Flexibilidad horaria: el nuevo santo grial de las propuestas laborales
Acomodar los horarios y las agendas será el principal beneficio en la consideración de los empleados y el candidato a reemplazar al home office.
Sin dudas son muchos los cambios que llegaron para quedarse en el mercado laboral luego de un año de pandemia y aislamiento. Dos de ellos son los conceptos de trabajo remoto y de tiempo flexible: no son lo mismo, pero una mirada apresurada nos puede hacer caer en un error que no sirve a nadie.
El trabajo remoto fue la clave para que muchas organizaciones pudieran darle continuidad a su actividad y a la cadena de valor de la que forman parte. Y si bien existía temor sobre los efectos de esta modalidad, lo cierto es que 77% de los colaboradores señalan que fueron más productivos trabajando desde sus hogares, aspecto en el que coinciden los managers, al punto que 8 de cada 10 de ellos cree que este formato podría constituirse en la nueva normalidad, según relevamientos internacionales.
En Argentina, aproximadamente el 25% de la nómina de las empresas hoy tiene colaboradores que nunca pisaron la oficina o que aún no conocen a todos sus compañeros en su lugar de trabajo, producto de la rotación normal del mercado laboral, pero marcado por el aislamiento del 2020. Y todo funciona normalmente... ¿o no?
Dificultades del home office
El trabajo remoto trae aparejadas algunas dificultades a resolver y que antes no eran parte de la agenda: al 22% de los colaboradores les cuesta más generar una instancia de corte entre su tiempo para el trabajo y el tiempo personal dentro de su propio hogar; 19% de los colaboradores comienzan a mostrar síntomas de soledad, producto de la imposibilidad de relacionarse como lo hacían antes en sus lugares de trabajo; y 17% siente que la comunicación entre ellos y sus compañeros y jefes no fluye como quisieran.
¿Crecerán estos números a medida que más colaboradores se sumen a las organizaciones y reemplacen a los que ya habían tenido la experiencia de la presencialidad? Difícil saberlo.
Flexibilidad horaria
Y en este punto es donde la flexibilidad horaria pasa a ser un activo importante para las dos partes, para el colaborador como para la organización.
En Argentina, según un relevamiento realizado recientemente por Grupo Gestión y CIO Investigación, encontramos que 41% de los ejecutivos de recursos humanos considera que la posibilidad de acomodar los horarios y las agendas será el principal beneficio en la consideración de los empleados y el candidato a reemplazar al home office.
La lectura que hacen las organizaciones parece tener fundamentos respecto a lo que piensan los candidatos: 84% de ellos considera que la posibilidad de lograr el equilibrio entre la vida personal y el trabajo es muy importante al momento de aplicar a un nuevo empleo, porque señalan que cuando esto no se logra lo que más se ve afectado son sus vínculos personales y su salud (48% y 38% respectivamente), aspectos que inciden luego también en la productividad, en el ausentismo y en los costos de la empresa.
El equilibrio de nueva normalidad laboral
Así, luego de más de 18 meses de aprendizaje profundo sobre el trabajo remoto, el trabajo en equipo y la incorporación de nuevos profesionales al equipo, pero bajo procesos y parámetros nuevos, la nueva normalidad laboral busca su equilibrio entre la presencialidad total y el aislamiento absoluto.
Ya no se trata de una u otra modalidad, sino de la que sirva a las personas y a las organizaciones de las que formamos partes. Y esa construcción es, necesariamente, entre todos.
Gonzalo Fernando
Ya cuando dicen "colaboradores" en vez de empleados, demuestra el increíble chamuyo marketinero. Dejate de joder.