Ni él, ni ella, ni un Gobernador: por qué el peronismo no tiene candidato a Presidente
Ni Alberto Fernández, ni Cristina Kirchner, ni Sergio Uñac. Al momento el Frente de Todos no cuenta con un precandidato definido rumbo al 2023. ¿Daniel Scioli se anota en medio de la crisis? ¿Y Sergio Massa? Qué busca el cristinismo, la CGT y el albertismo.
Un sindicalista le hizo una advertencia al presidente Alberto Fernández. Fue antes de la pandemia, de la guerra y de las peleas con Cristina Kirchner. Le dijo que muchos iban a opinar sobré que debía o no debía hacer, pero que en los momentos de zozobra lo iban a mirar a él. "Lo miramos y no supo qué hacer", reflexiona con un gesto de desaliento casi tres años después. "Tuvo que haber cortado el cordón umbilical como lo hizo Néstor, pero no pudo o no se animó. Ya es tarde", agrega.
El Presidente tuvo que haber cortado el cordón umbilical como lo hizo Néstor. Ya es tarde
No es el único. Un grupo de máximos referentes de la CGT fue a San Juan. Hablaron con Sergio Uñac para proponerle que encabezara una candidatura. Su figura no era nacional pero tenía potencial, le dijeron. Y lo animaron con el respaldo sindical, del peronismo no kirchnerista y tal vez de varios otros gobernadores. Uñac prefiere ir por la reelección como gobernador. Lo mismo otros gobernadores que ahora miran a Sergio Massa y prenden velas. Por las dudas algunos le hablan también a Daniel Scioli que va y viene entre San Pablo y Buenos Aires.
"Lo que se viene es un gobierno de transición hasta que se rearme el peronismo", reflexiona otro poderoso dirigente que cree que en la hora final, el ballotage, confrontarán el actual ministro de Economía y Juntos por el Cambio, encabezado por Patricia Bullrich.
Para llegar a esa instancia no sólo falta tiempo sino un largo proceso a ambos lados de la grieta. La lista de presidenciables en el Frente de Todos es larga. Sin embargo, el oficialismo no tiene hoy un líder que garantice ni la unidad ni ganar la elección.
LA LARGA LISTA DE CANDIDATOS Y SUS DIFICULTADES
Número uno en el ranking está Cristina Fernández de Kirchner. El operativo clamor se repite a pesar de que Máximo Kirchner dijo que no cree que ella se vaya a postular y se potencia con el triunfo de Lula da Silva en Brasil. Axel Kicillof y Hugo Yasky fueron explícitos en el acto de la CTA en homenaje a Néstor Kirchner: la ven y la quieren compitiendo en 2023.
El mismo mensaje transmite el video de La Cámpora con el que recordaron los doce años de la muerte del expresidente. El spot arranca con "Volver" de Carlos Gardel. Y no habla CFK pero sí Kirchner: "Si me tengo que pelear con los propios lo voy a hacer", se lo oye alzar la voz. Y como reclama su viuda por twitter él dice: "No me interesa gobernar la Argentina para que haya más pobres e indigentes". El cierre es el lema de la agrupación que lideran Máximo Kirchner y Andrés Larroque. "Como me ayudaron a mí ayuden a Cristina" pide el ex Presidente y ya es hashtag.
El problema es qué pasa si Cristina es candidata y no gana. Es cierto que podría liderar a la oposición, aunque depende del porcentaje que saque. Pero quedaría en el llano y sin fueros, un lujo que solo puede darse Mauricio Macri. No ella y menos frente a la posibilidad de un gobierno halcón de Juntos por el Cambio.
A Cristina o a quien ella quiera de candidato les convendría más que a nadie que haya primarias
"A Cristina o a quien ella quiera de candidato les convendría más que a nadie que haya primarias. Contra lo que creen, explicitar y cuantificar la oposición interna les aseguraría 20 años más de liderazgo en el peronismo. El albertismo (?) es anecdótico", escribió el consultor político Juan Courel, ex Secretario de Comunicación de Scioli y ex estratega de campaña del Frente de Todos.
El análisis tiene lógica. Pero Cristina no reconoce contrincantes. Podría haber aplastado a Florencio Randazzo en el 2017. Prefirió no hacerlo, lo enfrentó por fuera y perdió la elección. En ese caso al menos se garantizó la banca por la minoría en el Senado. En 2019 resignó el primer lugar y también evitó una PASO. La lista de unidad garantiza silencios y cuestionamientos. Ya el kircherismo se suma al clamor antiPASO.
