ELECTRICIDAD

Las termoeléctricas que integran los negocios de Pampa Energía: fotos y viaje en helicóptero por Genelba y Ensenada Barragán

El Cronista participó de una recorrida y un sobrevuelo por las centrales termoeléctricas Genelba y Ensenada de Barragán. El detalle sobre su funcionamiento, que cruzan la producción y el transporte de gas y energía eléctrica.

Llamada de emergencia. En cuestión de minutos, el helicóptero del SAME despega de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, al borde del Río de la Plata, unas cuadras más allá de la Reserva Ecológica.

A escasos metros, en el Helipuerto Baires Madero, Pampa Energía prepara una comitiva de periodistas -de la que participó El Cronista- para volar por la Capital y el conurbano durante unos 25 minutos a unos 250 kilómetros por hora, antes de arribar a la Central Térmica Barragán, ubicada en Marcos Paz.

A bordo de los helicópteros Augusta A109 (con ruedas) y Bell 407 (con esquíes), se observa el imponente Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), término que se masificó durante la cuarentena y los anuncios oficiales de restricciones a la circulación.

A unos 300 metros de altura hay una visión panorámica de la Torre de la Ciudad (una de las edificaciones más altas, con 208 metros), la traza de las rutas y autopistas del AMBA y también los estadios de la zona sur: La Bombonera (Boca Juniors), la cercanía del Cilindro de Avellaneda (Racing) y el Libertadores de América (Independiente), el Tomás Adolfo Ducó (Huracán), el Nuevo Gasómetro (San Lorenzo) y otros tantos de Primera División y el Ascenso.

La zona suburbana del AMBA y las grandes extensiones de campo, en las cercanías al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, rodean al complejo Genelba. Un denso humo blanco se eleva a la atmósfera, señal de que todo marcha bien en los procesos industriales.

Héctor Frare, gerente de planta de Genelba, comanda la visita. El ingeniero mecánico explica que la planta entró en operación comercial en 1999 con un ciclo combinado de dos turbinas a gas (TG) y una a vapor (TV) que sumaban 674 megavatios (MW), cuando todavía pertenecía al grupo Perez Companc (Pecom).

Pecom vendió la planta al grupo brasileño Petrobras a la salida de la Convertibilidad y en 2009 se agregó una TG gracias al programa Energía Plus, por el que el Gobierno impulsó que los grandes clientes industriales contraten su propia demanda a los generadores eléctricos.

Después de comprar los activos de Petrobras, Pampa Energía asumió la operación de Genelba y en octubre de 2017 ganó una licitación convocada por la Resolución 287 para un cierre de ciclo combinado, con nuevas TG y TV, de la marca alemana Siemens. La inversión de este proyecto rondó los u$s 350 millones.

Mediante el proceso de cierre de ciclo combinado, una planta puede producir un 50% más de energía eléctrica utilizando la misma cantidad de combustible, ya que el vapor de los gases se recupera en calderas y se turbina.

En un predio que ocupa una superficie de 100 hectáreas, hoy trabajan 80 personas, pero en el pico de las obras llegaron a estar hasta 1300 empleados y otros 200 en las oficinas técnicas, cuenta Ignacio de Astoreca, gerente de Ingeniería y Obras de Pampa Energía . La construcción de la obra de ampliación fue encargada a Techint.

En su inauguración, el 25 de junio de 2020, el presidente Alberto Fernández saludó por teleconferencia al dueño, Marcelo Mindlin, y valoró que la inversión se hizo con capitales nacionales. Una semana después Cammesa envió la habilitación para el ingreso a la operación comercial.

La termoeléctrica Genelba solamente utiliza gas como combustible (ni gasoil ni fuel oil) a un costo promedio anual que ronda los u$s 3,50 por millón de BTU y le vende la energía a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) como "base".

 Es decir, está casi siempre operativa, junto al despacho prioritario de las energías renovables (por la obligación de limpiar la matriz) y las hidroeléctricas, que son las más baratas del Sistema Argentino de Interconexión -SADI-.

Una central que cruza todos los negocios

Dentro de las térmicas, Genelba está entre las más eficientes y más económicas, con un despacho cercano a los u$s 34 por megavatio-hora (MWh).

El gas llega a la central mediante un caño de Transportadora de Gas del Sur (TGS), firma que también pertenece a Pampa Energía.

A la salida de cada generador, un transformador eleva la tensión de 15.750 voltios (15,75 kV) a 500 kV -extra alta tensión- en una subestación de maniobra.

Desde allí, viaja dos kilómetros hasta la Estación Transformadora de Ezeiza que opera Transener, compañía también bajo el ala del holding

Pampa Energía, con fuerte presencia también en la producción de gas en Vaca Muerta y una creciente inyección en El Mangrullo, le entrega una parte del fluido a Cammesa mediante el programa Plan Gas y licitaciones quincenales o en el mercado spot y otra la usa en sus propios proyectos.

En la suma de todos los campos que opera en Neuquén, Pampa produjo en junio 6,8 millones de metros cúbicos por día de gas natural.

Con sus 1253 MW de potencia instalada, Genelba apuntala el liderazgo de la empresa de Mindlin en la generación de energía eléctrica, segmento que le rinde cerca de la mitad de las ganancias antes de impuestos, amortizaciones y depreciaciones (EBITDA).

La firma tiene unos 4970 MW instalados y es la principal generadora privada de electricidad en la Argentina.

Después de la recorrida por la central y un almuerzo con los técnicos, Luis Ruiz, jefe de Ingeniería de Pampa Energía, se sube al helicóptero que encara un sobrevuelo por la central termoeléctrica Ensenada de Barragán, en las afueras de La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires.

La planta perteneció hasta junio de 2019 a la estatal Integración Energética Argentina (IEASA, ex Enarsa), pero el Gobierno anterior la privatizó amparada en el Decreto 882/2017.

Junto a YPF, que compró el otro 50% de la central, realizaron una inversión de u$s 733 millones entre un pago en efectivo, la asunción de una deuda y el compromiso de ampliación en 280 MW.

Las tareas estarán finalizadas en el segundo trimestre de 2022. La obra (ingeniería, a cargo de Techint y Sacde; y una turbina a vapor de Siemens) cuesta unos u$s 200 millones.

A diferencia de Barragán, esta central puede operar a gas natural pero también con combustibles líquidos (gasoil y fuel oil), algo que pueden pedir las autoridades energéticas ante un faltante momentáneo de gas en el sistema.

El fluido no se puede cortar ni para los hogares ni para los comercios, pero sí para las termoeléctricas, las industrias o las estaciones de Gas Natural Comprimido (GNC).

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