Commodities con subas del 50%: hasta cuándo sigue la presión a la inflación según el Banco Mundial
El precio de los commodities se mantendrá en niveles históricamente altos según el último informe de Perspectivas del Banco Mundial por los próximos años pero con ajustes. Es el mayor shock desde 1970. La respuesta en subsidios y obra pública que propone el BM
La tensión sobre los productos que exporta argentina, la inflación y las necesidades de importación seguirá todo el año y podría prolongarse: los precios de la energía aumentarán un 50% en 2022 y el trigo avanzará casi un 43% según el Banco Mundial, que advierte que los precios en niveles históricamente altos hasta fines de 2024.
Así lo detalla el último informe Perspectivas de los mercados de productos básicos del BM, que estima que los precios de la energía se moderarán un 12,4% en 2023. El impacto de la guerra en Ucrania "equivale al mayor shock de materias primas que hemos experimentado desde la década de 1970".
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El impacto se está agravando "por un aumento en las restricciones en el comercio de alimentos, combustibles y fertilizantes", remarcó Indermit Gill, vicepresidente de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones de la entidad financiera.
En el caso de los commodities agrícolas, la suba de precios promediará el 23% este año para bajar un 10% el año siguiente. Los aceites empujarán la suba con casi un 30% mientras que los granos avanzarán un 20% de acuerdo con las estimaciones del organismo.
Para el trigo, el Banco Mundial pronostica un aumento del 42,7% en 2022 mientras que los fertilizantes, que cruzan a todas las siembras, saltarán un 69,3% en el año. Dentro de los alimentos, el café en su variedad arábica tendrá una suba del 22% y de 16% para el robusta.
En el caso de los metales básicos, tendrán una suba del 22%. Por su parte, el precio del níquel aumentará 51% este año y el aluminio un 37,5%.
riesgo de mayor volatilidad
Las cotizaciones seguirán altas hasta 2024 pero puede prolongarse más. Todo depende de la evolución del conflicto, según remarcó el Banco Mundial. "Se espera que los precios de las materias primas se mantengan muy por encima del promedio de los últimos cinco años. En caso de una guerra prolongada o sanciones adicionales a Rusia, los precios podrían ser incluso más altos y más volátiles de lo que se proyecta actualmente", enfatizó Gill.
"El fuerte aumento de los precios de los insumos, como la energía y los fertilizantes, podría conducir a una reducción de la producción de alimentos, especialmente en las economías en desarrollo. Un menor uso de insumos pesará sobre la producción y la calidad de los alimentos, lo que afectará la disponibilidad de alimentos, los ingresos rurales y los medios de subsistencia de los pobres", advirtió John Baffes, economista senior del BM.
El impacto de la guerra podría ser más duradero que los impactos anteriores por al menos dos razones: hay menos espacio para sustituir los productos energéticos más afectados por otros combustibles fósiles, porque los aumentos de precios han sido generalizados en todos los combustibles. Y el aumento de los precios de algunos productos básicos también está elevando los precios de otros productos básicos: los altos precios del gas natural han elevado los precios de los fertilizantes, ejerciendo una presión alcista sobre los precios agrícolas.
La guerra también está generando patrones de comercio más costosos que podrían resultar en una inflación más duradera. Se espera que cause una importante desviación del comercio de energía con compras de lugares más remotos y mayores costos de transporte.
A corto plazo, los precios más altos amenazan con interrumpir o retrasar la transición hacia formas de energía más limpias. Varios países han anunciado planes para aumentar la producción de combustibles fósiles. Los altos precios de los metales también están elevando el costo de la energía renovable, que depende de metales como el aluminio y el níquel apto para baterías.
PROGRAMAS SOCIALES Y OBRA PÚBLICA
Para contrarrestar los efectos, el Banco Mundial aboga por programas específicos de redes de seguridad, como transferencias monetarias, programas de alimentación escolar y programas de obras públicas, en lugar de subsidios para alimentos y combustibles.
Una prioridad clave, sostiene el BM, debería ser invertir en eficiencia energética, incluida la climatización de los edificios. Y pide que se acelere el desarrollo de fuentes de energía sin carbono, como las energías renovables.
El Fondo Monetario Internacional remarcó hoy que las presiones para la región son altas por los precios internacionales y la desaceleración de los socios comerciales, además de la posibilidad de restricciones financieras. Y el director para el Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn, reconoció que se revisará el rango de inflación estimado para la Argentina, que marcaba 48% de máximo cuando los economistas pronostican niveles del 60% o más.
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