Claudia Goldin, premio Novel de Economía 2023, y las brechas de género
El pasado lunes 9 de octubre la investigadora norteamericana Claudia Goldin, de la Universidad de Harvard, fue anunciada como ganadora del Premio Nobel de Economía 2023 "por avanzar nuestra comprensión del progreso de las mujeres en el mercado de trabajo".
Goldin se convierte así en la tercera mujer en la historia en ganar un Premio Nobel, y la primera en obtenerlo sin compartir el logro con otros investigadores.
El trabajo de Goldin se centra en una minuciosa investigación de los cambios en la participación de las mujeres en la fuerza laboral, especialmente en los Estados Unidos, a lo largo de los últimos dos siglos. Su análisis se ha enfocado en cómo estos cambios han sido influenciados por factores sociales, políticos y tecnológicos.
El precio de las desigualdades laborales de género
La contribución de Goldin se puede abordar desde dos perspectivas. En primer lugar, representa un relato inspirador de los logros alcanzados en pos de la igualdad de género en la historia reciente. Las mujeres estadounidenses hace doscientos años carecían del derecho a ser propietarias de bienes, conservar sus salarios, redactar contratos legales, administrar sus propios negocios y recibir educación. Todos esos derechos se habían conquistado ya para fines del Siglo XIX. Y en el siglo XX se sumaron muchos otros: el derecho a votar en las elecciones, ser iguales a los hombres en el lugar de trabajo y en las escuelas, elegir sus apellidos, servir en jurados, obtener crédito, y la autonomía sobre sus cuerpos, incluyendo el acceso a anticonceptivos y la legalización del aborto.
Apenas unas décadas atrás era normal y aceptado en EE.UU. que las mujeres fueran despedidas o degradadas por estar casadas, casarse, o quedar embarazadas, por tener hijos o estar en edad de concebir. Se les negaba el acceso a crédito o hipotecas, y tenían que usar el nombre de sus esposos en tarjetas de crédito. Era normal que los trabajos para hombres y mujeres se anunciaran por separado, las mujeres tenían restricciones en la cantidad de horas que se les permitía trabajar y en los tipos de trabajos que podían tomar. Las mujeres eran acosadas sexualmente en el lugar de trabajo como si fuera cosa normal.
Con diferencias menores en fechas y formas, la historia reciente de nuestro país registra avances muy parecidos. El progreso es colosal.
Sin embargo, a pesar de estos notables avances, Goldin también pone de manifiesto las brechas persistentes en el mercado laboral. Las mujeres han estado y continúan estando subrepresentadas en el mundo laboral, debiendo bajarse del mercado de trabajo o tomando trabajos part-time más frecuentemente que sus pares varones. Y aquellas que trabajan full time siguen ganando menos en promedio que los hombres (alrededor del 16% en USA según el US Census Bureau, y del 19% en Argentina según la EPH-INDEC). Esto es así a pesar de que, en promedio, las mujeres en los Estados Unidos, Argentina y muchos otros países tienen un nivel educativo más alto que los hombres.
Estas desigualdades representan un desafío tanto en términos de justicia como de eficiencia económica. Las mujeres están siendo subutilizadas en el mercado laboral, y la corrección de estas brechas podría tener un impacto positivo en la economía en su conjunto.
Otro estudio de Goldin, realizado en colaboración con Katz y Bertrand, ha revelado que la mayor parte de la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres en la misma ocupación surge cuando tienen hijos. En un relevamiento de la trayectoria de los egresados del MBA de la Universidad de Chicago a lo largo de dos décadas, muchas mujeres pero casi ningún hombre tomaron licencias por nacimientos. Sus investigaciones indican que los trabajadores pagan un alto precio en términos de salario futuro esperado por estas interrupciones temporales.
Las brechas de género invisibles
Otro factor que influye en las brechas salariales, especialmente entre profesionales altamente calificados, es lo que Goldin denomina "trabajos codiciosos". Estos trabajos ofrecen salarios premium a cambio de exigir largas horas y esquemas inflexibles, a menudo requiriendo que los empleados estén disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Esta práctica crea una división de género al penalizar a los trabajadores, en su mayoría mujeres, cuyas responsabilidades de cuidado chocan con las expectativas excesivas de los empleadores.
Afortunadamente, muchas empresas están tomando conciencia de estas barreras y están implementando esquemas de trabajo más flexibles y amigables para la familia, así como la provisión de guarderías en el lugar de trabajo. Algunos de estos cambios se han producido como resultado de intervenciones destinadas a promover la igualdad, mientras que otros provienen de empresas que reconocen las ventajas de atraer y retener el talento femenino.
Una puerta para mujeres en la economía del conocimiento
En resumen, el trabajo de Claudia Goldin ha sido fundamental para avanzar en la comprensión de la igualdad de género en el mercado laboral. A pesar de los notables avances en derechos y oportunidades para las mujeres, persisten desafíos significativos, como las brechas salariales y los obstáculos para el equilibrio entre la vida laboral y personal.
El reconocimiento del trabajo de Goldin con el Premio Nobel de Economía es un paso importante hacia la promoción de un mundo más equitativo y justo para las mujeres en el ámbito laboral.
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