LA HERENCIA: KICILLOF Y WADO DE PEDRO
Si no es ella algunos mencionan a Axel Kicillof. Él quiere ser candidato a su propia reelección. En segundo lugar están los que sueñan con que se anime Máximo Kirchner, que sigue apareciendo poco en la escena pública para mandar señales puntuales. Dialoga más en privado que lo que parece. Hoy se contiene para sostener a Massa en Economía mientras negocia medidas como una suma fija.
El que construye más allá de las grietas es el ministro del Interior Eduardo ‘Wado' de Pedro. Nadie duda de que se maneja con guiño de su jefa pero con un estilo distinto al de su agrupación. Diez días atrás, en la misma tarde-noche compartió un acto con militares que pelearon en Malvinas en 1982 y recibió un premio de manos de Taty Almeida. Hijo de desaparecidos, víctima de la última dictadura militar, De Pedro escuchó los elogios de Mario Montoto a las Fuerzas Armadas en la presentación del libro "Malvinas, cuatro viajes" (del fotógrafo Rafael Wollmann) y en el acto entrega de los premios TAEDA 2022 a ex oficiales, coroneles y comandantes generales retirados.
"Somos muy malvineros, Cristina es muy malvinera y en La Cámpora arrancamos con pintadas siempre con la leyenda Las Malvinas son argentinas", explicaba mientras se tomaba fotos que no compartió en sus redes como sí hizo con el video del premio de las Madres de Plaza de Mayo.
Los "gordos" de la CGT también hablan con ‘Wado' de Pedro. "Es el único con el que podemos charlar algo", repiten mientras el diputado Kirchner prefiere a Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Yasky y Roberto Baradel, entre otros.
Cada tanto De Pedro da una prueba de fe de su filiación como este miércoles en la entrevista que concedió a El Destape en la que le marcó la cancha al propio Presidente cuando dijo que se está hablando de una suma fija para los trabajadores y de que los propios no quieren PASO.
No es el único que se atreve. Hasta un diputado casi desconocido como el tucumano Carlos Cisneros reprochó en Radio Mitre que Alberto Fernández no aprovechó a su jefe de gabiente. El diputado nacional cobró notoriedad esta semana por ser uno de los cinco oficialistas en rechazar el impuesto a las ganancias al Poder Judicial.
EN BOXES: MANZUR, SCIOLI Y ¿MASSA?
Sindicalista, de La Bancaria, Cisneros terminó opinando que "es poco serio" que Juan Manzur se tome licencia como jefe de gabinete para ir a hacer campaña en Tucumán donde ya tiene licencia como gobernador. Sería inédito que en Casa Rosada le den licencia, pase su firma a otro ministro y delegue la gestión en su segundo, Juan Manuel Olmos.
¿No sería más fácil ascender al vicejefe? ¿O no encuentran otro ministro coordinador? Lo de Manzur tiene doble intención: apuesta a ganar el 14 de mayo invirtiendo la actual fórmula con Osvaldo Jaldo y con ese triunfo en mano volver a ponerse en las opciones de presidenciables (si es que dan los plazos y depende qué ley electoral esté vigente).
En boxes siempre está Daniel Scioli, siempre leal al Presidente. Sólo se lanzará si Fernández no va por la reelección pero según avisó Aníbal Fernández "Alberto es candidato".
El ministro de Seguridad además le apuntó a "Wado" de Pedro y le reclamó "que se dejen de joder con esto y acompañen al Presidente" en referencia a la derogación de las PASO, un planteo no sólo camporista sino de los gobernadores del Frente de Todos y de los intendentes bonaerenses.
A Scioli además lo opacó un poco Máximo Kirchner cuando recordó que en 2015 "recién en el ballotage defendió la gestión, tal vez si hubiera arrancado antes...". No sorprendió al sciolismo que no olvida que el kirchnerismo no lo respaldaba.
En ese marco ¿Massa quiere o no quiere ir por el 2023? Con la aspiración siempre latente apuesta, por prudencia y estrategia, a concentrarse sólo en la gestión. Evita el barro y las peleas y teje mientras otros pelean.
El martes y miércoles Massa se instaló en el Congreso y se garantizó la media sanción del Presupuesto con un amplio margen de 180 votos y alianzas con otros sectores políticos. Apuesta a recuperar imagen por contraste por eso fue tan sugestiva la imagen que compartió en redes sociales durante la firma del acuerdo con el Club de París. Con la mano derecha mostraba en alto una lapicera, símbolo de la pelea de poder entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández.
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