ENTREVISTA

Hernán Letcher, el economista preferido de Cristina Kirchner: definiciones sobre suma fija, ajuste y Sergio Massa

Es uno de los especialistas más escuchados por la vicepresidenta. Defendió el aumento de suma fija para mejorar la distribución del ingreso, que empeoró en la pospandemia. Cómo evalúa el ajuste del gasto y las gestiones de Sergio Massa y Martín Guzmán

Hernán Letcher dirige el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que produce buena parte de los datos económicos que suele citar la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en sus exposiciones. 

El economista recibió a El Cronista en la sede central de YPF, en Puerto Madero, donde oficia como director de YPF Litio. En cuarenta minutos de charla, reivindicó el pedido de suma fija para mejorar la distribución del ingreso, puso el foco sobre la rentabilidad empresaria y defendió la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía, con ajuste fiscal incluido. Massa, dijo, administra las consecuencias "de lo que hizo Macri, pero también de la gestión de Martín Guzmán".

Nuevo dólar soja: indefiniciones del Gobierno y distintos tipos de cambio para economías regionales

Por el fuerte ajuste fiscal y la inflación, el gasto público acumulado ya cae contra 2021

-Su diagnóstico y el de Gabriel Rubinstein coinciden: las ganancias de las empresas están por arriba de lo que deberían y los salarios, retrasados.

-En términos de distribución del ingreso, hay dos grandes etapas. El retroceso de la participación de los asalariados en el ingreso se produce en los cuatro años de Mauricio Macri. Hay un doble proceso, una retracción de la economía, pero una retracción de los salarios mayor. Es decir, la participación del capital tiende a incrementarse, pero no es un momento en el que uno diga que les fue bien, sobre todo al sector industrial. 

La etapa posterior fue fuertemente signada por la pandemia. La pandemia fue un paréntesis, porque hubo una caída fuerte en la producción y, en general, los salarios, por las políticas estatales, se mantuvieron. Entonces, hasta mejoró la distribución. El problema fue en la pospandemia, que muestra una recuperación fenomenal de la rentabilidad, un incremento de la rentabilidad y una estabilización en los salarios. Por eso, el capital tiene un fuerte incremento en la participación. El 75% de la productividad adicional se la quedó el capital. La porción de los trabajadores, en términos absolutos, no se redujo, pero como la torta se agrandó, cayó en términos relativos.

Hernán Letcher, en la sede central de YPF.

-Pero el trabajador no sentiría la diferencia, y el salario real cae.

-Bueno, es que lo dije en términos agregados. Sí hay una retracción del poder adquisitivo, que no es uniforme, claro. El salario está dos puntos por debajo del 2019. La retracción no es tan significativa, si la miro de manera agregada. Pero es engañoso, porque el trabajador no registrado perdió 15 puntos y en el trabajo registrado también hay un problema. Dicho de manera burda, hay paritarias de 120% y otras de 60%. 

La suma fija

-¿Qué podría hacer el Gobierno?

-Nosotros fuimos promotores de la suma fija. Ayudaría a los salarios más bajos y es complementaria de la paritaria, sube los pisos. En otros momentos de la historia, la herramienta era el Salario Mínimo Vital y Móvil, porque obligaba a subir los pisos de convenio. El problema es que Mauricio Macri retrasó el SMVM. Eso se profundizó, lamentablemente, con la pandemia, porque la discusión parecía irreal mientras se hablaba de suspensiones. Hoy, para que afecte en los salarios de convenio, el SMVM debería duplicar su valor. Y está el agravante de que termina siendo una discusión fiscal, atada a los planes sociales. Entonces, dijimos que la suma fija es lo que se aproxima para mejorar este proceso.

-El Presidente, la CGT y otros sectores se resisten.

-Hay quienes dicen que espiralizan en términos inflacionarios. Bueno, si no se acompaña con una discusión de precios, sí. Pero se acaba de lanzar Precios Justos. Además, no creo que los salarios sean inflacionarios. Sí hay puja distributiva. Y hoy los costos están disociados de la evolución de los precios. La segunda cuestión es la de los municipios. No lo pagaron en 2019, ¿por qué hoy sería un impedimento?

