Deuda

A 20 años de 2001, el FMI analizó el default, por qué hubo corralito y en qué se equivocó

En un informe sobre reestructuraciones de deuda soberanas el FMI incluyó los episodios de los últimos 20 años de países como Argentina, Grecia, Ucrania y Turquía, entre otros. Análisis de causas y consecuencias de la mayor crisis de los últimos años a cargo de uno de sus protagonistas.

A casi 20 años del mayor default de deuda de la historia argentina y mientras se negocia un nuevo programa, el Fondo Monetario Internacional (FMI) analizó el caso de 2001 en el marco de un informe sobre reestructuraciones de deuda soberanas, donde concluye que es mejor para la economía si los canjes se realizan antes de entrar en cesación de pagos. ¿Qué dijo sobre el rol del organismo y los programas que se negociaron antes del estallido? 

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"En 2001, Argentina dejó de pagar su deuda soberana interna y externa luego de experimentar crisis bancarias y cambiarias", arranca la crónica del FMI sobre el default de deuda que arrastra sus consecuencias hasta hoy. 

Para el organismo, la "prolongada depresión de Argentina a fines de los noventa, desencadenada por efectos secundarios de la crisis de los mercados emergentes y agravada por debilidades estructurales (incluida una base de exportación estrecha y un alto nivel de dolarización en el contexto de la convertibilidad) culminó en agudas presiones en la balanza de pagos y liquidez en moneda extranjera escasez". 

 El informe sobre los "Problemas en las reestructuraciones de deuda doméstica soberana" elaborado por el staff del FMI y que toma comentarios y sugerencias del Directorio Ejecutivo, aclara, sin embargo, que la visión expresada es la de los técnicos y no representa necesariamente la del directorio.

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A fines de 2000, recapitula el FMI, la deuda llegaba al 45% del PIB, con un 97% en moneda extranjera. El crecimiento económico se contrajo en un promedio del 3% entre 1999 y 2001. Para refinanciar la deuda vencida, se puso en marcha un canje voluntario de deuda bajo tensión en junio de 2001.

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La confianza en el "uno a uno" de Domingo Cavallo "se deterioró y los acreedores se mostraron reacios a refinanciar la deuda". Los diferenciales en moneda local se ampliaron y provocó un retiro a gran escala de depósitos del sistema bancario, detalla sobre las causas del corralito, del que se cumplen dos décadas esta semana.

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El cronograma remarca que en noviembre de 2001 se inició una reestructuración de la deuda soberana. "En diciembre de 2001, Argentina dejó de pagar y, a principios de enero de 2002, el gobierno abandonó el régimen de convertibilidad", reitera el Fondo.

eL ENFOQUE DEL CANJE DE DEUDA

El entonces gobierno de Fernando De la Rua planteó dos fases para la reestructuración de la deuda para fines de 2001. La intención era segmentar a los tenedores de bonos locales y extranjeros para proteger las instituciones financieras y los fondos de pensiones nacionales

"Sin embargo, el empeoramiento de las condiciones macrofinancieras y la pérdida de confianza de los inversores dieron como resultado una resolución prolongada del problema de la deuda", aclara el FMI sobre el resultado.

La Fase I de la reestructuración anunciada en noviembre de 2001 y completada en un mes, inicialmente se centró en la deuda de derecho interno y estaba dirigida a los residentes nacionales. El canje de noviembre de 2001 en forma de reperfilamiento para atender el problema de liquidez implicó una reducción del cupón promedio de 4-5% y una extensión de vencimiento en 3 años e incluyó préstamos regidos por la ley argentina y garantizados por los gobiernos federal y provincial.

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La Fase II de la reestructuración de la deuda, dirigida principalmente a la deuda de derecho extranjero y una pequeña parte de la deuda interna (para la cual los inversores no participaron en la primera fase), "no pudo llevarse a cabo debido al consiguiente deterioro macrofinanciero y confusión política".

El 23 de diciembre de 2001, un nuevo gobierno declaró el default. Esto fue seguido poco después por la devaluación del peso del 30%. 

pesificación

En febrero de 2002, el gobierno decidió la "pesificación" de los préstamos garantizados que se habían emitido en noviembre de 2001, así como cualquier otro instrumento legal interno denominado en dólares (alrededor de u$s 58 mil millones en total).

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Como la tasa de conversión estaba casi un 30% por debajo de la tasa de mercado, esto supuso una pérdida sustancial. Además, las tasas de interés se redujeron aún más. La "ponderación" y las reducciones de las tasas de interés que se completaron en agosto de 2003 y la pérdida llegó al 45% sobre la deuda reestructurada.

por qué hubo un corralito

El sistema bancario en Argentina era "relativamente pequeño en comparación con otros mercados emergentes" y "parecía estar bien capitalizado y orientado a operar en una economía dolarizada bajo el tipo de cambio fijo", sostiene el FMI que realizaba por ese entonces revisiones periódicas de la economía argentina.

