Para el socialismo, Cristina es responsable por la narcoviolencia: "No se hacen cargo"
En un mano a mano con El Cronista, la exintendenta de Rosario y actual diputada Mónica Fein responsabilizó a la Vice por paralizar una reforma "que permitiría investigar a los delincuentes que matan gente". También acusó al Presidente de cínico.
"Cuando el Estado dejó de estar presente y abandonó el territorio, se profundizó la violencia", describió la exintendenta de Rosario, Mónica Fein, en un mano a mano con El Cronista. Se refería al fenómeno del narcotráfico que azota a su ciudad desde hace años pero que recién pasó a ser prioridad del Poder Ejecutivo la semana pasada, a raíz del ataque al supermercado de la familia política del futbolista Lionel Messi.
En una entrevista en la que no dejó de insistir con la necesidad de poner en marcha un plan integral para hacerle frente al narcotráfico, la diputada por el Socialismo responsabilizó a la Vicepresidenta Cristina Kirchner de paralizar "un sistema que permitiría investigar a los delincuentes que matan gente".
Es que el Senado que ella preside sigue sin elevar los nombres para conformar la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal Federal, de la que depende la puesta en marcha del sistema acusatorio en la región de Santa Fe.
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Asimismo, la socialista cuestionó al Frente de Todos al señalar que a los pocos meses de asumir, el Estado se ausentó de la zona más caliente de su ciudad y, con eso, se profundizó la violencia que tiene como protagonistas a bandas cada vez más fragmentadas que se disputan el territorio.
Por último, Fein apuntó contra el Presidente Alberto Fernández, a quien acusó de haber usado "cínicamente el dolor de los rosarinos para pelearse con la Corte". "La realidad los pasó por arriba e improvisaron respuestas ante un problema que requiere un programa integral y una conducción política clara", dijo a propósito de los anuncios que hizo el jefe de Estado en los últimos días, que incluyeron el envío de las Fuerzas Armadas a Rosario para urbanizar barrios populares.
-¿Por qué el narcotráfico se salió de control en Rosario?
-Rosario es una ciudad que está en un punto estratégico y tiene uno de los desarrollos porturarios más importantes de Sudamérica y también está en un lugar estratégico con respecto a las rutas que conectan con otros países como Bolivia, Paraguay y Brasil. Además, la hidrovía pasa a pocos metros de la ciudad y tenemos 800 kilómetros de costa. A esto se le suma una realidad de alta desigualdad: el 40% de la población es pobre, y en general, esas personas viven, sobre todo, en las grandes ciudades. Y Rosario no escapa de esa situación. Rosario tiene una larga trayectoria de conflictos de distinto tipo. El narcotráfico es un tema instalado en el país que se fue desarrollando y se fue instalando y fortaleciendo en toda la región. El asunto es que no hubo políticas nacionales que lo tomaran como un desafío. Nunca escuché ni a Cristina ni a Alberto hablar de este tema como problemática. El proceso se fue instalando en distintos lugares y con distintas características.
-¿Y en Rosario, puntualmente?
-Se fue construyendo con algunas bandas que se empiezan a disputar el territorio, a matar referentes muy importantes de esas bandas. Se fue generando un proceso de mayor fragmentación de estas bandas y mayor violencia. Logramos, con un trabajo durante 2013 y 2014, empezar a mejorar las fuerzas policiales, con procesos cruzados; creamos la policía táctica, la policía comunitaria, con un montón de procesos que fueron tratando de generar cambios en la fuerza; en su formación y en su organización. También cambiamos el sistema de Justicia y generamos una política social porque los territorios más violentos se superponían con los más vulnerables. Cuando logramos entrar con el Estado en todas sus variantes y con todos sus actores, con planes integrales, pudimos bajar los grados de violencia. Esos resultados aparecieron en 2017, 2018 y 2019. Es lento, pero sostenido.
-Y a partir de ahí, ¿qué pasó?
-Durante la pandemia se deja hacer todo eso, se rompe toda la estructura tecnológica que habíamos instalado, que controlaba la policía. Teníamos un plan de gobierno, no un plan de seguridad. Todo eso se perdió en la pandemia y fue por decisiones políticas del gobierno provincial y nacional. Cuando el Estado dejó de estar presente, de actuar y abandonó el territorio, se profundizó la violencia. Vemos un nuevo aumento en los barrios más vulnerables, porque no es en todo Rosario, sino en el 12, el 13% del territorio. Allí, vemos una violencia que cobra distintas víctimas.
