que el jueves tuvo lugar en el PJ: con el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, que preside el Congreso partidario; con el diputado Santiago Cafiero; con Juan Manuel Olmos, titular de la Auditoría General de la Nación, y con la exgobernadora catamarqueña Lucía Corpacci a quien muchos proponen para coordinar una Comisión de Acción Política que inicie el proceso electoral interno. En la práctica sería una conducción colegiada en reemplazo de Fernández.
El expresidente no quiere renunciar. Pide garantías para la elección interna y cree que no es el momento cuando está en efervescencia el discurso antipolítica de Milei. Probablemente tampoco quiera irse por la puerta de atrás, convencido de que, excepto por la inflación, el resto de los índices que dejó son mejores que los actuales. Suele citar que cerró con la desocupación en 5,4%.
En los próximos días anunciaría su decisión, con la excusa de próximos viajes para dar conferencias, charlas y clases en el extranjero. "Si las charlas me demandan estar yendo y viniendo quizás tome licencia", comentó el expresidente a sus interlocutores sin dejar de mostrar la molestia por el apuro en convocar a una reunión la víspera de su regreso.
En la calle Matheu sus vice y autoridades partidarias gestaron un virtual golpe a su investidura. Además de Insfrán, Cafiero, Olmos y Corpacci estuvieron el gobernador Axel Kicillof; el riojano Ricardo Quintela; los senadores Juan Manzur y Eduardo 'Wado' de Pedro y Cristina Álvarez Rodríguez.
El expresidente estuvo a punto de romper su público silencio. Pero no por el PJ sino por las denuncias contra Juan Grabois y el FISU, programa de obras en barrios populares que manejó Fernanda Miño desde la secretaría de Integración Sociourbana. Desde Madrid llamó por teléfono al líder de Patria Grande y le ofreció salir en defensa de su honor.
Recordó que Miño era tan cuidadosa que subejecutaba el presupuesto y que incluso en una oportunidad habló con ella para que acelerara los procesos. Como con Cristina Kirchner, Fernández sufrió destrato público de parte de Grabois pero se tomó en forma personal las denuncias que luego desmintió Sebastián Pareja, el actual responsable del área.
Fernández volvió solo y para evitarle malos tragos a su pareja, Fabiola, y a su hijo Francisco: prefiere que sigan viviendo en España. Antes de regresar recibió una advertencia de la Guardia Civil según la cual lo estaban siguiendo. Está convencido de que el Gobierno argentino no es ajeno a lo que percibe como una maniobra de persecución.
El PJ, Máximo Kirchner y otra 'renovación'
En la provincia de Buenos Aires varios aceptaron a regañadientes la convocatoria de Máximo Kirchner a Cañuelas. De todos modos emitió un comunicado que se subió al reclamo del gobernador del PRO y una foto fuerte, rodeado de intendentes y dirigentes de todo el distrito que disimularon ausencias notorias.
En diciembre hubo un pacto para sostener la unidad y guardar silencio hasta el fin del verano. Lo rompieron Kicillof y algunos de sus ministros -con Andrés Larroque a la cabeza- cuando se sumaron a la marcha del 24 de enero convocada por la CGT y las dos CTA. Esa movilización obligó a La Cámpora y al Frente Renovador de Sergio Massa a participar.
Otra vez fue Cristina Kirchner quien tomó la posta cuando publicó su carta contra la dolarización y la gestión de Milei. La siguieron Máximo Kirchner convocando al PJ en Cañuelas y Mariano Recalde y Víctor Santa María llamando a una reunión partidaria en la sede de la UMET. El dilema de todos es cómo pararse frente a un Javier Milei que avanza sin miramientos.
En la pelea que dan los gobernadores, un adversario del hijo de Cristina Kirchner encontró una opción. Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría que quedó primero en una encuesta de imagen positiva, almorzó el viernes con Martín Llaryora, gobernador de Córdoba al que algunos miran con deseos de líder de la renovación.
Gray mantiene un fluido vínculo con Llaryora y también con el intendente de Córdoba, Daniel Passerini, que encabezó los reclamos de los jefes comunales por la quita de fondos para el transporte. "En Córdoba está el futuro, en Cañuelas el pasado", se le oyó tras el almuerzo mediterráneo en referencia a la cumbre convocada por Kirchner.
