Análisis

Inflación: otra guerra que "no fue lo que esperábamos"

A un año de que Alberto Fernández declaró la guerra contra la inflación, fueron varias las batallas que dio el Frente de Todos. Cuáles fueron y qué resultados obtuvo.

El Presidente de la Nación resultó ser durante estos tres años y medio de Gobierno un experto declarador de guerras. El enunciado en alguna de ellas se volvió un boomerang. De todos modos, en otras, en las que el combate fue silencioso, la pelea dejó un saldo negativo para la Rosada.

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Hoy estamos a un año de su declaración de la guerra contra la inflación. En ese momento, 15 de marzo de 2022, al inaugurar la renovación de la estación Tortuguitas del tren Belgrano, Fernández dijo: "Espero esta semana podamos empezar a poner orden al tema de la tremenda deuda que heredamos. Y el viernes, empieza la guerra contra la inflación en la Argentina. Vamos a terminar con los especuladores."

Todavía nos preguntamos ¿por qué eligió el viernes? ¿Y de qué viernes se trataba? ¿Del que el calendario indicaba hace un año atrás? ¿O de alguno que aún no llegó?

Doce meses atrás estábamos a horas de que se conociera el índice del Indec (4,7%) y a un día de cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Un entendimiento que venía demorado por la atención que el organismo multilateral de crédito debía prestarle a la otra guerra, a la que dejaba cientos de muertos en Ucrania después de la invasión rusa.

Una guerra que ponía al mundo frente a la posibilidad de una crisis alimentaria y por la que la mayoría de los países vieron los índices de devaluación de sus monedas afectados. Estados Unidos de hecho, con un 6% interanual a febrero de este año y el Reino Unido con un 10% todavía se agarran la cabeza. Argentina pasó del 52,3% anual que tenía el día en el que Alberto plantó bandera al 102,5%, el doble, un año después. Combate perdido.

El Presidente arrancó su mandato en medio de una guerra interna. Al principio de su gestión eligió no hacerla pública.

Alberto había fumado la pipa de la paz con Cristina después de haber caminado senderos opositores al kirchnerismo , teniendo en cuenta sus orígenes dentro de la conformación de la coalición peronista y de su relación con Néstor Kirchner. Vio la oportunidad en la que solo Cristina podía ubicarlo. Entendió que era la posibilidad de representar la unidad en un frente que aparecía mucho más polarizado si era la hoy vicepresidenta, quien encabezaba la fórmula.

Probablemente la centralidad de Cristina, y su propia personalidad, lo llevaron a batallas diarias que le representaron una guerra puertas adentro de la Rosada.

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Vió como esmerilaban a quien resistió a capa y espada, su ex ministro de Economía, Martín Guzmán, casi una apuesta personal, a quien tuvo que soltarle la mano debido a la fuerte presión interna del ultrakirchnerismo, que le ganó la batalla. Al poco tiempo, y después de un fugaz paso de Silvina Batakis por Hacienda, llegó Sergio Massa. A la distancia, Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda quien en ese momento formaba parte del Gabinete, reconoció esta semana que "Massa llegó un día antes de que nos fuéramos en helicóptero", generando un paralelismo con el fantasma de De la Rúa y su huída, que varias veces dentro de la misma coalición de Gobierno agitaron puertas adentro sobre Alberto.

La guerra que le declaró al Covid no se lo llevó puesto porque el temor a un mal desconocido que provocó una pandemia global inédita en la historia, fue tan grande que la sociedad le perdonó que, en plena cuarentena, cuando los controles a la vida de las personas se chocaban con las garantías a las libertades individuales, hiciera festejos personales en Olivos cuando los ciudadanos comunes no podían despedir a sus muertos. 

Ni hablar de los 130 mil fallecidos que dejó el Covid en Argentina. Guerra perdida para Alberto si tenemos en cuenta su infeliz frase cuando empezaban a verse los números de una economía resentida por el encierro: "prefiero 10% más de pobres y no 100 mil muertos". Logró las dos cosas, y con creces.

La guerra a la pobreza tampoco la ganó. Aumentó 5 puntos en los últimos 3 años.

La guerra contra el narcotráfico, según el ministro de seguridad Aníbal Fernández, también se perdió.

Ahora el camino lo enfrenta contra una de las empresas proveedoras de energía eléctrica. Edesur. El gobierno busca llevar a los dueños de la compañía a la justicia por los delitos de defraudación, abandono de persona y entorpecimiento de los servicios públicos. Los más de cien mil usuarios que se sintieron a la buena de Dios durante estos días de temperaturas récord para el mes de marzo más la idea de que Nicolás Caputo, el "hermano" elegido por Mauricio Macri pueda quedarse con parte de la compañía lo pusieron en pie de guerra con una empresa que ya anunció que retira sus inversiones de Argentina.

Hace dos meses el Presidente habló de una inflación "autoconstruída" porque según dijo "está en la cabeza de la gente". Su portavoz tuvo que salir a explicarlo para frenar las críticas a quien hace un año le declaró la guerra al gran flagelo de la Argentina.

Hoy pasamos la barrera del tan temido 100, y la misma funcionaria tuvo que reconocer que el número fue "malo, malísimo". "No era lo que esperábamos", aseguró.

El Presidente de todos modos, aún no habló del tema ni del resultado de una guerra que, a un año de haberla declarado, lo dejó de mínima con dolor lumbar.

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