Massa define con su tropa su vínculo con Milei, Kicillof y el kirchnerismo

Horas después del discurso de Javier Milei frente a la Asamblea Legislativa el excandidato a presidente Sergio Massa reunirá a las máximas figuras del Frente Renovador en Roque Pérez, una localidad vinculada al sector agropecuario, ubicada a 143 kilómetros de Tigre y a 135 de la Ciudad de Buenos Aires. Más allá de las charlas que organiza en su oficina de avenida del Libertador, por primera vez tras la derrota electoral del 2023 Massa se sentará con su tropa a analizar el futuro de su fuerza política y su alianza con el PJ y otros partidos. 

En la Asamblea Legislativa Milei le apuntó directamente. Lo mencionó primero en la lista de "jinetes del fracaso" junto a Pablo Moyano, Juan Grabois, Máximo Kirchner y Cristina Kirchner. La pregunta es qué hará el Frente Renovador -integrante de Unión por la Patria- ante las leyes que el Presidente enviará nuevamente al Congreso y la convocatoria al Pacto de Mayo. 

La cumbre había sido organizada para el sábado 24 de febrero pero Massa lo postergó por cuestiones personales y para no superponerlo con la convocatoria al consejo provincial del PJ que hizo su aliado el diputado y presidente del partido en el distrito, Máximo Kirchner. Lo reagendó para este sábado a partir de las 11 hs. 

En la lista de invitados están los diez diputados nacionales electos en la alianza con Unión por la Patria; cuatro senadores provinciales y diez diputados provinciales, más 21 intendentes, número que se engrosó en la última elección cuando el massismo sumó América, Carmen de Patagones, Tres Arroyos, Chacabuco y, justamente, Roque Pérez.

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Según pudo saber El Cronista, la intención del excandidato es retomar la identidad de la fuerza política que creó cuando se distanció del kirchnerismo y que no se licúe en el confuso escenario de la oposición o frente a las diversas estrategias que se dan en el Congreso donde tienen juego propio los gobernadores, especialmente los que se autodenominan 'dialogistas'. También apunta a poner en valor el esfuerzo en la campaña, especialmente en el principal distrito del país para el Frente Renovador, Buenos Aires, donde todavía no perdonan el daño que ocasionó el escándalo protagonizado por Martín Insaurralde.

Massa sabe que para confrontar con el modelo de Milei hace falta coincidencias políticas con otros sectores. Pero también que no alcanza con él y con Cristina Kirchner cuando Mauricio Macri pesa todavía tanto a favor como en contra del Presidente.

El juego de relaciones en Buenos Aires

En ese contexto, los renovadores no quieren quedar pegados a las internas del peronismo, las disputas entre el kirchnerismo y otros sectores, entre Máximo Kirchner y algunos intendentes, o entre Máximo Kirchner y el gobernador Axel Kicillof.

Pero a la vez los massistas piden hacer valer el peso político que tienen en el mayor distrito del país y como fuerza nacional. Es la principal razón por la que el tigrense mandó una señal la semana pasada en la Cámara de Diputados bonaerense. No fue por un pedido de audiencia no satisfecho a los intendentes sino por el poder real dentro de un cuerpo que preside el exintendente de Monte Hermoso, Alejandro Dichiara, vinculado con Kirchner e Insaurralde. El massismo quería ese lugar para uno propio. Rubén Eslaiman, jefe del bloque renovador, y Alexis Guerrera, son hoy sus espadas más fuertes entre los diputados.

Es cierto, afirman, que Kicillof dio lugar a varios dirigentes del Frente Renovador en su gabinete y en la gestión del distrito. Sigue siendo ministro de Transporte Jorge D' Onofrio y hasta se mencionó el nombre de Malena Galmarini para liderar el Grupo Banco Provincia. Llamativamente la negociación se frustró y Galmarini no asumió ningún cargo. La razón: los renovadores piden juego político, no sólo cargos, y sentarse a discutir el político.

¿Cómo seguimos?, es una de las preguntas que más se escuchan entre quienes se resignan a que Buenos Aires reciba la mitad de lo que produce y dan por perdidos el FONID y el FOFOFI, fondos que iban a los salarios de docentes y policías. Los intendentes saben que Kicillof no tiene mucho margen para incrementar transferencias.

"Queremos relaciones recíprocas con nuestros socios", alerta una de las voces más críticas entre los renovadores a los que hasta -ahora al menos- Massa siempre calmó. En La Plata en cambio aseguran que "Kicillof ha sido muy generoso con todos los sectores" en referencia a la apertura de su equipo a Nuevo Encuentro, al Frente Grande, el Movimiento Evita y por supuesto al cristinismo y a La Cámpora que tienen nombres que coinciden y también por separado.

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La crisis no es nueva. Sucedió durante la gestión de Alberto Fernández cuando muchos pidieron a Massa que rompiera el frente. En cambio asumió como ministro de Economía y se quedó con la candidatura presidencial. Ahora está en juego la identidad del espacio y las propuestas con las que siempre defendieron, por ejemplo, a la clase media.

Otro dilema frente a Milei es si les conviene dejarlo hacer o confrontar y si aún confrontándolo, es suficiente para recomponer un vínculo roto con la sociedad.