Argentina repite superávit comercial con Brasil: el impacto del tipo de cambio y la recesión
Las exportaciones a Brasil crecieron en el séptimo mes del año un 20% y sumaron u$s 1.201 millones, mientras que las importaciones fueron por u$s 1.167, un 27,8% menos. Así, Argentina alcanzó un superávit de u$s 34 millones.
En julio, Argentina anotó su quinto mes consecutivo de superávit comercial con Brasil. Las exportaciones a ese destino crecieron en el sétimo mes del año un 20% contra el mismo mes del año anterior y sumaron u$s 1.201 millones, mientras que las importaciones fueron por u$s 1.167, un 27,8% menos que en julio de 2023. Así, Argentina alcanzó un superávit de u$s 34 millones.
En los primeros siete meses del año, el saldo positivo para Argentina acumula u$s 141 millones, un cambio radical respecto del déficit de u$s 4.120 millones del mismo período de 2023. Este cambio respondió en gran parte a la caída de las importaciones de soja desde Brasil (que se habían disparado el año pasado a raíz de la sequía) y las menores importaciones de energía eléctrica.
Según datos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) las exportaciones argentinas aumentaron 5% en los primeros siete meses del año contra el mismo período de 2023, mientras que las importaciones desde Brasil se desplomaron un 35,4%.
La suba de las exportaciones argentinas a Brasil respondió al alza del trigo y el centeno, vehículos automotores para transporte de mercadería y para pasajeros, polímeros de etileno, leche, crema de leche y derivados.
Las importaciones en julio se contrajeron un 27,8% a raíz de las menores compras de soja, partes de vehículos, energía eléctrica, óleos combustibles de petróleo, lingotes y formas de hierro y acero, entre otros.
El intercambio comercial con Brasil ascendió a u$s 2.368 millones en julio, un 9,5% menos que en el mismo mes de 2023. Respecto del mes anterior, el intercambio aumentó un 20,3% por la suba de las importaciones en un 21,6% y de las exportaciones por un 19%.
Para lo que queda del año, desde ABECEB estiman que los niveles de las importaciones seguirán comprimidos a raíz del nivel de la actividad económica y los bajos niveles de consumo en comparación con el año anterior.
Sin embargo, ven un escenario de posibles incrementos: la apreciación real del peso, que fue del 2,8% en julio y acumula un 47% desde diciembre; la baja del 10% del impuesto PAIS que está comprometida para septiembre y que podría impulsar la dinámica importadora; y los menores plazos para el pago de importaciones.
Según la consultora dirigida por Dante Sica, el recorte a 90 días del calendario de importaciones impactará negativamente ya que las mismas compras se devengarán en un plazo más acotado.
Además, consideran que influyen las presiones externas, en especial sobre el tipo de cambio. Entre los factores que influyen cuentan las tensiones financieras que se vivieron en los últimos días que empujaron a la suba en un 2,1% al real y lo llevó a su mayor valor real desde la pandemia.
Esto impactó en la caída del 4,9% del tipo de cambio real bilateral entre Argentina y Brasil en julio, y que acumula una baja del 51% desde diciembre. Esto, consideraron, pone mayor presión en la competitividad y abarata los bienes brasileños.
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