Quién es Pablo Lavigne, el elegido para destrabar SIRA: apertura, desafíos y limitantes
La atención se concentrará en destrabar los permisos para importar que representan una deuda por más de u$s 50.000 millones
En la cuenta regresiva, hacia el traspaso de mando el próximo 10 de diciembre, Javier Milei continúa dando señales sobre qué funcionarios resultaron piezas clave en su estructura de gobierno y, en ese sentido, el nombre del economista Pablo Lavigne comenzó a sonar con fuerza en las últimas horas como el próximo Secretario de Comercio.
A la espera de la confirmación oficial, el ex funcionario de la gestión de Mauricio Macri, confirmó a El Cronista que es parte de los equipos que acompañan la transición. "Ayudando", respondió quien se ocupó de desarmar la "DJ" (declaraciones juradas) que implementó Guillermo Moreno, para administrar el comercio exterior.
En el entorno del comercio internacional, confían en la "cintura" de Lavigne para destrabar la "bomba" que se generó por las restricciones para girar dólares al exterior, sin embargo, genera expectativa cómo se complementará este rol con la administración del comercio interno.
Según declaró el presidente electo, la Secretaría de Comercio, "no -existirá- en el sentido que le han dado históricamente los gobiernos" y no incluirá la "aberración" del control de precios, au así confirmó que la liberación de la economía se será progresiva.
Por ahora, la atención se concentrará en destrabar los permisos para importar que se gestionan en el sistema SIRA y que representan una deuda que supera los u$s 50.000 millones con proveedores de bienes y servicios del exterior.
Según la consultora 1816, la deuda comercial creció más de u$s 3000 millones en octubre y acumula una suba de casi u$s 24.000 millones desde enero de 2022, cuando comenzaron a ampliarse los plazos de pago como consecuencia de la sequía que limitó el ingreso de divisas del agro.
"El problema de la SIRA lo podés encarar sin tanto drama, dependiendo de si se unifica o no el tipo de cambio. Con tipo de cambio único y libre podés liberar flujo y/o calendarizar el stock de deuda o que se cancelen en el dólar libre (dependiendo de la unificación tendrás más o menos presión)", planteó Lavigne en su cuenta de Twitter
"La mitad de la nueva deuda es de empresas grandes y con casas matrices, no debería ser un gran problema para calendarizar. Sí es fundamental cambiar el sistema: lo ideal es uno informativo pero sin restricciones ni licencias de importación. El tipo de cambio alto debería ayudar", explicó.
Lavigne, se desempeñó como director nacional de Facilitación del Comercio Exterior, en el Ministerio de Desarrollo Productivo, desde 2015, y estuvo a cargo de la implementación de la Ventanilla Única del Comercio Exterior (VUCE), desde 2018, bajo la órbita de Dante Sica con quien continuó trabajando en la consultora Abeceb como Director para América Latina.
Antes de incursionar como funcionario, fue miembro de los equipos técnicos de la Fundación Pensar.
Apertura: ganadores y perdedores
"Argentina necesita abrirse al mundo"; "generar dólares"; "agregar valor a su producción", diagnosticó el economista en un seminario de comercio exterior pero aclaró que a la hora de tomar decisiones, la cíclica restricción externa -que este año se agudizó por la sequía - voltea las proyecciones.
Aunque la mayor apertura comercial se plantea como la alternativa para incrementar el ingreso de divisas, fortalecer las reservas del Banco Central y resolver los principales problemas de la macroeconomía, como la alta inflación y el "cepo", Lavigne asumió como "limitante" a la transición a una economía moderna, que "la integración genera ganadores y perdedores".
Entre los más desfavorecidos, se encuentran los sectores sujetos a la competencia internacional que, con el actual mecanismo, "poseen una tasa de protección efectiva muy elevada, llegando incluso a 100%", indicó en un artículo publicado por el portal especializado Trade News.
"Si bien el esquema de sustitución de importaciones mostró sus límites en la creación de empleo en la última década, incluso con un corrimiento de estos sectores protegidos hacia el empleo informal, la última experiencia normalizadora del comercio tuvo que convivir con 3 años de recesión que opacaron la reforma en el plano comercial", reconoció Lavigne.
En ese sentido, marcó que todas las experiencias "normalizadoras" tienen el problema de que los perdedores están bien identificados, agrupados y expresan su posición de forma clara, mientras que los ganadores están "dispersos y no hacen sentir en la opinión publica la mejora en su posición".
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