Sin importaciones, empresas ya usan sus stocks de seguridad: cómo afecta a la producción y empleo
El Gobierno frenó al máximo las autorizaciones para pagar despachos y destraba las necesarias para no frenar fábricas. Empresarios hacen malabares y esperan soluciones después de las PASO
Una gran empresa de consumo masivo dice que comenzó a usar sus stocks de seguridad para no detener la producción. Otra, radicada en el interior, consiguió el sábado dos SIRA en tiempo de descuento para no detener la producción el lunes. Una automotriz acomoda sus líneas de producción en función de las piezas y partes que consiga. Son algunos de los ejemplos que cuentan empresarios y ejecutivos y que muestran la tensión con la que la importación de insumos llega a las PASO, a la espera de definiciones después de la contienda electoral.
El cepo importador se agudizó con la última renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero grandes empresas coinciden en que desde comienzos de junio se ralentizaron las aprobaciones de SIRAs y los plazos para acceder a los dólares. "Mínimo, 180 días", dijo una multinacional de consumo masivo con negociaciones cotidianas con Comercio por Precios Justos.
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La situación es crítica, pero el Gobierno se las ingenia para destrabar los ingresos de insumos, piezas y partes necesarios para no frenar la producción. Así y todo, la importación de bienes se mantuvo, en julio, en valores similares a los de hace un año. Si se descuenta el peso extraordinario de la compra de combustibles en 2022, hubo ingresos por u$s 5800 millones, contra u$s 5900 millones de hace nueve meses.
Sector por sector
Fabricantes de electrónicos y electrodomésticos atravesaron entre tres y cuatro semanas sin aprobaciones de SIRA y con plantas al borde de la parada técnica, pero recibieron, este martes aprobaciones de último momento para seguir trabajando.
Algo similar ocurre con el sector autopartista, aunque el tejido de empresas pyme -más amplio y diverso- hace que la realidad sea más heterogénea. "Hay decenas de casos con paradas temporales que generan muchísimos sobrecostos", indicaron en el sector. Las autopartistas se pelean ahora con las automotrices para bien qué se hace cargo del impuesto PAIS del 7,5%, en situaciones en los que la mercadería ya se entregó pero no se pagó.
Las automotrices tienen sus propios inconvenientes. En las terminales, la producción se ajusta a la disponibilidad de piezas. Por un lado, porque los proveedores sufrieron cambios en la Capacidad Económica Financiera (CEF) -la barrera de la AFIP que permite acceder a determinada cantidad de permisos de importación- y eso dificultó las entregas, "con alto riesgo de parada de platas", refirieron en una terminal. Por otro lado, porque hay SIRAs vencidas y sin fecha cierta de pago.
Las empresas, dicen, ajustan la producción a la disponibilidad de piezas: se produce una versión de un modelo u otra en función de los materiales que haya en stock. Algunas pasan el vehículo dos veces por la línea de montaje, en vez de una, para no detener el proceso ante algún faltante.
Consumo masivo
Las empresas de consumo masivo con acuerdos de precios vigentes encontraron demoras en la aprobación de SIRAs y un estiramiento en los plazos para obtener los dólares para pagar.
En una gran compañía indicaron que ya trabajan usando sus "stocks de seguridad" tanto en insumos como en piezas. Al comprar insumos o repuestos, las empresas suelen adquirir algunos adicionales para usar en caso de emergencia. "Siempre hay un repuesto por las dudas, pero ahora estamos al día y en algunos casos, las empresas nos vamos prestando repuestos porque no se consiguen", contaron.
Otra multinacional puso el foco en los plazos de pago, de al menos 180 días. La deuda comercial, dicen, ya está a niveles elevados y los proveedores no quieren pedalear más sus cobros. A eso se suma la incertidumbre electoral. En otra empresa comentaron que sus proveedores envían lo justo y necesario por la expectativa de una devaluación post PASO.
Reclamo de la UIA
La Unión Industrial Argentina (UIA) advirtió en varios comunicados recientes la situación crítica del acceso a las importaciones y el encarecimiento que supone la aplicación generalizada del impuesto PAIS, tanto a bienes (7,5%) como servicios (25%).
La entidad que preside Daniel Funes de Rioja acude al "teléfono rojo" que gestionó con el Gobierno para destrabar casos críticos y eso evita paradas de planta. Una fuente conocedora de ese canal de emergencia dice que, en general, las autorizaciones son más frecuentes al comienzo del mes y van cayendo a partir del día 20. Como si se agotara el cupo de reservas que el Gobierno está dispuesto a sacrificar para mantener actividad.
El titular de la Aduana, Guillermo Michel, dijo a la agencia NA que "hay una tensión entre los importadores que no quieren perder stock y que quieren seguir acumulando stock y el cuello de botella que se genera por la falta de dólares", que atribuyó "al endeudamiento de 2018" y la sequía. "Estamos trabajando sector por sector, empresa por empresa, para que no haya parate de fábrica" agregó. Esta semana, el funcionario destrabó despachos para no frenar la producción en Vaca Muerta.
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