Los bancos nacionales tenían alrededor de una cuarta parte de sus activos en bonos del gobierno a mediados de 2001 (la mitad de la deuda pública total). Pero el recorte del 70% de la deuda pública eliminaría el capital del sistema bancario y crearía una gran liquidez. problemas. Por eso, "tras el anuncio de la primera fase de reestructuración que cubría la deuda interna e involucraba a los bancos nacionales, estalló una crisis del sistema bancario en toda regla, con una caída de los depósitos bancarios de más del 6 por ciento de la base de depósitos".

"Las presiones del mercado cambiario llevaron a tasas de interés más altas y pérdidas de reservas bajo el acuerdo de caja de conversión, lo que llevó a las autoridades a congelar depósitos e imponer controles de capital", recapitula el Fondo.

Para los técnicos del Fondo, la "pesificación" asimétrica de los activos y pasivos de su sistema bancario provocó pérdidas de segunda ronda para el sector bancario. "Aunque la medida tenía por objeto proteger a empresas y hogares con deuda denominada en moneda extranjera, simplemente trasladó la carga de la devaluación al sistema bancario y, en última instancia, al contribuyente, ya que los bancos deberían capitalizarse", remarcan. 

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La "pesificación" y la "indexación" complicaron aún más la crisis al profundizar la desintermediación financiera, restringiendo la oferta de crédito fresco y el retiro de depósitos a plazo. Como resultado, se tuvo que emitir bonos para compensar a los bancos y depositantes por la devaluación del peso (que asciende a alrededor de US $ 9 mil millones), lo que redujo el alivio bruto esperado de la pesificación. "Para 2005, la participación de la deuda pública en los activos bancarios se duplicó a la mitad de los activos totales", remarcó el FMI.

La crónica reconoce que hubo "indulgencia regulatoria" para apoyar una recuperación gradual del sector bancario. 

el 'mea culpa' del FMI

En medio de la extensa cronología de la crisis de 2001, los técnicos del organismo recuerdan que hubo un programa respaldado por el FMI en el medio. 

"La crisis que se desarrolló junto con la reestructuración de la deuda tuvo lugar mientras el país participaba en una sucesión de programas respaldados por el FMI", indicaron los técnicos, que marcan que "en retrospectiva, los programas tenían un contenido estructural y una condicionalidad insuficientes, dado que el régimen de convertibilidad, junto con la participación relativamente pequeña de las exportaciones en la economía, primaba la flexibilidad y la resistencia de la economía nacional".

el canje de 2005

Después de tres años en mora de su deuda externa, en enero de 2005, las autoridades lanzaron su oferta de canje global de deuda por u$s 82 mil millones de reclamos elegibles (excluidos los intereses vencidos devengados entre diciembre de 2001 y diciembre de 2003). 

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El grueso de esta deuda incluía deuda externa, que no fue tratada durante el canje de 2001, y el resto corresponde a tenencias de deuda de algunos residentes que no participaron en el canje anterior. La reestructuración incluyó un recorte nominal para corregir el problema de solvencia de alrededor del 75%.

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El canje de 2005 tuvo una tasa de participación del 76% y los no residentes representaron el 61% del monto total licitado. A pesar de esta tasa de participación, el capital residual en incumplimiento (u$s 2.000 millones) y los intereses vencidos estimados, quedaron sin resolver

La liquidación del canje de deuda que comenzó en junio de 2005 se retrasó 2 meses, lo que se vio reflejado en el litigio de los holdouts. En 2010, una parte de la deuda pendiente fue reestructurada bajo los términos genéricos de 2005, resultando en una participación global de 93 por ciento.

desdolarización de la deuda

El intercambio de 2005 ofreció tres nuevos tipos de bonos (instrumentos a la par, cuasi-par y de descuento), más el cupón de PBI. Para desdolarizar la deuda, los propietarios de cualquier instrumento podrían canjear su tenencia por bonos en pesos indexados, según recapituló el staff. 

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La participación de la totalidad de la deuda en moneda local fue realizada por inversionistas residentes a través de la oferta de un bono cuasipar ajustado por un proxy de la inflación del índice de precios al consumidor. "El programa de canje de deuda de 2005 logró transformar la estructura monetaria de la deuda reestructurada", destacan los técnicos del Fondo.

Como consecuencia, el informe que analiza los canjes soberanos marca que la deuda casi se triplicó del 53% del PBI a fines de 2001 al 147% a fines de 2001. Y solo el canje de deuda de 2005 (que incluyó un recorte nominal) redujo la deuda al 72% del PBI en abril de 2005 y mejoró el perfil del servicio de la deuda. Después de los canjes, la participación de la deuda en moneda local aumentó al 37% del total de la deuda del gobierno nacional, desde el 3% antes de la reestructuración.

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El informe del FMI llega a analizar el reperfilamiento de deuda en pesos de Hernán Lacunza en 2019. Sobre la deuda bajo ley extranjera, pese a los resultados de los canjes de 2005 y 2010, hubo un remanente de holdouts y fondos buitre que siguió el litigio judicial hasta 2016, cuando se finalmente se pagó bajo el mandato de Mauricio Macri. 

Los bonos emitidos para cumplir la sentencia judicial fueron parte de la deuda que reestructuró el año pasado el ministro de Economía Martín Guzmán y los bonistas ahora miran con atención la negociación con el FMI y presionan por el plan económico para ver si podrán cobrar o habrá una nueva reestricturación.

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