La dualidad que asoma detrás del escenario de tercios

"Los grises no existen" afirmó recientemente en una entrevista Mauricio Macri. Ese abordaje cromático que el expresidente hizo del entendimiento de la escena política actual, rememora a una vieja discusión que se ha desarrollado en el campo de la teoría política acerca de si el centro político existe y si es conveniente ocuparlo.

El gris es lo que se ubica en el medio entre el blanco y el negro, y lo que Macri terminó expresando en esa frase no es más que la conclusión a la que muchos de los que han estudiado los sistemas de partidos han llegado: estos sistemas siempre se organizan detrás de tendencias duales y antagónicas sin dejar lugar a grises o posiciones intermedias. Autores como Maurice Duverger han llegado a afirmar que el centro político no es más que la confluencia de tendencias de izquierda y de derecha, y que si bien puede haber un partido de centro, no hay ni tendencias ni doctrinas centristas.

Se trata de una discusión sumamente interesante de traer a colación, porque estamos frente a una escena electoral que nos ofrece tres candidatos competitivos y uno de ellos ocupa, posicionalmente hablando, el centro. Un centro que si bien no es equidistante, sí queda claro que parece enarbolar una propuesta política intermedia entre las dos propuestas que la flanquean. Un gris que curiosamente está siendo ocupado por la candidata de Macri, Patricia Bullrich, quien se encuentra enfrentando muchos de los problemas de haber quedado en el medio.

¿Avanzando hacia un nuevo (des)orden político?

Sin lugar a duda estamos frente a una escena electora inédita en muchos aspectos, pero particularmente única en eso de presentarnos una pelea de tres. Por ponerlo en perspectiva histórica, desde 1983 nunca habíamos tenido (sea PASO o General) una elección en la que la distancia entre el primero y el tercero fuera inferior a cinco puntos porcentuales.

Y naturalmente esa circunstancia ofrece condicionantes a la mecánica de competencia: no es lo mismo una pelea entre dos, donde el centro está vacío y la tendencia natural de la mecánica de competencia es ir a ocupar ese centro para maximizar la capacidad de captación de votos (tendencia centrípeta); que una pelea entre tres donde hay alguien ocupando posicionalmente el medio y ello puede impulsar tendencias centrifugas, es decir que los actores de los dos extremos pretendan polarizar la mecánica de competencia para arrastrar los votos del centro hacia cada uno de los lados.

Ocupar el centro en una pelea entre tres pudiera no ser un problema si el centro es fuerte, si éste agrupa la mayoría de los apoyos. Como nos enseña el funcionamiento de los secarropas, cuando el centro es fuerte (cuando la ropa se ubica en el centro del tambor) se neutralizan las tendencias centrífugas (el secarropa no centrifuga el agua). Pero cuando el centro es débil (la ropa está ubicada en los extremos del tambor), la tendencia natural de la dinámica será centrifuga, los polos se buscarán e intentarán arrastrar los votos del centro (el secarropa expulsará el agua hacia afuera del tambor).

Un oficialista y tres opciones opositoras por el cambio

Esta parte de la mecánica de competencia es la que explica las dificultades de Bullrich de haber quedado en un centro débil por no haber ganado la PASO. Si Juntos por el Cambio (JxC) hubiese ganado con buen margen la PASO, el espacio podría haber neutralizado las tendencias centrífugas, pero el hecho de haber salido segundo y de haber perdido frente al polo que más potencial tiene de sustraerle apoyos (el polo opositor), la somete a los riesgos de una tendencia centrífuga.

Tendencia que toma fuerza por el impulso que logró Javier Milei luego de su triunfo en la PASO, que lo ha ayudado a fortalecer ese polo opositor al volverse una oferta de cambio más competitiva, y por la ventaja que le quedó a Massa de ser la única oferta disponible para todos los votantes de su zona de influencia. Que todo el universo de votantes centro-progresistas vean que las dos alternativas competitivas al oficialismo son Bullrich y Milei, es una invitación a apoyar a Sergio Massa en defensa propia, frente a los sentimientos refractarios que esos votantes puedan sentir hacia figuras como Bullrich y Milei.

De profundizarse esta tendencia centrífuga y de avanzar hacia un escenario de ballotage entre Massa y Milei, podría reconfigurarse el modo de organización política, y emerger una dualidad Milei-Antimilei. Una reorganización muy conveniente para el peronismo, porque Milei no sólo ofrece el beneficio de dividir el voto opositor para el oficialismo, sino que ofrece un beneficio mucho más valioso de mediano y largo plazo: de consagrarse como opción antagónica al peronismo, terminará arrojando a buena parte del sector progresista no peronista al otro lado de la grieta.

Las cuatro dimensiones del proceso político

Es tan conveniente la emergencia de Milei para el peronismo, que invita a pensar si efectivamente no es una creación funcional a la posibilidad de regeneración del peronismo, luego de esta frustrante gestión de Alberto Fernández. Es funcional principalmente en dos aspectos: 1) porque radicaliza la principal opción opositora, lo que reduce la capacidad de construir una amplia mayoría opositora al peronismo, mayoría que podría haber sido construida por JxC; y 2) por el potencial de redefinir el conflicto dominante que organiza la política argentina, lo que produce que un sector del progresismo no peronista pueda verse tentado de reagruparse con el peronismo en el marco del nuevo conflicto dominante, que dejaría de ser kirchernismo-antikirchnerismo y que podría pasar a ser mileismo-antimileismo.

La emergencia de esta nueva dualidad podría reconfigurar las alianzas en la escena política, y en esa reconfiguración el centro político podría sufrir las inclemencias de las tendencias centrífugas. Tendencias que ya se están sintiendo en el interior del espacio del medio -JxC-, con el trato que el sector más liberal del espacio le está dando al radicalismo, y el trato que el radicalismo le devuelve al sector más liberal del espacio. Solo nos resta saber si el resultado electoral consolidará estas tendencias.

Temas relacionados
Más noticias de Elecciones
Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.