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La nueva pregunta de la Fed ya no es cuánto más subir las tasas, sino por cuánto tiempo

El titular de la Reserva Federal, Jay Powell, afirmó que el banco central de Estados Unidos procederá con "cautela" ante cualquier cambio en la política monetaria.

Desde que la Reserva Federal comenzó a subir las tasas de interés en su batalla contra la inflación hace 18 meses, el banco central de Estados Unidos ha dejado una cosa clara: todas las opciones de políticas deben mantenerse sobre la mesa en todo momento.

Desde las grandes subas de las tasas de interés -ha aplicado varias- hasta las repetidas advertencias de que podrían mantenerse altas durante un período prolongado, el titular Jay Powell se ha negado a descartar cualquier cosa que le permita a la Fed controlar las presiones sobre los precios, que han demostrado ser mucho más persistentes de lo que la mayoría de los economistas y dirigentes esperaban.

Powell se mantuvo en esa línea el miércoles, tras la última decisión del banco central de mantener su tasa de referencia en un máximo de 22 años de entre el 5,25% y el 5,5%, por segunda reunión consecutiva. Powell aprovechó una conferencia de prensa posterior para subrayar que las alzas adicionales seguirían siendo una opción si las condiciones económicas lo justificaban.

Powell mantuvo sin cambios la tasa de interés en su nivel más alto en 22 años

"La pregunta que nos hacemos es: ¿deberíamos subir más?", dijo Powell.

Fue una duda que quedó dando vueltas durante la conferencia de prensa y, sin embargo, Powell hizo pocos esfuerzos para sugerir que la Fed estaba preparando un nuevo endurecimiento. La conclusión de los principales economistas fue clara: es probable que, en esta etapa, el banco central haya terminado con la fase de suba de tasas de su histórica campaña de política monetaria. A partir de ahora, su atención no se centrará en cuánto deben subir las tasas, sino en cuánto tiempo deben mantenerse en niveles altos.

"El mensaje general es que la Fed quiere decir 'hemos terminado' y la vara realmente ha subido para un mayor endurecimiento", dijo Yelena Shulyatyeva, economista sr. de EE.UU. en BNP Paribas.

En este sentido, Powell destacó repetidamente que el banco central seguiría procediendo "con cautela" en las futuras decisiones sobre tasas de interés, teniendo en cuenta no sólo lo mucho que han subido desde marzo de 2022, sino también en medio de señales de que todo ese endurecimiento monetario está empezando a surtir efecto.

"Hemos llegado muy lejos con este ciclo de suba de tasas", dijo Powell. "Estamos procediendo con cautela porque podemos proceder con cautela en este momento. La política monetaria es restrictiva [y] vemos sus efectos".

Powell llegó a esa conclusión a pesar de una reciente serie de datos sorprendentemente sólidos que mostraban la capacidad de resistencia de los consumidores estadounidenses y la inesperadamente robusta demanda de trabajadores por parte de las empresas, una manifestación de la resiliencia de la economía que ha suscitado preocupación entre los economistas de que la reciente caída de la inflación pudiera estancarse o incluso revertirse.

Sin embargo, el miércoles Powell desestimó en gran medida esos temores, subrayando, en cambio, que la inflación estaba bajando, aunque los nuevos avances podrían "venir a cuentagotas y ser accidentados". Incluso señaló que la reciente aceleración del crecimiento del empleo había sido impulsada principalmente por el aumento de la oferta de mano de obra -un hecho que vio como positivo y no alarmante.

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Según los analistas, la mejora del contexto ha dejado a la Fed con un estado de ánimo mucho menos reactivo.

"El año pasado, como la inflación estaba tan lejos del objetivo, no pudieron darse el lujo de dejar pasar ni un solo dato fuerte. Casi tenían que responder todo el tiempo", dijo Priya Misra, gestora de carteras de JPMorgan Asset Management. "Ahora pueden ganar tiempo porque la inflación es más baja".

El fuerte endurecimiento de las condiciones financieras en los dos últimos meses, tras un repunte de las tasas de interés a largo plazo, también ha reforzado la opinión de que la Fed puede adoptar una postura menos dura en materia de tasas. El comunicado del Comité Federal de Mercado Abierto [FOMC, por sus siglas en inglés] del miércoles así lo afirmaba, subrayando que el endurecimiento de las condiciones financieras y crediticias "probablemente pesará sobre la actividad económica, la contratación y la inflación".

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Powell dijo que la política monetaria dependería en gran medida de la duración de los movimientos del mercado, que han visto cómo los rendimientos de la deuda pública alcanzaban máximos de varios años.

Torsten Slok, economista jefe de Apollo Global Management, dijo que no hay que subestimar las implicaciones de unos mayores costos de endeudamiento.

"En última instancia, las alzas de la Fed y el endurecimiento de las condiciones financieras seguirán aumentando las tasas de morosidad de los consumidores, incrementando las tasas de default de las empresas y presionando a la baja el crecimiento de los préstamos", afirmó.

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La preocupación de Slok es una "parada repentina" del gasto de los consumidores y de la actividad empresarial, que se convierta en una dolorosa contracción económica. Misra y Shulyatyeva también se preparan para el llamado aterrizaje brusco [hard landing] del próximo año.

De momento, los funcionarios de la Fed no prevén una recesión. Pero Powell sí reconoció que los riesgos de hacer demasiado poco para contener la inflación frente a hacer demasiado se habían vuelto más "ambivalentes".

Aunque la Fed parece encontrarse en una posición más cómoda en su batalla contra la inflación, los economistas advierten que la costa no está del todo despejada. Mientras Powell hablaba el miércoles, los mercados de renta variable subieron y los rendimientos de la deuda pública estadounidense bajaron, con lo que las condiciones financieras se relajaron ligeramente ese día.

Eso podría resultar problemático si los datos económicos siguen siendo sólidos, advirtió Richard Clarida, que anteriormente fue vicepresidente de la Fed y ahora trabaja en la gestora de bonos Pimco.

"Necesitan que las condiciones financieras se endurezcan para ayudarles a reducir la inflación", dijo. "La contracara es que cuanto más relajados parezcan a la hora de confiar en las condiciones financieras, más fáciles podrían terminar siendo".

Conseguir que la inflación vuelva al objetivo del 2% de la Fed va a ser mucho más difícil que el retroceso inicial desde el pico de las tasas del año pasado, advirtió Clarida, y dijo que él optaría por otra alza en diciembre si todavía estuviera en el banco central.

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