Entre el 'Grupo Cocoon' y su reproche a Cristina: el devenir de Alberto Fernández
El Presidente se limita a mantener actividades de escasa repercusión a la sombra de Massa. Su rol en la campaña y los amigos que le quedan en el poder. Los proyectos que tiene para después de diciembre.
En los últimos meses que le restan de mandato, Alberto Fernández deambula casi en soledad, se aferra a una agenda internacional poco atractiva, se cobija en la agenda oficial de campaña sin demasiada trascendencia, proyecta su futuro alejado del poder y le pesa el mayor de los legados: estar sometido a la inevitable sombra de Sergio Massa día y noche.
Quienes dialogaron con el Presidente en las últimas semanas aseguran que lo ven con ánimo para apoyar la campaña de Massa aunque ajeno a las decisiones de peso real en el poder de la Casa Rosada.
Según pudo reconstruir El Cronista de diversas fuentes calificadas en el Gobierno, Alberto Fernández arrastra un fuerte malestar con Cristina Kirchner. Le pesa aún la decisión de la Vicepresidenta de excluir a Daniel Scioli de las PASO y, así, dejar afuera a uno de sus candidatos predilectos para la presidencia.
Diálogo con Cristina Kirchner
Además, el Presidente no logra entender aún por qué Cristina Kirchner se empecinó en sacar a Scioli de la cancha y dejar a Juan Grabois en la compulsa contra Massa.
"El diálogo de Alberto con Cristina está totalmente cortado y esa relación está dinamitada y sin retorno", expresó sin vueltas un funcionario y entrañable amigo del Presidente.
De todas maneras, Alberto Fernández ya se resignó a esa "relación torturante" con Cristina Kirchner, como la calificó un ministro. Se repliega ahora en la gestión y desde allí apoya la campaña de Massa con recorridas por las provincias y sin interferir demasiado.
"Alberto está disposición de Massa", repiten casi a coro los allegados al jefe de Estado. No hay rencores con el ministro de Economía y precandidato presidencial de Unidos por la Patria.
La imagen de un Presidente en soledad es palpable. En las recorridas por las provincias sólo está acompañado por sus alter ego: el canciller Santiago Cafiero; el secretario de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz, Gabriela Cerrutti; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el jefe de Gabinete y precandidato a vicepresidente, Agustín Rossi; el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
La sombra de Massa
Alberto Fernández se convirtió desde hace un tiempo en la sombra del ministro de Economía y precandidato presidencial. Massa tiene una agenda abultada mientras que el Presidente siempre va por detrás.
En el parte diario de actividades oficiales que ofrece la Casa Rosada de la agenda de Alberto Fernández y en los anuncios que se prevén cada día, el jefe de Economía expone una diferencia abismal respecto del Presidente.
La hiperactividad de Massa es extrema. Incluso hay días en los que el Presidente sólo cuenta con actividad oficial por la mañana y a la tarde nadie sabe lo que hace o no se informa de ello. En cambio, Massa ofrece una grilla de actos que no comienzan a las 8 y pueden llegar a culminar a las 21 del mismo día.
El caso paradigmático se registró el viernes pasado. Mientras que Massa anunciaba el acuerdo con el FMI y daba detalles del mismo, Alberto Fernández se encontraba en una reunión con representantes de familiares-detenidos de Latinoamérica.
No sólo esto. Ese mismo viernes, el jefe de Estado recibió al gobernador brasilero de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite quien ya había estado el día anterior con Massa.
"Desde los gestos, hasta las fotos, las declaraciones y la agenda de Massa se parecen a las de un presidente en ejercicio", dijo a El Cronista un encumbrado funcionario del Gobierno que admitió la situación de incomodidad permanente que vive Alberto Fernández junto a Massa.
El grupo Cocoon
Además de ese puñado de funcionarios leales, Alberto Fernández se aferra sus amigos y militantes de toda la vida que algunos denominan "el Grupo Cocoon", en alusión a la legendaria película norteamericana dirigida por Ron Howard, que describía las andanzas de un grupo de ancianos que descubren el secreto de la eterna juventud.
Ese grupo está conformado, entre otros, por Vitobello; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Arguello; el titular del Banco Central, Miguel Pesce; el embajador en Uruguay, Alberto Iribarne; el diputado Eduardo Valdés, y otros, como Raúl Garré, Carlos Montero y Claudio Ferreño.
El Presidente se reúne esporádicamente con esos amigos. Aunque más bien el diálogo con ellos lo mantiene por el grupo de WhatsApp.
Algunos de los que conforman ese selecto grupo admitieron ante El Cronista que Alberto Fernández suele enviar mensajes a cualquier hora. Puede ser incluso bien entrada la madrugada y los textos son de los más variados o sorprendentes: desde una foto que subió con el luchador Martín Karadagián de los años '80 hasta un saludo por el día del amigo o el recuerdo de una lista de "candidatos indeseables" del peronismo porteño de hace una década.
Alberto Fernández empezó a deslizar ante este grupo de amigos alguna pista de lo que hará una vez que deje la Casa Rosada el 10 de diciembre próximo. Habló en algún momento de volver a dar clases de derecho en la UBA y también de tener un rol en el plano internacional, ya sea en algún organismo o en representación de la Argentina en alguna embajada en el caso de que Massa gane la Presidencia.
La agenda internacional de Alberto Fernández
Como parte de este lineamiento en la política exterior el Presidente ocupará los tiempos que le restan de mandato en la agenda internacional.
Alberto Fernández tiene previsto viajar en septiembre a la cumbre de jefes de Estado del G20 en la India y ese mismo mes trasladarse a Nueva York para participar en lo que será su último mensaje ante la Asamblea General de la ONU. En el medio de ello tiene una invitación a Cuba para participar de un encuentro de presidente del grupo G77+China con la presencian de Vladimir Putin, Xi Jinping y Nicolás Maduro, entre otros.
A la vez, Alberto Fernández tiene una invitación en puerta para octubre en China donde Xi Jinping reunirá a los jefes de Estado que firmaron el acuerdo la Ruta de la Seda con Beijing. No obstante, el Presidente no confirmó aún su presencia a esa reunión ya que se dará justo antes de las elecciones generales en Argentina.
La reciente derrota del presidente español y su aliado en Europa, Pedro Sánchez, dejó a Alberto Fernández en off side. De hecho, el Presidente le envió un tuit felicitándolo cuando en verdad había perdido los recientes comicios. Esta alianza está debilitada de cara al proyecto internacional del presidente argentino y en vistas al triunfo del Partido Popular en España.
En el plano doméstico, el Presidente cruza los dedos y espera a que no haya una debacle de la economía de aquí a fin de año. Se aferra a la gestión de Massa y al acuerdo que se cerró con el FMI como tablas de salvación.
Confía en que la inflación no haga más estragos y no haya más sobresaltos. El Presidente espera que la Argentina pueda sortear sin dificultades lo que resta del año. Después de todo, Alberto Fernández sólo tiene como esperanza inmediata llegar ileso a diciembre y entregar el bastón de mando a quien lo suceda. A estas alturas espera que su sucesor sea Massa, pero si no lo es, confía en que sea una transición en paz.
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