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Guía de inversiones: cómo proteger los ahorros de la incertidumbre argentina en 2024

Ante un escenario global desafiante, el clásico riesgo argentino se potencia en un contexto de grave deterioro económico. Los inversores privilegian hoy los activos con menos volatilidad.

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Tomar decisiones en contextos inciertos. Un doble click que ningún inversor desearía tener que estar en posición de hacer. Pero así se presenta el escenario 2024 y, por supuesto, lo que queda de este 2023 que ya va despidiéndose. El mundo sigue rumiando con problemas que no termina de resolver en materia económica: inflación, menor crecimiento, conflictos bélicos, balances que no convencen y tasas de interés en los países centrales que se mantienen en los limites más altos de las ultimas décadas.

¿Nuestro metro cuadro, en el hemisferio más sur del globo? Colmado de interrogantes en las puertas de un fin de ciclo y la antesala de un nuevo gobierno, que, al cierre de esta edición, aún no se había definido en el balotaje del 19 de noviembre pero que, más allá de los nombres y los métodos, tiene por delante el desafío de ordenar la economía y volver a ganarse un lugar en el concierto mundial, del que está ausente.

El clima no es el ideal para los inversores. Sin embargo, el dinero no se queda quieto. Nunca descansa y necesita buscar lugares, mercados, activos, refugios donde alocarse según el perfil y necesidades de las manos que lo manejan.

236.619.103 es el volumen total operado en lo que va de 2023, según datos del mercado. Exhibió un crecimiento interanual del 221,97%

Con la idea de armar un tablero de ideas, APERTURA consultó a más de 10 especialistas para conocer qué alternativas -incluso, en la incertidumbre global y la imprevisibilidad local- pueden defender mejor el capital.

Panorama global

"El contexto internacional, en 2024, seguirá siendo muy complejo. Los conflictos y la geopolítica continuarán teniendo un rol preponderante y, en función de ello, los mercados podrían reaccionar con bastante volatilidad", resume Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores. Subraya que, adicionalmente, "habrá elecciones en los Estados Unidos, lo que sumará otro factor de incertidumbre".

"Las principales economías desarrolladas evidencian hoy caminos divergentes. Mientras que Europa y China muestran señales débiles de crecimiento, en los Estados Unidos, la actividad luce resiliente y hay una inflación en descenso, que invita a pensar en una convergencia a la meta", define Nicolás Max, director de Asset Management de Criteria.

"La inflación núcleo en los Estados Unidos, que llegó a un pico del 8 por ciento el año pasado, retrocedió consistentemente hasta situarse en la zona del 3 por ciento en la medición trimestral anualizada. Esto se acerca al objetivo de la Reserva Federal, que, a pesar de haber aumentado fuertemente las tasas de interés, teme todavía por los precios en una economía relativamente fuerte. Un mercado de trabajo sólido y un importante impulso fiscal han postergado recurrentemente los escenarios de recesión que proyectaba el mercado", completa Max.

De lo general a lo particular. De lo que sucede en los países centrales a su efecto sobre la economía local, que, claro está, tiene además su propia y endiablada dinámica. Así van llevando la lectura los analistas. "En un escenario como el actual, con una tasa de interés en los Estados Unidos en niveles que no alcanzaba hace más de 20 años, sumado a la incertidumbre sobre la probabilidad de ocurrencia del debatido soft landing (aterrizaje suave) de la economía estadounidense, sugerimos cautela en el mercado", recomienda Maximiliano Donzelli, head de Research en IOL, con una mirada global que derramará luego al complejo escenario local

Javier Casabal, estratega de Renta Fija de Adcap Grupo Financiero, se para en el mismo punto. "Lo más relevante para los activos argentinos, a nivel del contexto internacional, es confirmar que la inflación en los Estados Unidos y en Europa se logró contener. En los últimos meses, hubo varias dudas respecto de esto, y la expectativa es que los Estados Unidos mantendrían las tasas altas por más tiempo. Si bien se espera que la Reserva Federal vaya bajando las tasas cortas desde el actual 5 por ciento hacia la zona de 4,50 por ciento para fin de 2025, el mercado lo puso en duda y las tasas más largas, como la de 10 años, llegaron al 5 por ciento, el máximo desde 2007", describe el escenario.