El discurso mileista de festejo
La disputa con Ignacio Torres y la provincia de Chubut podría serle útil a Milei que celebró que "la casta" se haya unido en su contra. "El presidente, mientras tuvo señal, estuvo literalmente cagándose de risa leyendo los tweets sobre el papelón de Nachito" escribió en redes Santiago Oría cineasta y publicista del relato Milei que se retroalimenta a través de la disputa.
Hasta Elisa Carrió reapareció casi resignada. Explicó en tono académico que Milei busca "la destrucción del Estado" y que como anarcocapitalista no reconoce ni a intendentes ni al Congreso. Tampoco a los gobernadores.
Por lo mismo que ella lo critica muchos lo siguen con admiración. Y Milei repite a su entorno que llegó para cambiar todo. Su discurso sigue siendo mesiánico: para sostener su plan mantiene su campaña permanente y preferiría irse antes que ceder en lo que quiere.
Casi en términos bélicos los gobernadores provinciales, UCR, PRO y de Unión por la Patria se alinearon en defense del más joven, el chubutense Ignacio Torres. La única y ya no tan sorprendente excepción fue la del tucumano Osvaldo Jaldo que parece desplazar a Ricardo Bussi en la estima de Milei. La drástica derrota que sufrió el hijo de Domingo Bussi recibió castigo y le pidieron que no asuma su banca y que construya en su provincia.
Durante el frustrado tratamiento de la Ley Bases los jaldistas se alinearon con la Casa Rosada. Este viernes Jaldo dejó pasar la oportunidad de acompañar a sus pares. Tampoco Tucumán firmó el comunicado que motorizó Verónica Magario entre vicegobernadores.
El rol de Mauricio Macri
Ignacio Torres es disrruptivo. En algo se parece a Milei: le ganó a los políticos históricos de su provincia, primero superando la interna a la UCR y después la general al peronismo. No tiene miedo, desafió a que lo lleve preso la Gendarmería; enfrentó al ejército de trolls, el arma más letal del Gobierno, y confrontó con el dialoguista Guillermo Francos y el intransigente Luis 'Toto' Caputo.
Con sus pares de provincias hidrocarburíferas avanza en un plan para retener las regalías en origen, liquidar con las empresas y luego distribuirlas. Lo habla especialmente con las patagónicas donde se encuentra la mayor reserva que permitiría la recuperación de la Argentina.
Mauricio Macri sabía. En su entorno aseguran que no habilitó la estrategia y que en cambio le pidió a Torres que esperara. Aunque se reunió a solas el jueves por la noche con el chubutense y con el entrerriano Rogelio Frigerio, Milei sospecha menos del expresidente que de Horacio Rodríguez Larreta. Lo demostró el despliegue de fotos, memes y comentarios que lanzaron los libertarios en contra del exjefe de Gobierno, aunque también compartió comentarios en contra de Macri.
Otra vez fue Santiago Oría, que viajó a Washington junto con Milei, quien descargó su artillería. Lo que tal vez no sepa el Presidente es que Torres dejó de hablarse con Larreta.
Milei mandó una señal a través del comunicado de la Oficina del Presidente en el que pone en igualdad de condiciones a Jorge Macri y Axel Kicillof. Es evidente, como dijo la reaparecida Carrió, que para él todos forman parte de la "casta política".
Aunque ajuste con recetas mileistas Torres no puede gobernar sin un tercio de la coparticipación y amenaza con sentarse sobre los barriles de petróleo. La liga patagónica que conformó con Gustavo Melella (Tierra del Fuego); Rolando Figueroa (Neuquén); Alberto Weretilneck (Río Negro); Sergio Ziliotto (La Pampa) e incluso el santacruceño Claudio Vidal se activó de inmediato.
Vidal había tenido una buena charla con Milei y suele acompañar a los patagónicos con perfil bajo y sin participar de las reuniones. Este viernes fue el primero en hablar: "Si avanzan sobre una provincia van a avanzar sobre otras más" advirtió.
Guillermo de la Torre
Es una locura todo esto.