Una agenda para superar las dificultades actuales
En pocos días tendremos la definición de nuevo liderazgo político en el país. Sin embargo, con ello siguen vigentes las complejidades de la vida cotidiana. Conoceremos cómo se pretenden conciliar las expectativas con las cuestiones concretas de la situación presente. Enfrentaremos escepticismo y reacciones específicas que no solo se reflejarán en precios en distintos mercados sino también en decisiones que afectarán las perspectivas futuras.
Hay consenso que la economía argentina arrastra serios problemas en muy variados frentes. También se reconoce que, cualquier medida que se tome para superar los desafíos, tiene costos asociados que pueden ser importantes, particularmente en los momentos iniciales. En ese sentido, existe una demanda para implementar rápidamente un plan de estabilización que no se limite a moderar puntualmente la inflación, sino también a generar las bases para desarrollar el potencial del país. Sabemos que, identificado el objetivo de crecimiento sostenible con funcionamiento económico bajo condiciones normales, el punto de partida es de desvíos que deben ser corregidos. Además, hay algún grado de confusión sobre otros condicionantes del deseado desarrollo integral.
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Para ir ordenando la discusión, identificamos seis áreas que compondrían el esquema de avances en ese sentido. Estas se complementan y refuerzan ente sí. No deben interpretarse como pasos secuenciales, sino que tendrán que ser evaluados a nivel individual y en conjunto, así como su articulación y el grado de implementación, en el marco de un programa necesario teniendo en cuenta sus implicancias sociales y la factibilidad política. Nos referimos a:
1. Precios relativos: las señales que incentivan y coordinan las decisiones de los agentes económicos están expresadas en los precios, que generan los estímulos para la producción, la inversión y el consumo. Estabilizar precios y dar motivaciones que generen crecimiento sostenible debería evitar distorsiones generadas por decisiones administrativas. Esto es, corregir precios relativos llevará inexorablemente a un aumento inicial de la inflación, pero ayudará en lo fiscal y en los planes de inversión que, entre otros efectos, aumentarían la oferta.
2. Situación fiscal: el déficit primario actual del Tesoro Nacional es superior al sostenible y enfrenta dificultades para financiarlo en condiciones razonables en los mercados voluntarios de deuda. La presión tributaria es elevada y no necesariamente distribuida óptimamente. El mismo estancamiento económico es causa y genera efectos y aumentos del gasto público. Se imponen correcciones más allá de las mejoras de recaudación esperables por el aumento de las exportaciones. Se requiere una fuerte disciplina en los criterios de asignación de los recursos públicos y sus efectos, que mejoren sustancialmente la eficiencia general en la economía y reduzcan el riesgo sistémico que entorpece el funcionamiento económico. Los factores afectados por decisiones de estas características serían múltiples, y en muchos casos requieren atención para mitigar los costos de transición asociados.
3. El frente monetario: aun cuando en la actualidad la creación de dinero vinculada al financiamiento del Estado está contenida, es claro que cualquiera sea el signo monetario usado, hay una caída en la demanda de dinero. En el corto plazo, las restricciones cambiarias contuvieron algunos de sus consecuencias, aunque motivaron una exacerbación de la salida de fondos. A lo largo del tiempo, la normalización debería generar mayor apetito por activos argentinos, permitiendo canalizar ahorros en inversión. El tránsito no solo requiere cuidar el poder adquisitivo sino también un ambiente de estabilidad en las reglas de juego para activos financieros correctamente diseñados, regulados y supervisados.
4. La cuestión cambiaria: En la cacofonía dada por la multiplicidad de tipos de cambio, notamos que la relación actual ARS/USD 900 aprox. representa expectativas muy negativas para el futuro de los activos financieros locales. Incluso, esa 'competitividad cambiaria' da una pérdida de poder adquisitivo local no materializada en mejores perspectivas de crecimiento futuro. En consecuencia, el camino incluye la normalización de pagos postergados, acompañada por algunas de las mejoras de condiciones externas esperables, pero, fundamentalmente, que en la cuenta capital del balance de pagos se refleje que el sector privado tenga motivos para considerar Argentina como destino de ahorro externo que se materialice en inversiones.
5. Las reformas estructurales: se requieren adaptaciones varias en un país que, en conjunto, está básicamente estancado y que va perdiendo competitividad frente a un mundo que, con sus problemas, ha tenido innovaciones y aumentos de productividad. Incluso en las áreas que evidenciaron progresos, hay dificultades para el desarrollo de su potencial por el marco general en que se tienen que desenvolver. Los temas a abarcar son variados, desde reforzar la base institucional hasta dar un dinamismo en las formas de contrataciones que tornen más flexible y menos vulnerable a cambios inesperados.
6. El financiamiento: planteada e implementada una dirección que marque la corrección de desequilibrios y permita desarrollar el potencial sin disrupciones contractuales, el financiamiento implícito en el balance de pagos debería pivotear sobre los movimientos del sector privado. A lo largo del tiempo, el sector público reemplazaría sus fuentes de financiamiento externo, pasando de lo "extraordinario" de organismos multilaterales a fuentes de mercado voluntario, crecientemente en jurisdicción local. El financiamiento disponible para el Tesoro Nacional también iría bajando la asistencia del BCRA, accediendo a financiamiento acorde a sus ingresos. El subproducto a buscar es bajar el costo de capital para toda la economía.
En síntesis, la agenda económica que enfrentará el próximo gobierno es sumamente compleja. Abordarla bien podría pasar por aplicar una metodología para el armado de una 'normalidad' que desarrolle el potencial, sabiendo que la transición tiene sus dificultades. Pero que ya no se trata solamente de administrar el paso del tiempo sino efectivamente marcar el camino hacia un futuro más prometedor.
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