En el último préstamo, Argentina recibió u$s 44.000 millones. En 2021, Argentina debe pagar u$s 3500 millones; en 2022, u$s 18.000 millones, y en 2023, u$s 19.000 millones. A los pagos de capital por u$s 44.128 millones entre 2021 y 2024 se añaden los vencimientos de intereses en ese período por u$s 3800 millones.
El último préstamo del FMI fue solicitado a mediados de 2018 por el entonces presidente Mauricio Macri (2015-2019). El monto total del mismo fue alrededor de u$s 56.300 millones.
La idea de crear el Fondo Monetario Internacional fue planteada en julio de 1944 durante una conferencia de las Naciones Unidas que tuvo lugar en Bretton Woods, Nuevo Hampshire (Estados Unidos). Allí, representantes de 44 países acordaron establecer un marco de cooperación económica internacional cuyo objetivo era evitar que se repitieran las devaluaciones cambiarias competitivas que contribuyeron a provocar la Gran Depresión de los años treinta.
La principal misión del FMI es asegurar la estabilidad del sistema monetario internacional, el sistema de pagos internacionales y tipos de cambio que permite a los países y a sus ciudadanos efectuar transacciones entre sí. Como consecuencia, realiza seguimientos de la economía mundial y de los países miembro y concede préstamos a países con problemas en su balanza de pagos.
La principal fuente de recursos financieros del Fondo Monetario Internacional proviene de las cuotas de los países miembros. La cuota de cada país miembro refleja, en términos generales, su posición económica relativa en la economía mundial. Suman un total de 210.000 millones de Derechos Especiales de Giro (DEGs), que son activos de reserva internacional emitidos por el FMI, o u$s 300.000 millones.
Ambas instituciones fueron creadas en la Conferencia de Bretton Woods en el año 1944. Mientras que el Grupo Banco Mundial trabaja con los países en desarrollo teniendo como objetivo principal la reducción de la pobreza y el aumento de la prosperidad, el Fondo Monetario Internacional (FMI) procura estabilizar el sistema monetario internacional y actúa como autoridad de supervisión del sistema monetario internacional. El Grupo Banco Mundial proporciona asesoramiento en materia de políticas, financiamiento y asistencia técnica a los Gobiernos, mientras que el FMI hace el seguimiento de la economía mundial y la de los países miembro, y concede préstamos a los países que enfrentan problemas de balanza de pagos.
El Fondo Monetario Internacional no es un banco central mundial ni uno de desarrollo, ni un organismo que debe controlar políticas económicas internas de sus miembros: su autoridad se limita estrictamente a supervisar las políticas que afectan en forma directa la manera y el precio a que se compra y vende la moneda de cada uno de los países miembro.
El Club de París es un mecanismo de convocatoria informal que nuclea un conjunto de países acreedores de otras naciones. La función principal del Club de París es renegociar en forma conjunta y coordinada las deudas externas de los países que presentan dificultades para el pago de la misma.
Los 22 países que integran actualmente el Club de París como miembros permanentes son: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, España Estados Unidos, Finlandia, Francia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Rusia, Suecia y Suiza. Para negociaciones particulares pueden participar otros países como invitados.
Fue fundado en 1956 para tratar un caso particular de la Argentina quien solicitaba refinanciar su deuda externa ante otros gobiernos. Desde entonces, más de 90 países han formalizado más de 400 acuerdos con el Club de París.
De acuerdo a los últimos datos de diciembre de 2020, la deuda de la Argentina con el Club de París alcanzaba los u$s 2240 millones. Se acordó para el pago una extensión en la fecha hasta marzo del 2022.
Los principales acreedores de Argentina en el Club de París en términos porcentuales de deuda pendiente de pago al 2021 son: Alemania (37,37%); Japón (23,34%); Holanda (7,98%); España (6,68%); Italia (6,29%); EE. UU (6,28%); Suiza (5,31%); Francia (3,62%); Canadá (2,06%); Otros (2,11%)
Se llama "fondos buitre" a los fondos de capital o de inversión de alto riesgo que compran títulos de deuda, sea pública o privada, de países o empresas cercanos al default o a la quiebra. Los fondos buitre compran títulos de deuda de los países en situaciones económicas apremiantes, a un precio muy bajo que luego litigarán en los foros internacionales buscando cobrar la totalidad del valor de esa deuda sumados los intereses correspondientes.
A partir del estudio y el conocimiento de mercados al borde de la quiebra, compran títulos cuyo precio llega a ser el 10% o 20% de su valor nominal. De esta manera, procuran sacar a flote al país o empresa para luego vender los títulos adquiridos a un precio mayor del que pagaron.
Los holdouts o fondos distressed son fondos de capital riesgo que adquieren deuda de economías en situaciones problemáticas, cercanas a la quiebra, para posteriormente presionar y cobrar la totalidad del valor de esa deuda, además de los intereses por los años adeudados, sin tener en cuenta posibles reestructuraciones.
Según el último informe realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la deuda externa argentina bruta con títulos de deuda a valor nominal, es de 271.505 millones de dólares, contabilizando asimismo los pasivos externos públicos y privados del país.
Según Jorge Carrera, miembro de la Junta del BCRA cuyo nombramiento presidencial está sujeto a la confirmación del Senado, la deuda externa se divide en cinco frentes: la Deuda Externa Pública con privados en dólares; la Deuda Externa Pública con privados en pesos (primero Lebac, luego títulos del Tesoro); la Deuda Externa Pública con el FMI y otras instituciones financieras internacionales (IFI) en dólares; Deuda Externa Pública provincial en dólares; la Deuda Externa Privada en dólares.
El 1 de julio de 1824, el gobierno de Martín Rodríguez, en colaboración con el Ministro de Gobierno Bernardino Rivadavia, gestionó un empréstito por 1 millón de libras esterlinas ante la Baring Brothers para la realización de obras portuarias y de urbanización. Sin embargo, con ese monto finalmente se financió la Guerra del Brasil y, por otra parte, cumplir con uno de los requisitos para el reconocimiento de la independencia argentina por parte del Imperio Británico.
Los datos oficiales indican que tras los 4 años de gestión de Mauricio Macri la deuda bruta pasó de ser de u$s 240.000 millones a u$s 323.000 millones para fines de 2019 cuando terminó el mandato. Hubo un aumento de u$s 83.000 millones respecto a fines de 2015. El número no contempla la deuda de corto y mediano plazo que se fue tomada y que venció durante el mismo mandato.
A agosto 2021: Argentina debe u$s 182.883 millones al Sector Público (41,09%), u$s118.014 millones al Sector Privado (36,49%) y u$s 72.485 millones a Organismos Multilaterales (22,41%), según consta en los informes del Ministerio de Economía.
Se llama default a la situación financiera en la que el Estado en tanto prestatario no puede hacer frente a los pagos derivados de la deuda pública contraída. En una situación de default se suspenden los pagos: el deudor no puede hacer frente a sus acreedores en la forma en que quedó establecida.