Powell, titular de la Reserva Federal, estuvo en la mira por las tasas de interés.

La incertidumbre que aún prevalece marcó el ritmo de los activos bursátiles en los primeros 10 meses de 2023. Al cierre de octubre y con marcada volatilidad, el S&P500 -el índice de las 500 empresas más grandes de los Estados Unidos- registraba una suba de solo 9 por ciento. El Nasdaq, que nuclea a las empresas tecnológicas, anotaba un 31 por ciento de alza, aunque con interrogantes hacia adelante, en el marco de balances corporativos con números por debajo de las proyecciones que había esbozado el mercado.

En el plano internacional, el Bitcoin tuvo un recorrido positivo para anotar y sacarles una sonrisa a los inversores que lo sostuvieron desde sus peores marcas. Al 31 de octubre, la moneda digital cotizaba a US$ 34.389, desde un arranque en la zona de US$ 16.600 en enero. Es decir, un 100 por ciento de ganancia en 10 meses.

Tasa en la mira

¿Por qué es tan importante para la economía argentina y para el devenir de los activos locales lo que suceda con las tasas de interés de los países centrales?

Por varias razones. Desde una mirada más localista, una de las causas es que los inversores tienden, siempre, a buscar el mejor rendimiento con el menor riesgo. Y, si una tasa atractiva puede obtenerse con los bonos más seguros del mundo, los incentivos para ir en busca de activos emergentes -y más riesgosos- disminuye. Y, si esos activos son de un soberano como la Argentina, con más de 2500 puntos básicos de riesgo país, un largo historial de incumplimientos y grandes desordenes macroeconómicos, que, para completar la escena, está inmerso en un recambio presidencial, el incentivo a tomar posiciones en la nación más austral del mundo es muy marginal para cualquier gestor de fondos.

Por otro lado, "las altas tasas de interés pueden significar un fortalecimiento del dólar y un freno a la actividad que podría tener un impacto relevante en los precios de las commodities", aporta Casabal. "En un escenario así, la Argentina enfrentaría más problemas para normalizar su economía porque tendría menos dólares disponibles y, a la vez, el financiamiento sería todavía más difícil de conseguir", redondea.

El contexto incierto lleva a los inversores a posicionarse en activos considerados "seguros".

Las tensiones internacionales impactaron en el precio del oro, un activo que tradicionalmente es considerado de cobertura ante climas inciertos. El valor de la onza superó los US$ 2000 a fines de octubre desde US$ 1800 en el comienzo del año (10 por ciento de suba). Los inversores que eligen cobertura en este commodity pueden hacerlo no sólo adquiriendo el metal sino a través de acciones de empresas vinculadas a él, como Barrick Gold, Harmony Gold, Pan American Silver o de los ETFs vinculados al oro.

¿Dónde posicionarse si la elección son activos extranjeros? "Los bonos del Tesoro ya ofrecen rendimientos que promedian 5 por ciento anual a lo largo de la curva. Consideramos esta tasa como atractiva, en vistas de una inflación en descenso y valuaciones poco apetecibles en la renta variable", puntea Max, de Criteria.

"Los riesgos mencionados de recesión que no se encuentran totalmente incorporados a los precios de los activos y los crecientes conflictos bélicos refuerzan el apetito por activos considerados seguros. Un posicionamiento en renta fija de calidad luce razonable para transitar este período. En resumen, favorecemos un posicionamiento en renta fija en detrimento de renta variable, incorporando bonos del Tesoro al portafolio", dice concreto el analista de Criteria, en relación a un inversor con estrategia global.

Surfear en la Argentina

En la Argentina, el clima electoral se extendió más allá de las elecciones generales de octubre y, al cierre de esta edición se aguardaba, en un clima de alta incertidumbre, el balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei.

Con independencia de los nombres, de quién resulte electo presidente y de las recetas que traiga bajo el brazo, la Argentina enfrentará un 2024 colmado de desafíos.

El ajuste, coinciden los expertos, será inevitable. La Argentina está enfrascada en sus propios problemas. No forma parte del concierto mundial, ni está en la agenda ni en la mira de los grandes inversores. El país se concentrará durante los próximos meses en salir de su estado de agonía. Recién después de tomar oxígeno y renovar el aire, podrá tener la pretensión de seducir a los dueños del dinero global.

