PANORAMA BONAERENSE

Los intendentes, mirando a Cristina Kirchner, pero rogando por Sergio Massa

Los intendentes del peronismo kirchnerista de la Provincia de Buenos Aires tienen en claro que no pueden escapar, ni tampoco tienen muchas ganas de hacerlo, de lo que buena parte del propio peronismo autóctono califica como "la captura del movimiento" por parte de La Cámpora y Cristina Fernández de Kirchner.

En off, los jefes comunales saben que la renuncia de la vicepresidenta de la Nación a cualquier candidatura futura los podría haber liberado, pero tienen detrás de la puerta "una trampa caza bobos: apenas pisas afuera del umbral, una bolsa te atrapa y te deja sin acción".

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"No hay mucho margen para iniciar un proceso emancipador... Si lo haces, por ejemplo, negándote a abrir las listas en los territorios, podés perder el distrito si ellos arman a través de Unidad Ciudadana", razonó uno de los más experimentados. "Sabes que no somos los mismos que hace algunos años, ¿No?", le confesó a El Cronista uno de lo que más luchó para llegar a donde está hoy, pero que parece no estar dispuesto a reeditar ese camino.

Mientras tanto, lo único que parece haber es cierta convicción sobre lo que tienen que hacer en el futuro. "Tenemos que ir a unas PASO que nos revalide títulos. Desde el gobernador para abajo, todos, así después no hay más tu tía", le confió un ministro en uso de licencia a este medio cuando se le preguntó qué se venía.

"Tenemos que ir a unas PASO que nos revalide títulos".

Lo mismo indicaron los dirigentes del Movimiento Evita, quienes también fueron de los más sorprendidos cuando, después de varios meses de estar en conflicto con la vicepresidenta, acordaron la paz. "Si sabíamos que no se iba a presentar, esperábamos un poco más", se ríe uno de los que siempre estuvo en la mesa de negociación.

Por lo pronto, en una reunión realizada en Cañuelas a la que asistieron la mayoría de los jefes comunales de la Primera y Tercera Sección electoral, acorde a los tiempos que corren, los intendentes emitieron un documento donde hablan del combate que se viene para el peronismo, encarnado en las mafias, Magneto y el Lawfare.

"Si me conseguís un candidato a presidente que mida, me animo a ir a una PASO", le dijo días atrás un jefe comunal de un distrito considerado "grande" a este periodista cuando le preguntó por qué no se animaban, junto con otros que nunca se llevaron bien con La Cámpora, a enfrentarlos. Parece que los fracasos pasados por traiciones acumuladas entre ellos pueden más que cualquier proyecto superador que los ponga en condiciones de competir en 2027.

"Si perdemos, todo se reacomoda", acepta uno de los que más incómodo está, pero que no tiene una estrategia para salir de esta coyuntura abierta en la que se agrega las operaciones cruzadas en el más alto nivel nacional y provincial. Al parecer, detrás de la idea de "la PASO provincial", está el caballo de Troya que los intendentes, con el guiño de Máximo Kirchner, le quieren meter en su fortaleza a Axel Kicillof.

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Es que el gobernador no quiere ser candkicidato a presidente. Todo indica que iría a una derrota segura, por más que retenga todos los votos que siempre representan al kirchnerismo duro. La jugada sería que Martín Insaurralde sea su competidor. Sin fiscales, un concejal o consejero escolar que le cuide su boleta, la elección de Kicillof podría ser de las peores de la historia.

Además, ya sabe, aunque no le avisaron, que el hijo de los dos presidentes pretende hacer un "armisticio con él" si le permite a Wado De Pedro presentarse en su lugar y al jefe provincial saltar al orden nacional. En la Provincia de Buenos Aires hacen que no escuchan nada.

Mientras tanto, la mayoría de los no camporistas le volvieron a prender una vela a Sergio Massa. Sostienen que, si la inflación baja, será irremediablemente el candidato presidencial. Al parecer, no le creen eso que la familia no quiere que se presente. "Ya empieza a bajar la inflación. Massa Cumple, Cristina Dignifica", dijo uno más que irónico.

LARRETA CONCENTRA TODO EN GANAR EL CONURBANO

"Horacio me sorprendió cómo tiene claro lo que va a ser el primer día, el primer trimestre, el primer año, y así. Y lo otro que repitió es que no quiere saber más nada de "derrotas dignas" contó uno de los más de treinta dirigentes que metódicamente se juntan a cenar en un importante restaurant ubicado en la punta más próxima de Vicente López, en el cruce de Panamericana con General Paz.

Diego Santilli viene reuniéndose con los "territoriales" del Gran Buenos Aires cada tres semanas y en esta oportunidad sumó a la cena a Horacio Rodríguez Larreta, quien apareció con Federico Benedeto, el encargado de todos los focus y encuestas que analizan en la Ciudad de Buenos Aires. Además, también estuvo Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero que trabaja para Santilli pero también pretende tener un lugar de importancia en el futuro armado electoral.

Mientras armaba su gran presentación de ayer en Costa Salguero, Larreta tuvo que soportar los tironeos de más de un dirigente que sabe lo que es pelear en inferioridad de condiciones no solo con el oficialismo, sino con la siempre presente traición de los que participan del mismo espacio que suelen preferir ser opositores con chances futuras antes que oficialistas relegados.

A pocos kilómetros de ahí, el sanmartinense Santiago López Medrano, ex ministro de María Eugenia Vidal, agasajó a la ex gobernadora y a su candidato a gobernador, Cristian Ritondo, con una reunión en la que estuvo lo más granado de ese sector que tiene como figuras salientes a Alejandro Finochiaro, Alex Campbell y al médico Carlos Kambourián.

Ritondo insistió conque será el próximo gobernador bonaerense a la vez que se adjudicó la candidatura de Vidal para la presidenta cuando ella aún no sabía qué hacer con su antiguo lema de "orgullosamente bonaerense", que de haber continuado con esa tesitura, hoy no habría los problemas que hay en el PRO y en la Provincia que la vio gobernar.

Mientras tanto, los radicales de la Provincia de Buenos Aires ya mandaron a decir que no quieren saber nada con la idea de Gerardo Morales para llamar a una interna partidaria que defina los candidatos a presidente, gobernador e intendentes de todo el país. "Es un vivo bárbaro... Queda como candidato y después nos cocina a todos", se quejaron los bonaerenses.

Sin embargo, no todos piensan lo mismo. Gustavo Posse fue el primero en salir a apoyar esta idea, pero que tampoco termina de permear en el interior del partido, a los afiliados de a pie. "Dale, vamos a una interna, ganamos, y después quedamos afuera de todo con el PRO", se quejan la mayoría de los dirigentes del conurbano bonaerense que adhieren a las Boinas Blancas.

Morales no sabe cómo hacer para convencerlos. Cree que la estructura radical quedó abandonada por sus dirigentes provinciales y pone como ejemplo la escasa permeabilidad que tiene el partido en los grandes centros urbanos, donde no pueden, ni siquiera, instalar un candidato. 

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