Con un guiño a Macri y mucha épica anti-K, Bullrich presentó su libro: "Esta es la batalla final"
La candidata de Juntos por el Cambio estuvo acompañada por varias figuras del PRO y una gran concurrencia de público en la Facultad de Derecho. El radicalismo porteño, ausente. Las definiciones que dejó desde el escenario
Patricia Bullrich necesitaba un acto como el que hizo en la Facultad de Derecho de la UBA en este tramo de la carrera en las elecciones 2023. La asistencia en el Aula Magna superó largamente a las 850 butacas, con gente sentada en las escaleras y apostada en los pasillos. Muchos quedaron afuera y siguieron el evento desde la pantalla colocada en el foier. Otros, simplemente se fueron para no continuar parados después de la larga espera.
El cambio de humor se hizo notar ya en las filas para el ingreso a la presentación del libro "De un día para otro" (Sudamericana). Los dirigentes se amontonaban para ocupar los lugares ya reservados. Pero la gente común, los seguidores de la exministra, tenían el semblante optimista de quien se lanza a una carrera que sabe que llevará varios meses, pero donde no está descartado el éxito.
Llegó Mauricio Macri y el público empezó a cantar "sí, se puede" como lo hicieron después de la derrota en las PASO de 2019, cuando se recompusieron del cachetazo electoral. Antes habían arribado Ernesto Sanz, Jorge Macri, María Eugenia Vidal, Miguel Angel Pichetto, Diego Santilli, Federico Pinedo, Sabrina Ajmechet, Mario Negri y Rodrigo de Loredo.
También dijeron presente Alejandro Finocchiaro, Luciano Laspina, Hernán Lacunza, Margarita Stolbizer, Rodolfo Santángelo, Karina Banfi, Maximiliano Abad, Cristian Ritondo, Hernán Lombardi, Maximiliano Ferraro, Humberto Schiavoni, Lalo Creus y Carlos Pirovano, entre tantos.
Horacio Rodríguez Larreta llegó unos minutos antes que Bullrich y pasó casi inadvertido. Cuando ya había empezado la presentación se lo vio ingresar a Diego Kravetz, a cargo de la intendencia de Lanús y candidato, que fue directo a sentarse al lado de su pareja, Soledad Acuña, y sus hijos.
El ingreso festejado, claro, fue el de Bullrich, quien entró al Aula Magna junto a su pareja, Guillermo Yanco, bajo la consigna que saltaba de las butacas: "Se siente, se siente, Patricia presidente". Eufórica, la candidata saludó a las distintas gradas y luego recorrió la primera fila de invitados saludando a cada uno.
Luego de una breve presentación que hizo Carlos Manfroni, quien fue el ghost witer del libro, subieron al escenario el candidato a vicepresidente Luis Petri y la abogada Silvina Martínez, quienes oficiaron de moderadores de la presentación.
Allí, Bullrich ya dio alguna definición picante, como cuando Martínez le preguntó si se iba a animar a terminar con los piquetes. "¿A vos qué te parece?", le contestó. Y aseguró que no va a necesitar ninguna legislación especial, ya que cortar el tránsito ya está prohibido y penado.
Contó, por otra parte, su experiencia en materia de seguridad, diciendo que no podría haber hecho nada sin el apoyo de "Mauricio, el Colo, Horacio, Cristian", buscando agradecer, pero también cerrar heridas.
Larretistas paladar negro hubo pocos. Se vio al ya mencionado Lacunza, perfectamente integrado al equipo de la candidata, y a Franco Moccia, ex titular de la Fundación Pensar, a gusto con la nueva conformación del think tank del PRO, con la que ya está trabajando. No muchos más.
Radicales porteños, ninguno. Ni Martín Lousteau , ni Emiliano Yacobitti. Por el contrario, hubo muchos radicales de la provincia de Buenos Aires, liderados por Abad, candidato a senador nacional.
Sí estaban el mencionado De Loredo, Maximiliano Pullaro y una gran cantidad de dirigentes radicales del interior, aunque no Gerardo Morales, el presidente de la UCR. Tampoco los radicales de Mendoza y Chaco, enfocados en las elecciones a gobernador en ambas provincias.
Lilita Carrió se ausentó como lo viene haciendo en los distintos actos, aunque no solo estuvo el titular de la Coalición Cívica, sino una gran cantidad de dirigentes del espacio menos conocidos, como Lucho Bugallo, diputado provincial, y Lucía Romano, legisladora porteña. También se vio a Elisa Trotta Gamus y una gran cantidad de venezolanos refugiados en la Argentina.
Mezclados con el público pudieron verse el ensayista Juan José Sebreli, el actor Juan Acosta, el coleccionista Marcelo Gioffré, el exembajador Mariano Caucino, el documentalista Pablo Racioppi, el politólogo Fernando Pedrosa, el ex director del Archivo Histórico Nacional Emilio Perina y el escritor Fernando Andahazi, entre otros.
El regreso de la épica
Pero el plato fuerte fue al final, con el discurso de diez minutos que dio Bullrich, de fuerte tono épico. Allí, hizo un breve recuento de lo que fue la lucha contra el kirchnerismo durante 20 años, no solo de ella, sino "de todos ustedes".
Arrancó con los intentos de hegemonía K, la lucha del campo ("estuvimos en cada ruta acompañando"), por la libertad de expresión ("estuvimos defendiendo en todos lados la libertad de prensa"), en contra del Memorando con Irán ("no nos callamos nunca y salimos a la calle para defender la memoria de Alberto Nisman") y la lucha por las víctimas del narcotráfico y la inseguridad ("en todo el país cuidamos a los que nos cuidaban")
En otro momento, habló de la defensa por la propiedad privada ("en cada provincia, y más que nada en el sur, donde pasamos momentos muy difíciles") y la lucha por la libertad en la pandemia ("cuando nos querían encerrar y nosotros salimos a la calle, también en defensa del derecho a la educación").
"Nosotros somos los que siempre estuvimos en estos 20 años, fuimos la única fuerza que puso y que sigue poniendo el cuerpo para terminar con este modelo de destrucción y hambre", dijo. Y cerró diciendo que "nosotros somos la verdadera oposición al kirchnerismo, vamos a terminar con el kirchnerismo para siempre, esta es la batalla final". Y el Aula Magna estalló.
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