Herencia, ajuste, pasado y futuro

-Hay un fuerte freno en el gasto en los últimos cuatro meses. ¿Qué cambió para que ese ajuste que pilotea Massa tenga un respaldo político que Martín Guzmán no tuvo?

-Massa está administrando las consecuencias, sobre todo, de lo que hizo Macri, pero también, en buena medida, de la gestión de Guzmán. Yo fui crítico del acuerdo con el FMI. Había condiciones para un acuerdo que le permitiese a la Argentina liberarse, en algún momento, del Fondo. No sacó nada a favor. ¿Los sobrecargos? No. No hubo ningún reconocimiento del Fondo de lo que en su propio paper decía sobre su responsabilidad al haber financiado la fuga de capitales, algo prohibido por su propio estatuto. En el acuerdo no está la guerra. Está el agravante de la pandemia, que hizo gastar plata que no se recaudó. Ese es el contexto de la administración que está haciendo Massa. Yo reivindico el ordenamiento de cuentas, ahora, cuando lo hacés con una pistola en la cabeza, porque tenés al FMI en el acuerdo que firmaste, no es lo mismo que no tener la pistola. No hay el mismo margen de acción, no son las mismas herramientas que se pueden aplicar, no son las mismas contingencias a enfrentar en el camino.

-Cristina vuelve, como escenario posible, al país modelo 2015. Pero también menciona las dificultades objetivas, como el FMI, el endeudamiento o la falta de reservas. ¿Cómo piensan que se sale de ese atolladero? Porque Néstor Kirchner, primero, ordenó las cuentas...

-Yo no comparto eso. Soy un enamorado del tercer gobierno kirchnerista, del segundo de Cristina. Dicen que en ese último mandato no se creció. Se creció moderamente, es cierto, pero con una gran virtud, que fue la redistribución del ingreso. Es mucho más difícil hacerlo con una torta que apenas crece. Creo que las dificultades pueden ir cambiando, pero no es que no había dificultades.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en La Plata.

-Pero, por ejemplo, todos los años se pagaba deuda con reservas y hoy hay menos reservas y hay más deuda.

-Las dificultades son distintas y probablemente las actuales sean más gravosas. El nivel de endeudamiento, el acuerdo con el Fondo, que es un condicionante fenomenal. Yo estudié en la década del 90. El endeudamiento era la dimensión que atravesaba cualquier análisis como condicionante. El que decía que había que desendeudarse era tildado de loco. Y pasó en Argentina. Frente a esos antecedentes, eso se puede hacer.

El debate sobre la reforma laboral

-Hay una gran falla del Estado: los altos niveles de informalidad, que ya orillan el 40%. La oposición impulsa, ahí, reformas laborales. ¿Es el camino? ¿Cómo lo ve?

-Es un debate que me interesa mucho, pero que no se da con datos. Durante los cuatro años de Macri, jamás estudiaron qué había dentro. Porque si lo hubieran estudiado, no podían proponer la reforma laboral a la usanza brasileña y un montón de políticas que intentaron imponer y no salieron. O las versiones actuales de abaratar el costo de contratación y demás, que no tienen sentido ni argumentos empíricos válidos.

-¿Por qué?

Porque, cuando indagás qué hay en ese 40%, encontrás tres grandes problemas. Uno es la evasión de las grandes, que registran, pero tienen otros mecanismos para evitar la responsabilidad, como la tercerización. Eso se aborda con controles y con herramientas de palo y zanahoria. 

Una segunda parte tiene que ver con las empresas que no tienen el nivel de rentabilidad para registrar a sus trabajadores. En general son microempresas, pymes familiares. Eso se resuelve con políticas orientadas a facilitar y abaratar, allí sí, la registración. 