-Pero ¿por qué semejante violencia en Rosario, que no se ve en otras zonas del país en las que también hay narcotráfico?
-Hubo varias cuestiones. El primer ministro que pone el gobernador Omar Perotti, Marcelo Saín, genera un proceso de ruptura de la policía: cambió los jefes policiales 11 veces. Y fue contra la policía como institución. Yo no digo que no haya que ir contra los policías corruptos. De hecho, dos jefes de policía nuestros metimos presos. Pero destruir la institución sin un plan alternativo, y permitir que desde las cárceles donde están los líderes narcos se pueda manejar la calle...bueno. No se hacen cargo del Servicio Penitenciario, ni se plantea que el problema es federal, como hizo el gobernador Miguel Lifschitz. Tampoco existe una articulación seria con el gobierno nacional. Nosotros, semanalmente, nos sentábamos junto con la ministra Patricia Bullrich, para coordinar los planes de gobierno. A esto se le suma que se perdió presencia policial: cuando yo era intendenta, teníamos 180, 200 móviles. Hoy hay, con suerte, 60. Tampoco hay tantos detenidos. En estos últimos tres años hubo unos 40, entonces, no hubo una depuración tan seria de la policía. Tenemos un estado totalmente fragmentado, atrasado, que no coordina ni articula en una mesa multiagencial acciones conjuntas. Ante eso, tenés una realidad de violencia que no se va a resolver con la presencia de Gendarmería -que es un actor importante, que pacifica- si no tenés un plan integral.
-¿No es paradójico que haya habido un plan coordinado cuando el gobierno provincial y nacional eran de diferente color político y, ahora, que el Frente de Todos gobierna en ambos casos no exista tal cosa? Parecía que iba a ser más sencillo a partir de 2019...
-Así nos decían. Yo como intendenta decía: "Ustedes creen que el narcotráfico elige a Rosario, yo creo que Rosario es importante pero no tanto como para que solo elijan Rosario". Pero aprovecharon este drama circunscribiéndolo a una ciudad y también decidieron estigmatizar a un partido político. Decían que era problema del socialismo. Entonces, fue funcional políticamente no asumir la responsabilidad. Por eso el Kirchnerismo no tuvo un plan integral.
-¿Y durante el gobierno de Mauricio Macri?
-Creo que en el gobierno de Macri, Patricia Bullrich, con quien tengo miles de diferencias, no tomaron la misma actitud y se sentaron a coordinar, con debates, algunos muy fuertes, y pudimos avanzar muchísimo con información que traía Bullrich, información que obviamente solo puede tener el Gobierno Nacional. Bueno todo eso fue importante, aprendimos, no es que todo nos salió bien. Por supuesto que hay cosas que uno se replantea que haría diferente, de hecho, estamos trabajando en un plan diferente. Clara García [diputada provincial] le presentó a Perotti una serie de propuestas que creemos que hay que llevar adelante, nos ofrecimos, con nuestra experiencia, a sentarnos a una mesa para aportar nuestras nuestros aciertos y errores. Pero Perotti ha decidido culpar al gobierno nacional, correrse del problema y no tener un plan. Y el gobierno nacional, que además tiene un conflicto interno inmenso, lo aprovecha para pelearse con la Corte Suprema. Falta plan, unificar criterios, compromiso. Lo que sucede en Rosario es grave y no están a la altura de las circunstancias.
-¿Qué sabor te dejó la exposición de Aníbal Fernández ante la comisión de Seguridad Interior?
-Que más allá de la presencia de fuerzas, no hay un plan integral, no hay un programa unificado, no se ve la articulación de todo lo que se necesita para combatir el delito organizado. Si él solo lo puede hablar de él, es difícil. Parece que cada cosa depende de otro ministerio y la interna que tiene el propio Gobierno me da una mala visión de que puedan coordinar acciones que sean integrales. Le venimos planteando que vienen frenando el sistema acusatorio. El conflicto de la Vicepresidenta con la Justicia también repercute, porque ya tendríamos que tener el sistema acusatorio. También hay jueces que no nombraron. Nosotros podemos avanzar con proyectos de ley, como lo hemos hecho, pero la verdad que creo que la sensación es que no se hacen cargo que gobiernan en la provincia y en la Nación y ahora no pueden culpar al socialismo. Ahora tienen que hacerse cargo y lograr articular, integrar todas las acciones y, obviamente, convocar a todos los que podamos. Clara (García) les propuso que convoquen a todos los expertos de los distintos partidos que podemos aportar, para tener una política de Estado no un debate partidario. Queremos ser parte de la solución, pero no somos convocados.