"La dificultad para predecir resultados electorales en la Argentina y lo variado de la oferta, hace complejo realizar aseveraciones acerca del destino macroeconómico y cuál será el legado para el próximo gobierno", arranca su análisis Melina Di Napoli, analista Wealth Management de Balanz. "Sin embargo -avanza-, la acumulación de reservas y la aceleración de la inflación constituyen los principales escollos que el próximo gobierno deberá enfrentar".

"El plan de estabilización que presente el próximo gobierno debería estar en marcha para el primer trimestre de 2024 y, hacia el tercer trimestre, deberíamos ya saber si resultó exitoso en reducir la inflación o si, por el contrario, un rebrote inflacionario está en marcha", dice categórica Di Napoli.

En la hoja de ruta de quien asuma la Presidencia de la Nación el 10 de diciembre, debería figurar desarmar el entramado de múltiples tipos de cambio y estabilizar el mercado; ponerle freno a la inflación, que se encamina a cerrar 2023 cercana al 150 por ciento; lograr equilibrio fiscal; corregir las distorsiones de precios; y alcanzar acuerdos políticos para garantizarle gobernabilidad a quien asuma. Es decir, un cúmulo enorme de desafíos.

"Para la Argentina, el contexto, en comparación al mundo, es mucho más desafiante debido a la incapacidad que demostró para avanzar en una agenda de normalización que permita la integración comercial al mundo y la resolución de problemas como la inflación y los controles de capitales, que obturan la capacidad de crecer", postula Repetto, de Aurum Valores.

"El grado de incertidumbre actual del país es significativo y el próximo gobierno, sea del color político que sea, deberá lidiar con grandes desajustes macro en medio de la nominalidad más elevada de los últimos 30 años. ¿Qué implica esta aclaración? El inversor dispuesto a armar o mantener una posición en activos argentinos debe entender que está invirtiendo en activos de riesgo y, por lo tanto, saber que convivirá dentro de un escenario de alta volatilidad", lanza de entrada Pedro Siaba Serrate, head de Research & Strategy de PPI.

Ayelén Romero, analista de Rava Bursatil, es clara respecto de los desafíos 2024. "Será el primer año de gestión del nuevo presidente y los primeros meses, probablemente, continuarán con alta volatilidad y uno de los puntos más relevantes para tener en cuenta es la deuda en pesos", apunta, en referencia al gran volumen de vencimientos de bonos tanto ajustados por inflación (CER), como por tipo de cambio oficial, bonos duales y otros a tasa fija. "Este punto es fundamental, ya que la deuda podría inyectar preocupación en el mercado y volatilidad en sus instrumentos en pesos", indica.

"En cuanto a la deuda en dólares, en cambio, la situación es distinta, debido a que, por toda la curva, únicamente, hay un vencimiento de US$ 4300 millones en 2024, un monto que no se puede considerar relevante y al que, seguramente, la Argentina pagará sin mayores inconvenientes", aporta Romero e, inmediatamente, suma: "El año próximo, comenzarán las amortizaciones de pago de los bonos soberanos, por lo que es posible considerar que, actualmente, se encuentran en un buen precio de ingreso, en la zona de US$ 25 los AL30D"

El plan económico de Milei marcará el rumbo de la performance de las acciones argentinas.

Casabal, de Adcap Grupo Financiero, plantea que, debido a la alta incertidumbre esperada, recomiendan dejar afuera a los activos de riesgo mediano, que últimamente tuvieron una excelente performance pero que, justamente por este motivo, podrían ser susceptibles a fuertes correcciones, en un escenario de stress que no se puede descartar: "Creemos que activos como los bonos de la Provincia de Córdoba, o las ON de YPF están ‘caras' en términos relativos y conviene tomar ganancias tácticamente y esperar desde afuera, para buscar puntos de entrada más atractivos y con menor downside".

