El rumbo del sector

Agenda Fintech 2023: las prioridades son regulaciones, finanzas embebidas, open banking y cripto

Después de superarse retrasos en la región, la agenda fintech de América latina abre oportunidades para atender demanda insatisfecha, tanto de servicios financieros como de segmentos de la sociedad que aún permanecen excluidos.

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En el año 2017 comenzaba a surgir en el país -y en toda la región- la palabra fintech: una conjunción abreviada en inglés de los términos "finanzas" y "tecnología". Hoy lo sabemos muy bien: se refiere a aquellas compañías (fintech) que mejoran o automatizan servicios y procesos financieros a usuarios u otras empresas a través de la tecnología.

Con los años, el crecimiento del sector logró desmitificar por completo esa idea de que solo se trataba de una tendencia. El mundo de las finanzas digitales sigue avanzando, incluso, a pesar de la crisis mundial y regional, que este año trajo como consecuencia el desfinanciamiento de la industria y la falta de liquidez. Superados estos obstáculos, el sector fintech se sigue consolidando en América latina para crecer y aumentar su impacto, y se posiciona como una industria más madura y afianzada.

Su llegada, sin duda, provocó una transformación positiva en el universo financiero. Incluso generó que la banca tradicional se viera obligada a digitalizar procesos y a optimizar servicios, requisitos fundamentales para satisfacer la experiencia de un usuario cada vez más exigente e inmediato. Por supuesto, la pandemia también tuvo un profundo impacto en este proceso de impulsar definitivamente la adopción y consolidación de nuevas tecnologías.

Según datos que se desprenden del informe "Fintech en América Latina y el Caribe: un ecosistema consolidado para la recuperación", elaborado por Finnovista, Banco Interamericano de Desarrollo y BID Invest, hacia el final de 2021 se identificaron un total de 2482 empresas fintech en América latina. Es decir, más del doble de las contabilizadas en 2018, cuando se registraron 1.166, y el 22,6% de las 11.000 que existen a nivel mundial.

Dinamismo y expansión

Esto pone en evidencia el dinamismo y la expansión que ha venido experimentando la industria en la región. Es así que las oportunidades que existen para atender la demanda insatisfecha, tanto de servicios financieros como de segmentos de la sociedad que aún permanecen excluidos.

La dinámica de las fintech generó que la banca tradicional se viera obligada a digitalizar procesos y a optimizar servicios, requisitos fundamentales para satisfacer la experiencia de un usuario cada vez más exigente e inmediato.

Sabemos que América latina ha tenido problemas para ingresar a la economía digital, ya que aún el efectivo predomina en las transacciones. Alrededor del 70 % de la población de la región está sub bancarizada o directamente no está bancarizada, de acuerdo con el informe Impacto de las 'fintech' en la educación financiera, realizado por Mercado Pago y Trendsity.

Por ejemplo, en Callao, combinamos tecnología disruptiva y estrategias comerciales para reformar la industria financiera en América latina. Con un único propósito: democratizar el acceso a los servicios financieros, un objetivo que ha impulsado a la industria desde siempre.

Creemos que estamos ayudando a corregir las disparidades económicas significativas a través de la construcción de servicios financieros. Buscamos desarrollar la "pata" fintech de la banca tradicional o de cualquier compañía que quiera ofrecer productos financieros embebidos en su propuesta general de valor.

Agenda urgente

Uno de los grandes temas de la agenda para este 2023, junto a las regulaciones, las finanzas embebidas y el open banking, será definir el futuro de las cripto. Estamos frente a la reconversión cripto porque esta primera etapa especulativa nos mostró el costado más frágil de la industria.

Ahora es momento de ver cómo sigue su desarrollo para encontrar otros drivers y casos de uso que robustezcan la herramienta y resuelvan problemas reales de los usuarios.

Más diversidad

Por supuesto, también debemos hacer foco en cómo aportamos diversidad en una industria en la que solo el 30 % del personal que trabaja en una fintech son mujeres, según el Banco de Desarrollo de América Latina. Si bien tenemos muchos retos por delante, debemos aprovechar este momento de apertura que atraviesan las fintech y generar un ambiente propicio para que más mujeres y diversidades se sumen.

Todavía queda mucho por construir en las finanzas tradicionales, no solo con los productos de finanzas abiertas o descentralizadas, si no también con modernizar los sistemas legacy que dificultan la adopción de las innovaciones a la infraestructura de pagos y las inversiones. Sabemos que estamos en un mercado que se encuentra en plena expansión y que tiene mucho espacio para nuevos desarrollos.

Pero no podemos avanzar a destiempo, necesitamos tener el foco puesto en poner a América latina a la par de otras regiones más avanzadas financieramente.

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