El 28 se larga la pelea por los dólares que quedan

El próximo domingo 27 será un "Día D" no sólo para la política, sino también para la economía. Hasta entonces, Mauricio Macri y Alberto Fernández hacen su juego pensando en su futuro. Pero desde ese día el "pacto no escrito" después de las elecciones PASO se terminará.

"Con el tema de las reservas estoy resignado, dado que su incapacidad es asombrosa, parece que lo hicieran a propósito, no paran de perderlas", dijo Alberto Fernández horas después del debate.

Macri, en plena campaña electoral del #Sísepuede, pretende que el dólar quede "planchado" en $ 60 hasta las elecciones. No sólo para mejorar sus chances electorales. Un nuevo salto del tipo de cambio y otra estampida inflacionaria marcarían el cierre de su mandato con todavía más pobreza y conflictividad social.

Necesita llegar al 10 de diciembre con estabilidad cambiaria, sacrificando las reservas del Banco Central que sean necesarias para garantizar la "supervivencia" en la oposición de su espacio político.

 

Esa situación se potencia si el domingo 27 Horacio Rodríguez Larreta no logra ganar en primera vuelta (necesita superar el 50% de los votos, algo que nadie logró hasta ahora) y hay ballottage en la Ciudad el 24 de noviembre. Cualquier medida que torne más restrictivo el cepo golpearía al electorado de clase media de la Ciudad.

La preocupación de Alberto Fernández a esta altura ya no es el 27, sino lo que le espera después. Sabe que cuanto menos reservas "reales" queden el Banco Central el 10 de diciembre menor será el margen de maniobra para la política económica del próximo Gobierno y por lo tanto los grados de libertad para garantizar su propia gobernabilidad.

Hasta el 27, salvo un "cisne negro", la economía transitará por el mismo sendero: con el mismo cepo que desde inicios de septiembre, el BCRA continuará vendiendo reservas para defender un dólar alrededor de los $ 60.

Sin embargo, si se ratifica el resultado de las PASO (el escenario más probable), el 28 se largará una pulseada feroz entre Macri y Alberto Fernández por cómo se llega al 10 de diciembre: qué tipo de cepo (cuántos dólares para atesorar y para el turismo al exterior se autorizan) y qué nivel de tipo de cambio regirá en la transición determinarán cuántas reservas quedarán en el Banco Central el día del traspaso de mando.

El FMI también jugará un rol importante en esa discusión. Ahí los intereses de Alberto Fernández y el Fondo Monetario Internacional se alinearán transitoriamente: cepo más duro o dólar más alto. La prioridad para el FMI también será, por razones obvias, cuidar las reservas. En octubre, el BCRA está vendiendo reservas a un promedio u$s 95 millones por día.

Evidentemente, Alberto Fernández está muy asesorado y obsesionado con el tema: "Lo único que le pedí al Presidente cuando hablé con él es que cuidara las reservas, y pareciera que lo hace adrede, porque está perdiendo 100 millones diarios", había dicho ya la semana pasada.

Entre las PASO y el 30 de agosto, previo al cepo, el BCRA vendió en promedio u$s 146 millones diarios para evitar que el dólar se dispare por arriba de $ 60 (con cuatro días críticos previos al cepo, con ventas promedio superiores a los u$s 300 millones diarios).

Pero aun con cepo, el BCRA lleva un ritmo de ventas promedio de u$s 70 millones diarios. Entre el 2 de septiembre y la primera semana de octubre, el BCRA acumuló ventas en el mercado de cambios por unos u$s 1900 millones.

En el Ministerio de Hacienda dicen que el ritmo de octubre es más alto porque corresponde a la primera semana del mes, cuando se renueva el cupo de compras de u$s 10.000, pero que después se estabilizará más abajo.

Aún así, el ritmo de ventas del BCRA es muy elevado para un Gobierno que anunció el cepo para cuidar las reservas. Además, si no se recrea la más mínima confianza, sigue latente el peligro de una aceleración de la corrida de plazos fijos de hasta $ 600.000 (el límite mensual del cepo actual) al dólar.

Según los datos del BCRA, entre el 1/9 hasta el 9/10 (último dato disponible) el stock de depósitos a plazo fijo de más de $ 1 millón cayó $ 12.100 millones, un 1,1%. Pero el stock de depósitos a plazo minoristas (menor a $ 1 millón) disminuyó en unos $ 45.000 millones. Una reducción del 8,1%. Todavía quedan $ 509.000 millones de depósitos de "pequeños ahorristas", que tienen la alternativa de correr al dólar oficial.

El riesgo es una mayor presión sobre el dólar y sobre las reservas del Banco Central que Alberto Fernández espera le dejen. Actualmente las reservas netas o "reales" del BCRA se ubican en unos u$s 13.300 millones.

A esos "dólares contantes" se suman unos u$s 3400 millones que quedan ahora de la cuenta para "fortalecimiento de las reservas" que el FMI autorizó echar mano para pagar deuda: en 10 días ya se usó más de la mitad (eran u$s 7200 millones) para cancelar deuda en dólares y en pesos de octubre.

Actualmente las reservas netas o "reales" del BCRA se ubican en unos u$s 13.300 millones.

Descontando los pagos realizados en octubre, todavía hay hasta diciembre vencimientos de deuda en dólares por u$s 4600 millones. Mientras que los vencimientos de deuda en pesos suman otros u$s 4000 milllones. A esa cuenta hay que adicionarle el déficit fiscal primario (antes de intereses) con que cerrará el año.

Buena parte de la deuda en pesos se puede cancelar (como se hizo en octubre) emitiendo pesos contra dólares que el Tesoro le vende al Banco Central de la cuenta que le habilitó el FMI. Pero aun así los números son ajustados. La ecuación es simple.

Todo lo que el Banco Central venda para controlar el dólar en el mercado cambiario en las seissemanas entre la elección del 27 de este mes y el 10 de diciembre, achicará los márgenes de maniobra de la política económica del próximo Gobierno.

A su vez, cuanto más incertidumbre se genere en ese período, mayores serán las presiones sobre las reservas del Banco Central, por cerrar más el cepo o por dejar correr al dólar, que dada la inflación de estos meses no sería prudente que llegara a diciembre con una cotización nominal similar a la de agosto.

Cuánto más señales de diálogo y coordinación ofrezcan Macri y Alberto Fernández a partir del 28, mejor para todos.

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