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Dólar fuerte y dura advertencia de los inversores: cómo afectará a los bonos de los mercados emergentes

Los fondos de deuda de los mercados emergentes sufren salidas mientras cae la esperanza de más recortes de tasas en los países en desarrollo

Un dólar fuerte bajo el mandato de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, podría arruinar la rentabilidad de los bonos de los mercados emergentes, según los inversores, lo que provocaría nuevas salidas de fondos de un sector ya afectado por un largo periodo de tasas de interés altas en las economías desarrolladas.

Los inversores han retirado casi u$s5000 millones de fondos que invierten en bonos de mercados emergentes denominados en dólares y en moneda local entre comienzos y mediados de noviembre, lo que eleva las salidas netas totales de este año a más de u$s20.000 millones, según datos de JPMorgan. Esta cifra se suma a las retiradas de u$s31.000 millones del año pasado y de u$s90.000 millones en 2022.

Los mercados mundiales han estado dominados por el llamado Trump trade [comprar los activos que pueden beneficiarse de la presidencia del republicano y vender los que pueden salir perjudicados] en las últimas semanas, ante las expectativas de que sus políticas de recortes de impuestos y aranceles alimenten la inflación, empujando al dólar y los rendimientos del Tesoro al alza.

Analistas e inversores advierten de que los aranceles estadounidenses podrían ejercer presión a la baja sobre las divisas de los mercados emergentes -al caer la demanda de sus exportaciones-, aniquilando la rentabilidad de los inversores en deuda en términos de dólares.

"Todo esto va a ser negativo para los mercados emergentes", dijo Paul McNamara, gestor de deuda de mercados emergentes en la firma de fondos GAM. "No creo que esté totalmente incorporado en el precio".

Los mercados de bonos en moneda local están dominados por países como México, Brasil e Indonesia, que en gran medida han dejado de tener que endeudarse en dólares en las últimas décadas, ya que la caída de las barreras al comercio mundial benefició a sus economías y las convirtió en créditos más fiables.

Este año, los inversores habían apostado a que muchos de estos países estaban preparados para recortar las tasas, una medida que probablemente apoyaría los precios de los bonos, antes que la Reserva Federal estadounidense. Sus bancos centrales subieron las tasas antes que sus pares desarrollados cuando la inflación mundial se disparó tras la pandemia.

Pero la victoria electoral de Trump a principios de este mes ha dado un vuelco a esta tendencia. Los mercados han pasado a tener en cuenta las expectativas de que las tasas de interés estadounidenses tendrán que mantenerse más altas durante más tiempo si los aranceles y los recortes fiscales previstos por Trump avivan la inflación en EE.UU.

El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años subió del 4,29% al 4,39% desde la victoria electoral de Trump, mientras que el rendimiento a 30 años ha subido del 4,45% al 4,58%.

El dólar, por su parte, ha subido más de un 4% frente a una canasta de divisas. El rand sudafricano perdió casi un 4% frente a la divisa estadounidense, mientras que el peso mexicano y el real brasileño caen alrededor de un 2%.

La suba de las tasas en EE.UU. haría relativamente menos atractiva la inversión en mercados de mayor riesgo en el extranjero en comparación con EE.UU., lo que empujaría a sus bancos centrales a subir sus propias tasas para atraer capitales.

El Banco Central de Brasil ha acelerado el ritmo de subas de tasas este mes, mientras que el Banco de la Reserva de Sudáfrica se ha mostrado cauteloso en materia de política monetaria, a pesar de haber recortado la semana pasada las tasas desde su máximo en veinte años en términos reales. Si el proteccionismo mundial "se convierte en inflacionario, es de esperar que los bancos centrales reaccionen", declaró Lesetja Kganyago, gobernador del banco, en conferencia de prensa tras la decisión.

El clima es de "resignación" más que de crisis abierta, dijo Gabriel Sterne, jefe de investigación de mercados emergentes globales de Oxford Economics. "Nos espera un dólar más fuerte, y eso frena la rentabilidad de los mercados emergentes en moneda local".

El índice JPMorgan de rentabilidad de los bonos en divisa local de los mercados emergentes ha caído en números rojos este año y se sitúa en torno al 1%.

Sin embargo, otros sostienen que la plataforma de la nueva administración estadounidense terminará por debilitar el dólar con el tiempo.

"Las preferencias en política fiscal, monetaria, comercial y cambiaria son incompatibles entre sí", afirma Karthik Sankaran, investigador del Quincy Institute for Responsible Statecraft y experto en divisas.

"Ya hemos vivido situaciones en las que el dólar se ha comportado de forma similar a los mercados emergentes, en las que los rendimientos de los bonos [estadounidenses] subieron y el dólar bajó".

Pero, añadió Sankaran, puede que un dólar más débil no aparezca lo bastante pronto para que muchos mercados emergentes eviten las presiones sobre los tipos de cambio. "El problema es que en muchos de estos países, el tipo de cambio es un componente significativo de las condiciones financieras, en el mal sentido".

Pimco, uno de los mayores gestores de deuda de mercados emergentes del mundo, argumentó recientemente que los días en que los inversores ganaban dinero sistemáticamente con grandes apuestas macro en países de alto rendimiento han terminado.

Los bonos de mercados emergentes "deberían utilizarse principalmente como una herramienta de diversificación, más que como una fuente de búsqueda de altos rendimientos", decía en un documento publicado el mes pasado.

También se preguntaba si el aumento de la volatilidad significaba que la libre flotación de las monedas frente al dólar ha sido la política correcta para las economías emergentes y los inversores a lo largo del tiempo.

Junto con las políticas clásicas avaladas por el FMI, como las metas de inflación y las normas fiscales para controlar la deuda, los inversores de los mercados emergentes llevan décadas considerando beneficiosa la libre flotación, frente a las paridades fijas o las flotaciones gestionadas que suprimen los movimientos frente al dólar mediante la intervención.

"Hay un signo de interrogación sobre lo que un régimen de tipo de cambio flexible está haciendo por muchos mercados [como México y Brasil]", dijo Pramol Dhawan, jefe del equipo de mercados emergentes de Pimco. "Lo que funcionó a principios de la década de 2000 no ha funcionado en los últimos 15 años y no volverá a funcionar en el futuro".

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