Baja volatilidad

Ignacio Murua, Portfolio manager de la Cuenta Administrada Cedears de Grupo SBS, pone sobre la mesa un primer consejo clave, que debería tener todo inversor argentino que no quiera correr riesgos excesivos en 2024. "En primer lugar, lo que debemos tener en cuenta a la hora de decidir qué hacer con nuestros ahorros en la Argentina es que, idealmente, deberían correr riesgos distintos de los que corren nuestros ingresos. De esta manera, resulta esencial poder disminuir el riesgo argentino cuando planificamos qué hacer con nuestro patrimonio".

Y los activos por excelencia que permiten a cualquier inversor -independientemente de su tamaño y, también, del volumen de su patrimonio- salir del stress de estar sentado sobre activos locales, son los Certificados de Depósito Argentinos (Cedears): ni más ni menos, que acciones de empresas extranjeras al alcance de la mano.

"La cartera recomendada de Grupo SBS del mes de noviembre tiene el objetivo de aprovechar las dinámicas que se ven en los mercados globales y mantener una cobertura sobre el tipo de cambio financiero. De esta manera, estamos aconsejando invertir en Cedears de sectores más defensivos y resilientes a una desaceleración económica global, al tiempo que lo combinamos con nuestro Fondo Común de Inversión SBS Estrategia, que invierte el 100 por ciento de sus activos en renta fija corporativa CER, dólar linked y hard dólar", detalla Murua.

Los Cedears -que, además, de sacar al inversor del riesgo argentino, le dan cobertura de tipo de cambio- estuvieron entre los activos preferidos de 2023. De acuerdo a datos de mercado, en lo que va del año, el 46,48 por ciento de las operaciones fueron en títulos públicos (empujados por la operatoria de dólar MEP), seguidos por Cedears (22,19 por ciento) y 12,20 por ciento en acciones argentinas.

Repetto, de Aurum Valores, sintetiza su mirada en dos estrategias posibles: "Consideramos que los inversores deberían optar por activos seguros. A nivel global, preferimos inversiones como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, que ofrecen buenos rendimientos en dólares. En el plano local, preferimos los activos en divisas, con foco en lo corporativo, y lo subsoberano o acciones del sector energético".

En su recorrido desde enero a octubre, las acciones lideres nucleadas en el S&P Merval tuvieron picos de grandes ganancias, acomodaron sus precios tomando ganancias y en el YTD cerraron octubre con un promedio de ganancia de 185 por ciento en pesos y 18 por ciento en dólares. Hora de ser muy selectivos con el equity argentino, hasta vislumbrar cómo impactan las medidas del nuevo gobierno en las empresas.

En ese contexto, Mariano Ricciardi, economista y socio de BDI Consultora, va por una cartera diversificada de acciones extranjeras de bajo beta, el indicador de volatilidad que usa el mercado financiero como referencia para medir el mayor o menor riesgo de una inversión. "Construir un portfolio de inversión que sea resistente a la alta volatilidad y la incertidumbre es un desafío que requiere un enfoque técnico y estratégico. Por eso, preparamos una cartera de 10 Cedears que podrían ser una opción sólida para atravesar periodos de turbulencia económica", explica.

"El objetivo principal de esta cartera es mantener un nivel de volatilidad inferior al del mercado", puntualiza y enumera las elegidas: Verizon, AT&T, 3M, Target, Bank of America, Coca-Cola, PepsiCo, P&G, American Express y GE.

Siaba Serrate, de PPI, remarca que el inversor conservador debe tener en cuenta que "invertir en la Argentina siempre conlleva un riesgo elevado; habiendo hecho esa aclaración, nosotros favorecemos bonos en dólares provinciales de buen crédito, como el de la Ciudad de Buenos Aires 2027. Es el único título en dólares de la Ciudad, rinde alrededor de 11 por ciento (TEA) y arrancará a pagar capital en junio 2025 (en tercios). Esta característica es interesante ya que esquiva pagos de capital en todo 2024, mitigando la probabilidad de stress para el distrito". Otras opciones de Siaba Serrate: bonos de la Provincia de Mendoza 2029 (17,2 por ciento TEA) o el Neuquén 2030 -no garantizado- (18 por ciento TEA)

Gastón Lentini, asesor idóneo en inversiones -con un rol muy activo en educación financiera-, deja dos menús sobre la mesa: "Los inversores que se hayan inclinado por un triunfo de Sergio Massa, pueden adquirir Cedears de Barrick Gold y Coca-Cola, aprovechando un buen precio de entrada en ambas firmas. Esa será la parte menos riesgosa de la sugerencia, sumando, para equilibrar su portafolio, acciones de Mirgor y Agrometal, esperando, en este caso, un acomodamiento del tipo de cambio oficial y una campaña agrícola mejor a las de los últimos años".