Y hay un tercer problema, que son los bolsones de trabajo no registrado: textil, empleo agrario, servicio doméstico. En el servicio doméstico, la política de registración es prácticamente un regalo, pero sigue habiendo informalidad. Si hago la mochila austríaca o elimino las indemnizaciones, ¿voy a resolver ese problema? No. En el empleo agrario y el sector textil pasa algo parecido, son lugares donde hay que controlar fuertemente.

-¿Qué le pareció la reciente implementación de Precios Justos? ¿Puede frenar la inercia del 6% de inflación mensual?

-Me genera expectativa por dos cuestiones. Primero, hay una dinámica inflacionaria que tiene un componente de inercia, pero tiene un componente de especulación. Y esto ataca el componente de especulación. Está bien ideado. Está pensado para que haya una canasta de precios fijos a la usanza de Precios Cuidados, pero está pensado qué hacer con el resto de los productos, que era el problema. Porque, si no, habría una dispersión de precios fenomenal. 

En principio está también pensado llegar a los mayoristas para que el almacenero pueda comprar más barato. A eso se agrega la zanahoria de los dólares para importar. En la práctica hay que ver, creo que hay que meterle controles territoriales. Pero además está orientado a una problemática que en general no se menciona y a veces se usa en contrario.

Sergio Massa, al presentar Precios Justos.

-¿Cuál?

- Daniel Funes de Rioja (presidente de Copal y la UIA) dice: "¿Cómo van a fijar precios, si los costos están aumentando?" Falso. La inflación enero - octubre fue 76,6%. Dólar oficial, 52,7%; CCL, 52,1%, tarifas, 66,3%; nafta, 52,9%, salarios, 71%. ¿Dónde está el problema, si ninguna de estas variables sube más que la inflación? Hay un componente que es especulación y que está reflejado en los balances de las empresas que cotizan en bolsa: Arcor, Molinos, Ledesma, La Anónima. Las ventas, en los primeros nueve meses de este año, se incrementaron 92,2% en dólares. La rentabilidad operativa, 32%. Es un acuerdo que se puede cumplir, a las empresas no les afecta en su cumplimiento operativo, como tampoco les afecta la suma fija, que mejoraría la distribución del ingreso. Este es un tema central también. 

Dólar soja

-A propósito de la redistribución, ¿cómo ve una segunda edición del dólar soja? ¿No le están tomando la mano al Gobierno?

-Depende del poder que se haya construido. Si al dólar soja lo ves aislado del contexto, es una herramienta que mejora la rentabilidad de un sector al que le va bien. Cuando se pone en contexto, estuvo bien. La alternativa era una devaluación. Atendió un problema acuciante y que también fue parte de lo que tuvo que administrar Massa. Es una concesión, pero en un momento particular.

-¿Esa presión devaluatoria ya pasó?

-Veo que la operación tendiente a forzar una devaluación no se acabó. Y tiene distintas versiones y objetivos de mínima y de máxima. El de mínima es lograr otro dólar soja. El de máxima, forzar una devaluación. Si mirás Clarín, en las últimas tres semanas, están con el problema del dólar. Y acabamos de cerrar un acuerdo por u$s 5000 millones con China y de acumular más de u$s 6000 millones por dólar soja. Muestran una parte de la curva, que es que entre ahora y marzo no hay liquidación. Es un momento para sostener con los dólares que hay, pero está bien que así sea. Del otro lado, hay jugadores que operan fuertemente para una devaluación. El dólar soja era útil para ese momento en particular. Me parece que el Estado tiene que ganar herramientas para no volver a sufrir una extorsión de los grandes agroexportadores.

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Comentarios

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    Ariel Alvarez

    23/11/22

    Que muchacho limitado este, todo el problema se circunscribe a Macri, hace 3 años que gobiernan despues de otros 12 pero el problema de todo es Macri. Y es el referente de la Vice que podes esperar.

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    • FF

      Fernando Fuentes

      25/11/22

      Yo espero que vuelvas a la escuela alguna vez!!

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