-¿Por qué es tan importante que se implemente el sistema acusatorio a nivel federal que, dicho sea de paso, ya rige en Santa Fe?
-El sistema inquisitorio no sirve para investigar ni para ir al fondo del proceso. En Santa Fe, el acusatorio nos permitió depurar la fuerza de seguridad y meter presos a policías. Y hasta hubo autodepuración. Por ejemplo, se demostró que fiscal designado por este sistema y su segundo tenían complicidad con el juego ilegal y fueron destituidos, porque tienen auditoría. Proponemos que haya un fiscal por cada territorio que tiene violencia, para que puedan mirar a todos los actores que están en un mismo territorio. El sistema acusatorio permite también investigar al poder político. Incluso, ha investigado el lavado de dinero, a los empresarios de la ciudad. El sistema federal que hoy tenemos no logra investigar las causas más importantes de narcotráfico. Los líderes que están presos, en general, es por asesinatos, por asociación ilícita. No llega o llega tarde a la investigación del narcotráfico. Además hubo acuerdo para que se aplique en Santa Fe, pero depende de una bicameral y lamentablemente el Senado no nombra a los senadores. Por eso le hemos mandado una carta a la Vicepresidenta.
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-¿Hubo respuesta a esa carta?
-No. No hubo respuesta. Se lo planteamos a Aníbal Fernández y dijo que no es su problema, como si no fueran un frente político que tiene que dar cuenta de todo lo que hace, inclusive, de parar un sistema que permitiría investigar a los delincuentes que matan gente. Porque eso es lo que estamos discutiendo, no es un problema de organización sino de hacer más efectivos los procesos de investigación y de condena del narcotráfico. Eso es lo que queremos. Parar ese sistema parece que fuera una lucha contra el Poder Judicial, contra la Corte, en lugar de entender que estamos discutiendo cómo trabajamos contra el delito.
-En estos días, el Presidente Alberto Fernández anunció que se iban a enviar a las Fuerzas Armadas para urbanizar a los barrios de Rosario ¿cómo ve ese anuncio, sirve a su entender...?
-Hemos urbanizado más de 35 asentamientos irregulares con equipos locales, que trabajan con los vecinos. Siempre trabajamos de manera coordinada. Obviamente, generás un proceso de integración territorial y social. Tenemos experiencias para hacerlo. Parece que tenían ganas de poner "Fuerzas Armadas" en la comunicación. No creo que sean necesarias más que la cantidad de las Fuerzas de Seguridad que están en Capital Federal. Yo siempre les digo que están cuidando Puerto Madero en lugar de estar cuidando los puertos en la hidrovía. Bueno, creo que es un manotazo de ahogados. Dicen que van a controlar las cárceles, pero no dicen cómo. Dicen que van a mandar cámaras... son todos manotazos de ahogado. En la situación que estamos, se tienen que coordinar todas esas acciones. Tiene que haber un plan integral unificado con plazos con objetivos. Que podamos medir, que podamos decir cuándo se van a hacer las cuestiones.
-¿Cómo cayó en Rosario que el Gobierno Nacional tomara cartas en el asunto tras la balacera al supermercado de la familia política de Messi?
-Fue una falta de respeto. La misma que hizo en la Asamblea Legislativa. Tres días antes de la balacera, en el Congreso, planteó que el narcotráfico estaba en Rosario porque la Corte había tomado por asalto el Consejo de la Magistratura y no avanzaba en la designación de jueces. Es decir, usó cínicamente el dolor de los rosarinos para pelearse con la Corte. Por eso, nos levantamos, cosa que no hace el socialismo. Después dijo que "algo más habrá que hacer" y Aníbal Fernández dijo que era un problema del gobernador y que a él no le pidieron ayuda. O sea, desligándose de un delito federal, y que es un problema que hay que resolver desde el Gobierno Nacional. La realidad los pasó por arriba e improvisaron respuestas ante un problema que requiere un programa integral y una conducción política clara.
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