¿Y si gana Javier Milei?
Hoy el libertario tiene un tercio del electorado, según aseguran algunas encuestas. La paradoja es que no tiene candidatos en las provincias. Y su armado a nivel nacional tampoco alcanza para empezar a imaginar cómo sería un organigrama institucional con Javier Milei presidente.
Hoy Javier Milei tiene un tercio del electorado. O al menos eso aseguran muchas (falibles) encuestadoras. Medido desde un lado y otro de la grieta, el libertario tiene cada vez más cerca un lugar en la primera vuelta.
La paradoja es que no tiene candidatos en las provincias. Y su armado a nivel nacional tampoco alcanza para empezar a imaginar cómo sería un organigrama institucional con Milei presidente.
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En los trabajos que se conocieron los últimos días el crecimiento del líder libertario es exponencial. El escenario se encuentra dividido en exactamente tres tercios: Juntos por el Cambio, el Frente de Todos, y Libertad Avanza.
Inclusive, distintos estudios hablan de Milei como el candidato más votado en una PASO si eso sucediera hoy. Los autores de esos trabajos coinciden en que estratégicamente sería más hábil que las dos coaliciones más importantes fueran con un solo nombre a la PASO, para no diversificar sus números entre los varios candidatos que lleven a la primaria. De no ocurrir eso, el libertario podría resultar el gran ganador.
"No probar siempre las mismas recetas si se busca que el resultado sea distinto": Javier Milei hace caso a esa frase. Después de los pobres resultados obtenidos en Neuquén y Río Negro (los candidatos libertarios no llegaron a 10 puntos) el economista optó por cambiar la estrategia. Comunicó oficialmente que no va a prestar su imagen ni el sello del partido para ninguna elección más allá de las nacionales.
Aseguró en sus redes que "el único objetivo son las próximas elecciones presidenciales" y que los "recursos en términos de fiscalización y comunicación estarán destinados a ese fin."
Por ahora, la decisión de Milei no condicionará los armados en la Ciudad. Tampoco en el distrito bonaerense, donde se espera que cierre un acuerdo con Fernando Burlando.
El hombre de la cabellera abultada que representa hoy un fenómeno nacional, arriba de los 20 puntos en las encuestas, no quiere arriesgar los vagones vacíos de su tren.
En el interior si bien arrancó mal, hoy mejoró en Córdoba y crece en Mendoza, Santa Fe, y paradójicamente en la Patagonia, zona originaria del kirchnerismo.
Es común que frente a un armado nacional se "loteen" los lugares a ocupar a cambio de apoyo. Del tipo que sea. Pero hay un riesgo: "el síndrome del tren fantasma". Para bloquear esta posibilidad y evitar que, quien no tenga cabida ni en el PJ ni en la UCR, se sume viendo en los libertarios cualquier posibilidad, el hombre con estructura "0" que hoy pelea de igual a igual al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio, decidió despegarse de todos aquellos nombres que necesitaba para un armado a nivel nacional.
Más allá de Martín Menem (sobrino del ex presidente) en La Rioja, y de Ricardo Bussi (hijo del ex represor y ex gobernador de Tucumàn), Milei decidió bajar a todos aquellos que pretendían poner su nombre o sello en la boleta.
En relación a su gran crecimiento, al candidato estrella se le juntan dos situaciones: la gran dificultad del armado a nivel nacional (para las elecciones previas y para las listas nacionales de octubre en las generales), pero al mismo tiempo una transversalidad inesperada: no solo en las provincias del interior del país, sino en barrios de gran vulnerabilidad.
Hoy Javier Milei se convirtió en el gran catalizador de la emoción más clara que perciben los sociólogos de la Argentina: el desencanto.
Para los empresarios y el llamado "círculo rojo" el libertario es un signo de pregunta y están los que apelan a la frase "más vale malo conocido que bueno por conocer". La palabra "dolarización" en medio de un contexto incierto les genera pánico al igual que sus ideas de extrema derecha que se pasan algunas cuadras de lo deseado por el sector.
Mientras esto sucede, desde que Cristina Kirchner subió a Milei al ring en su última presentación y Mauricio Macri comunicó que no competirá por la presidencia, ambos líderes políticos favorecieron aún más al candidato disruptivo. Cristina porque elige confrontar con él, levantarlo y jugar con el factor "miedo" para captar votos. Otro buen motivo fue ningunear a Larreta. Macri también favoreció al libertario porque al bajarse, sus potenciales votos, en lugar de irse a la figura de Patricia Bullrich, según los sondeos, se fueron en parte a Milei.
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El Frente de Todos aún no puede salir de su encrucijada y, hasta que no esté definitivamente claro si Cristina compite o no, a esta altura deja el espacio liberado. Y, como todo espacio libre, se ocupa. Milei le saca votos al Frente de Todos y eso representa una alerta total para el Gobierno. En los sectores populares, y de clase media baja inclusive, en donde no se habla de dolarización, frente a las últimas apariciones de Cristina, la vicepresidenta baja su imagen y Milei la sube.
El fenómeno político crece y aunque las consultas consideran que el número podría frenarse e inclusive descender en el tiempo previo cercano a la elección, tal como ocurre en el mercado de cambios, el factor "expectativa" también juega: "¿Y si gana Milei?".
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