La era de las cervezas craft: espíritu de garage y público premium

De la mano de la producción artesanal y de las microcervecerías barriales, una de las bebidas favoritas de los argentinos experimenta un renovado boom.

Durante décadas, el mundo de las cervezas argentinas era dicotómico: rubias o negras. Pero en los últimos años, gracias al auge de la producción artesanal y el boom de las microcervecerías barriales, esa bebida vive una época dorada. Variedad de estilos, consumidores entrenados y aumento en las ventas así lo confirman. “El mercado de cerveza artesanal se duplicó durante los últimos tres años y crece a un 30 por ciento anual. Tal es así que, aún en baja temporada, las microcervecerías prácticamente no tienen stock , plantea Martín Boan, director del Centro de Cata de Cerveza.

Si, tradicionalmente, la división básica entre cervezas pasaba por sus colores y sabores, hoy la principal diferencia reside en el modo de elaboración: industriales versus artesanales. Aunque muchos consumidores creen que esta clasificación se relaciona con la calidad, la clave radica en que manifiestan diferentes estilos: las primeras, nacidas para ser masivas, son simples y suaves; mientras que las segundas, exclusivas por naturaleza, apuestan a la complejidad total. “Los jóvenes de entre 18 y 25 años son el segmento más atento al fenómeno de la cerveza craft , señala Pablo Fazio, CEO y fundador de Otro Mundo. Y advierte que, si bien el número de microbreweries crece a un ritmo sostenido, se trata de una tendencia que no deja de ser acotada: “Del volumen total de cerveza consumida en el país, menos del 1 % es artesanal , asegura.

Cuestión de estilo

Según los expertos, en la Argentina ya existen más de 130 estilos de cerveza para descubrir. El manual básico distingue entre lager y ale: una, se elabora con levaduras de baja fermentación, por eso resulta más liviana y elegante; la otra es de alta fermentación y se caracteriza por sus sabores intensos y complejos. “En el país, las dos más populares son american lager y pilsen, ambas ligeras y con cierta frescura, lo cual las convierte en el comodín perfecto para los maridajes , explica el beer sommelier Tulio Rodriguez.

Sin embargo, entre el creciente público aficionado a las versiones artesanales, se impone la india pale ale (IPA). “En verdad, es un estilo que manifiesta un fuerte crecimiento a nivel mundial, principalmente en los Estados Unidos. Lo atribuimos a que la gente ya está pasando de las cervezas livianas y fáciles de tomar a propuestas más complejas, con nuevos sabores , explica Nicolás Rodriguez, uno de los propietarios del pub Breoghan, de San Telmo. Y aporta otro dato revelador: las IPA, súper aromáticas y de un amargor bien intenso, calan hondo en el paladar nacional, acostumbrado a ese rango de sabores por su larga tradición de consumo de aperitivos y bitters italianos. Para los conocedores consultados, el amargor es un camino de ida: “Cuando el público se acostumbra, empieza a demandar propuestas más extremas, lo cual explica que hoy, en el mercado, exista oferta de IPA doble o triple , señala Boan.

Ahora, cuando se trata de captar a los novatos, Boan recomienda “empezar por la golden ale, la red ale o la honey, alternativas de graduación alcohólica media y con amargor balanceado . Otra opción son las cervezas de trigo, de cuerpo cremoso y un perfil ácido y refrescante “que resulta muy amable para los que se inician , plantea Francisco Barceló, de la cervecería artesanal Schäferhund que produce la hefe-weizen: caracterizada por sus aromas a banana y clavo de olor, “para explorar aún más sus bondades sugerimos agitar la botella antes de servir y agregar, en el vaso, una rodaja de naranja .

Por supuesto, como con cualquier otra bebida alcohólica, el maridaje también aporta un valor diferencial a la hora de realzar sabores. “Una regla general es guiarse por el color: platos de tonos claros con cervezas claras, platos de tonos oscuros con cervezas oscuras , postula María Eugenia Botta, responsable del e-commerce de bebidas BevyBar. También pueden seguirse los postulados del maridaje por armonía: a platos livianos, como las ensaladas, cervezas de igual tipo; mientras que los guisos y las carnes braseadas van mejor con variedades de mucho cuerpo. Además, por su capacidad para limpiar el paladar y refrescarlo, la cerveza establece un matrimonio perfecto con la comida picante y especiada.

La versión original de esta nota fue publicada en la edición 185 de Clase Ejecutiva, la revista lifestyle de El Cronista

     

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