Considerado el padre de la escultura moderna, Aristide Maillol nació y murió en un pequeño puerto de pescadores en la frontera entre Francia y España: Banyuls-sur-Mer. Su familia estaba configurada por bodegueros, marineros y contrabandistas.

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Fue la pintura su primer amor y ya a los 13 años había realizado su primer óleo. Los mismos son muy luminosos y están dentro de la escuela nabis. Con 21 años viaja a París para estudiar en la Academia y luego de tres años de aplazos logra ingresar.

Gracias al estímulo de Antoine Bourdelle, 10 años más tarde, se vuelca definitivamente a la escultura. Son las mujeres de cuerpos sólidos y abundantes redondeces prácticamente su único tema.

También montó un taller de tapices en su pueblo natal, pero por una afección ocular debió abandonar. Trabajó en cerámica y en terracota y algunas pocas obras en mármol.

En 1902 Maillol realiza su primera exposición con 33 obras, que es un éxito. El marchand compra 13 esculturas y hace numerosas copias y réplicas de las mismas en bronce. Este es el motivo por el cual aparecen unas 25 en el mercado de subastas todos los años.

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Ya en 1925 expone en Búfalo, EE.UU. En 1933 se realiza una retrospectiva en Basilea y en el Petit Palais de París.

Cuando tenía 73 años, conoce a Dina Vierny, una joven modelo ucraniana de 16 años quien fue su musa y única heredera cuando fallece 10 años después.

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Generosa, Dina dona sus principales esculturas que pueden disfrutarse en el Jardín de las Tullerías. Entre ellas están La Riviere (vendida en u$s 7,2 millones), El Aire (en 3,5 millones) y La Noche (en 2,5 millones).

En 1995 se inaugura el Museo Maillol en la Rive Gauche de París, en un Palacio donde descansan 179 esculturas que también donó Dina.