TIRONEO CON EL FONDO

Massa le puso un "precio" a la guerra y se lo detalló al FMI en un informe con un pedido concreto

En su paso por Indonesia, el ministro de Economía le entregó a Georgieva un inventario de ese costo extra para la Argentina a raíz del contexto bélico. El organismo, en cambio, calcula ese monto en 3.400 millones.

El mano a mano con Kristalina Gergieva llegó inmediatamente después de dos turbulencias: el vahído de Alberto Fernández al inicio del G-20 y los bombardeos a Polonia, que apuraron una reunión urgente de los países que integran la OTAN.

Pese a esas dos situaciones críticas, la cita se concretó el miércoles por la tarde. Fue en una salita del hotel Meliá de la isla de Bali, Indonesia, donde se escenificó la cumbre de los países más poderosos del mundo. El encuentro duró 50 minutos. Suficiente para que Sergio Massa les dejara un paper a Kristalina Georgieva y a la subdirectora gerenta del Fondo Monetario Internacional Gita Gopinath.

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Por el lado del Gobierno, además del Presidente y Massa estuvieron el canciller Santiago Cafiero y el embajador en los Estados Unidos Jorge Arguello.

El título del documento de ocho páginas es elocuente. "Impacto de la guerra en Ucrania sobre la Argentina". En su realización participaron cuatro personas, bajo la supervisión del ministro de Economía. ¿Quiénes? El titular del INDEC Marco Lavagna, el secretario de Hacienda Raúl Rigo, la secretaria de Energía Flavia Royón y el miembro del directorio del Banco Central Lisandro Cleri. Todos portadores de massismo en sangre.

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El texto arranca con una descripción en detalle del "precio" que tuvo (y todavía tiene) la invasión de las fuerzas de Vladimir Putin a Ucrania. "La guerra en Ucrania provocó cambios importantes en el escenario económico mundial, lo que generó un impacto negativo de u$s 4.940 millones en la balanza comercial de la Argentina. Eso se atribuye a un shock en los precios internacionales del sector agropecuario. La soja subió el 9,4%; el trigo, un 33,7%; y el maíz, el 17,8%. Y también en los precios de los combustibles: el gas boliviano subió 114%; el GNL, un 233%; y el gasoil, un 85%", enumera el texto al que accedió El Cronista.

Y continúa: "El valor de las importaciones de combustible aumentó a u$s 5.756 millones, contra los  u$s 1.999 millones proyectados a precios previos a la guerra. Lo que resultó en un aumento neto de  u$s 3.757 millones. En relación al complejo agroexportador, las exportaciones netas fueron  u$s 617 millones, superiores a las proyectadas antes de la guerra. Finalmente, el costo de envío de exportaciones sufrió un aumento de  u$s 1.800 millones con respecto a las estimaciones anteriores a la guerra".

El informe que Massa le dejó a la directora del FMI concluye: "El impacto final del aumento de los precios internacionales por el conflicto en Ucrania se estimó en u$s 4.940 millones". Se trata de un paper de tono estrictamente económico. El documento elude meterse en bretes sobre la política internacional y evita señalar víctimas o responsables por las muertes que causó la invasión rusa iniciada el 24 de febrero pasado. "Los números hablan por sí mismos", repiten cerca del tigrense.


Balanza energética negativa

Las ocho páginas incluyen una serie de gráficos sobre el "costo" de la guerra. El primero (aquí adjunto) muestra que la balanza energética fue especialmente negativa en el invierno de este año, como resultado de las importaciones forzadas.

Table 1: Impact of international price increases in USD million

Projected pre-war

Current projection

Difference

Fuels

-1,999

-5,756

-3,757

Agricultural complex

30,181

30,798

617

Export freights

-3,000

-4,800

-1,800

Total

25,182

20,242

-4,940

El texto de manufactura massista enumera las acciones realizadas para compensar el déficit. Por ejemplo, la renegociación con YPFB del contrato de Gas Natural de Bolivia y el aumento de importaciones de electricidad de Brasil.

En consecuencia, la decisión del oficialismo tuvo un impacto fiscal, al "subir los subsidios energéticos transferidos por el Gobierno Nacional durante el 2022".

El Gobierno hace un cálculo sobre lo que habría gastado en subsidios sin guerra, en base a una proyección retrospectiva, hecha sin la escasez y el aumento de precios mundial que generó la invasión rusa.

Según la estimación oficial, en el mercado del gas, los subsidios habrían ascendido a 290.425 millones de pesos: 135.239 millones destinados a ENARSA para la importación de GNL y gas natural desde Bolivia. Y 76.978 millones en el marco del Plan Gas.

Con el escenario bélico en marcha, los subsidios hasta fines de 2022 serán de 1.270.943 millones de pesos en el mercado eléctrico. Esa alteración supone que la guerra generó un subidón en las transferencias a CAMMESA de 350.578 millones de pesos.


Disparada de los fertilizantes y los fletes

El otro rubro sobre el que pone la lupa el trabajo es el de los fertilizantes. En ese ítem Argentina importa el 70% de lo que necesita para su producción agrícola. Suponiendo importaciones para 2022 iguales a las del período 2020-2021, las compras de fertilizantes redondearán una suba de 4.400 millones de dólares para todo 2022. Eso representa un incremento del 93% respecto a las importaciones de 2021, que fueron de 2.285 millones. Con un agravante: 2021 fue un año récord en consumo de fertilizantes.

El costo de los fletes marítimos también se distorsiona de forma negativa para la Argentina. Tomando información de la Bolsa de cereales de Rosario, el Ministerio de Economía estima un costo adicional de 1.217 millones de dólares.

La prioridad del Gobierno era instalar en el G20 la agenda de los costos que genera para los países del hemisferio sur. Se trata de un reclamo que Alberto Fernández viene repitiendo en los últimos meses.

"Son 5 mil millones que debimos pagar de más como consecuencia del costo de la energía, como consecuencia del costo de los fertilizantes, como consecuencia del costo de los alimentos", detalló el Presidente en la entrevista que dio a El Cronista y otros medios, el sábado pasado en la embajada argentina en París.

Massa le dejó a Georgieva el inventario de esos (casi) 5 mil millones. El Fondo Monetario, en cambio, calcula ese monto en 3.400 millones. Ante el planteo del gobierno argentino, la directora del FMI se comprometió a tratarlo en el board en diciembre y a discutirlo con Massa en Washington.

El Gobierno pretende que esa pérdida económica se compense con una flexibilización de las metas pautadas con el Fondo para 2023. De esos diez exámenes acordados con el FMI, el oficialismo ya logró dos aprobados y está a punto de anotarse la tercera revisión positiva.

Otra de las demandas a Georgieva es que el FMI revise las tasas de sobrecargo que paga la Argentina por su abultada deuda. Cerca de Massa calculan ese costo en 1.000 millones de dólares al año. A la pasada el tigrense se quejó ante Georgieva por la tasa de interés que el país le paga al FMI: 6,6%, contra el 5% que cobra el Banco Mundial, el 3,9% del Club de París y el 2,9% del BID.

Todavía no hubo respuesta del Fondo. Pero Georgieva dejó un mensaje en el pasillo del hotel Meliá de Bali. "Es muy importante que Argentina mantenga el curso tal como lo ha hecho en los últimos meses. Coincidimos en nuestra conversación que en este ambiente global difícil es importante continuar con la disciplina", aseguró la búlgara y se subió a un avión rumbo a Washington.

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