Ante un triunfo de Milei, sugería "tener en cartera acciones de YPF: la eliminación de los controles de precios multiplicaría los atrasados precios y los ingresos, licuando, a la vez, los costos; acciones de Cresud, que tiene negocios agropecuarios diversificados y, además, es la controlante de IRSA, líder en real estate; títulos de BYMA, que es el organizador del mercado que tanto crece; y bonos soberanos en pequeña proporción, particularmente, los AL30".

Di Napoli, de Balanz, va por los bonos corporativos como primera recomendación para los inversores entre conservadores y moderados. En su lista, hay tanto obligaciones negociables de empresas locales como corporativos extranjeros, a los que podrán acceder los inversores que operan en el exterior (una opción que hoy muchas ALyCs ofrecen desde la Argentina).

"Tanto a nivel global como local, tenemos alta convicción en la renta fija de calidad. Para lo que resta de 2023, se puede esperar que la tasa se mantenga en estos niveles o que suba un 0,25 por ciento adicional, encontrándonos en el techo del ciclo de suba de tasas", explica. Dice que, por eso, se empiezan a ver oportunidades en la parte media de la curva para asegurar rendimientos interesantes. Pero advierte: "Tomarle el tiempo al mercado es muy difícil y, por eso, seguimos cautos con mayor preferencia por bonos de los Estados Unidos por sobre los de América latina". Su sugerencia: Citigroup 2025, con un rendimiento del 6,6 por ciento anual, u Oracle 2026, con un retorno del 5,9 por ciento anual.

Subir el escalón

"En cuanto a los activos locales, el éxito o fracaso del plan económico del próximo mandato será condicionante para el precio de las acciones. En este sentido, nos mantenemos cautelosos, siendo nuestras acciones preferidas Aluar, Central Puerto, IRSA, TGS y Transener", agrega Di Napoli.

Romero, de Rava, tiene una mirada constructiva a mediano plazo sobre las acciones argentinas. Claro que no son aptas para un inversor conservador, pero sí pueden ser una alternativa a sumar en cartera de más riesgo. "Grandes empresas argentinas, en particular, las pertenecientes al sector energético, presentaron muy buenos balances y proyecciones, por lo que, aún sin dejar de lado la volatilidad, pueden ser una gran alternativa para disponer un porcentaje de la cartera", observa el analista.

La deuda soberana argentina, obviamente, es parte del menú para los que aceptan riesgo. "Vemos valor para inversores más agresivos y que tengan un horizonte de inversión mediano y largo. Las paridades de los bonos del Gobierno nacional son extremadamente bajas y deberían traccionar de manera positiva ante signos de recuperación económica y/o ajustes en las cuentas y el presupuesto del país para 2024 y posteriores", explica Murua, de Grupo SBS. "Creemos que la renta fija luce más atractiva en términos de riesgo/beneficio cuando la comparamos con la renta variable en su conjunto", opina el analista.

Finalmente, Siaba Serrate, de PPI, pone foco en las alternativas que podrían ser oportunidad para quien asume ese tipo de riesgo. "Dentro de los bonos soberanos, nuestra posición gira alrededor de una cartera con GD38 (40 por ciento), GD35 (40 por ciento) y GD46 (20 por ciento)".

Y explica: "El primero nos interesa por su indenture viejo, que ofrece una cobertura legal más robusta en caso de una potencial restructuración. El segundo (GD35) es el bono de menor paridad, pero exhibe la tasa corriente más elevada de toda la curva. En el caso del GD46, nos interesa que el instrumento presente una tasa corriente muy similar a la del GD35, pero también que comience a pagar capital en 2025". ¿Acciones? El experto señala, como sus colegas, al sector energético.

La versión original de esta nota se publicó en el número 359 de revista Apertura.

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