Garzón, el pueblito conocido como La Toscana de Uruguay: hay hotel flotante, casitas coloniales y bodega con vinos de mar
En el extremo este de Uruguay, a solo media hora de la costa oceánica, está Garzón, un pueblo detenido en el tiempo y perfecto para una escapada de fin de semana. Paseos, gastronomía y vinos para disfrutar.
Uruguay - En el departamento de Maldonado, muy cerca de la frontera con Rocha, se encuentra un lugar tan tranquilo como especial: Pueblo Garzón. Fundado hace más de 130 años, este pueblo cuenta con 200 habitantes dedicados principalmente a las actividades rurales y a la explotación de las canteras de granito de la zona.
Asimismo, incentivados por el desembarco de Francis Mallmann en 2004, otros gastronómicos, bodegueros y artistas plásticos también encontraron en la calma de Garzón su lugar en el mundo.
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Para una escapada de fin de semana, estos son los 5 lugares que hay que recorrer en Pueblo Garzón, el lugar que por sus calles anchas, fachadas antiguas y propuestas de lujo es conocido como 'La Toscana uruguaya'.
1 - Plaza y centro del pueblo Garzón
Custodiada por la iglesia y el club social, la plaza es el epicentro de Pueblo Garzón. Está rodeada de casas bajas de estilo colonial y tiendas de artesanías.
Con su cuidado diseño simétrico y sus viejas palmeras, es el punto de partida para recorrer el radio de dos cuadras que forman el corazón del pueblo.
Sus antiguas construcciones remiten a aquellos tiempos en los que su población era 10 veces mayor, entre 1930 y 1950, cuando el ferrocarril y el molino hicieron que el pueblo tuviera 2.000 habitantes.
Con sus callecitas y su espíritu rural, Garzón propone, lisa y llanamente, un viaje en el tiempo.
2- Compañía Uruguaya de Vinos de Mar
Es una de las bodegas uruguayas del momento. El proyecto de tres familias que soñaron con elaborar vinos capaces de destacar las características más sobresalientes del terruño Maldonado: la influencia marina, el suelo de granito de sus sierras, las lluvias y las nubes.
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Comandado enológicamente por Michelini i Mufatto (Gerardo Michelini, Andrea Mufatto y su hijo Manuel), su producción se concentra en vinos de microunidades de terroir muy especialmente seleccionadas; parcelas únicas destacadas por sus características, con las que elaboran solo dos cepajes: albariño y pinot noir.
Todos los días desde la mañana hasta la caída del sol, la Compañía ofrece visitas guiadas, degustaciones y tapas en el Bar de Vinos que se encuentra junto a la bodega. Un plan imperdible para conocer de qué hablamos cuando hablamos de vino uruguayo.
3 - Galerías de arte
En los últimos años, Garzón se convirtió en tierra de artistas. Por eso, no es extraño que un pueblo tan pequeño tenga al menos tres galerías que son una parada obligatoria para los aficionados al arte: Galería Pueblo Garzón, Black Gallery y Piero Atchugarry Gallery.
En todas ellas es posible disfrutar de sus colecciones de pinturas, dibujos y esculturas con la firma de artistas contemporáneos que vale la pena conocer.
4 - Laguna Garzón Lodge
Para los aficionados a la naturaleza, Laguna Garzón Lodge es el alojamiento ideal para entrar en contacto con el ecosistema de la laguna y el Parque Nacional Lacustre.
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Este hotel fue concebido con 12 habitaciones flotantes en un entorno de calma que se integra al paisaje. Su restaurante Garza Mora está emplazado sobre palafitos en el agua y se especializa en cocina ecológica gourmet a base de frutos del mar y productos naturales locales.
Además, el Laguna Garzón Lodge ofrece a sus huéspedes actividades de ecoturismo sustentable como avistamiento de aves, senderismo y deportes náuticos.
5 - Sierras de Garzón
A escasa distancia del pueblo se encuentran las Sierras de Garzón, una cadena de sierras que da nacimiento al arroyo de José Ignacio y sus afluentes. Más allá de su geografía compuesta por pequeños arroyos, cascadas y montes, su principal encanto es que se diferencia de las zonas costeras por conservar la fauna y la flora autóctonas de la zona.
En un paseo por las sierras, el gran atractivo natural de la zona, es posible avistar aves como la viudita y los búhos; animales como el carpincho y el tatú; y árboles propios de la región como el espinillo y la blanquilla.
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