Apenas arrancó 2024 y la inflación ya tiene grogui a los salarios
Los sueldos siempre tiene un "efecto dos caras". Porque por un lado quedan victimizados por la buena cantidad de cuerpos de ventaja que le termina sacando la inflación año tras año, aunque por el otro siempre se utiliza al peso de la masa salarial como argumento para justificar los aumentos de precios. De un lado reciben toda la solidaridad que podría recibir alguien que se cruzó a Mike Tyson en un mal día, y del otro son marcados como el mal de todos los males.
En épocas de inflación descontrolada como la actual, esta bipolaridad se hace todavía más notoria. Y mientras los salarios están viendo desde hace un mes una degradación en su poder de compra, ya se advierte que las paritarias que varios gremios comenzaron a cerrar, tendrán un efecto inflacionario.
En términos generales, según el IARAF, los sueldos privados perdieron apenas 1% respecto de la inflación, contra el 15% que registraron los públicos. En el arranque de este año, en tanto, la ecuación es compleja, a tal punto que Ecolatina habla de que solo en el primer trimestre del año el poder del bolsillo se reduciría un 10%, ya futuro la situación tampoco parece alentadora.
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Fin del experimento y hora de construir una alternativa
Esto, incluso, pese a las paritarias que varios gremios ya están comenzando a cerrar -en algunos casos mensuales, como la Uocra, que recompuso un 20% en enero- lo que amortiguará el golpe. Este panorama, claro está, no será igual para todos, y no son pocos los que advierten que "la foto es a hoy; si la inflación no se contiene, el panorama se agravará". Si siempre se dijo que la inflación subía por ascensor y los precios por escalera, ahora tal vez esa caminata por los escalones incluso será más lenta.
En medio de esto, además, el Gobierno patea la convocatoria del Consejo del Salario, donde se debe discutir nada menos que el nivel mínimo de ingreso con el que se debe tomar a un empleado en blanco. Hoy ese piso es de apenas $ 156.000, por debajo de los $ 160.453 que precisa una persona para no caer en la pobreza, y apenas por encima del doble de los $ 77.890 de la barrera para no ser indigente.
Para ensombrecer el panorama, para enero y febrero no se espera una inflación muy diferente al 25,5% de diciembre. Y si la tendencia no cae de forma abrupta, marzo tiene garantizados dos dígitos. El gran misterio es cómo logrará el Gobierno el 9% que tiene previsto para abril.
En el medio, los bolsillos quedarán cada vez más malheridos y eso traerá consecuencias. Más gente al borde la pobreza y la indigencia, por un lado, y un menor ritmo de actividad de las industrias -ante la menor demanda- por el otro.
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