Malasia: el modelo que Cristina Kirchner elogió y los datos que no mostró
La vicepresidenta destacó el 5,3% de déficit en una economía en auge como la de Malasia. Pero hay datos que no mostró y que fundamentan el crecimiento de ese país de Asia.
En medio del fragor de la militancia peronista y de un anuncio de acuerdo entre YPF y Petronas por Vaca Muerta, Cristina Kirchner elogió hace unos días el modelo económico de Malasia que tiene un déficit del 5,3 puntos pero va a financiar una obra de gas licuado en Bahía Blanca. Aunque la vicepresidenta no mostró un detalle menor: los otros datos duros que sustentan la floreciente economía malaya y las reglas de juego inalterables que se mantienen desde hace muchos años en este país asiático.
"¿Les suena Malasia? Sí, es la que tiene un déficit de 5,3 puntos y nos va a dar financiamiento para instalar una planta de licuefacción en Bahía Blanca para poder exportar gas natural licuado. ¡Cómo mienten los medios!", dijo la vicepresidenta al elogiar el modelo económico de este pequeño país de Asia.
Los datos detrás de ese déficit resultan una envidia para cualquier argentino medio. Malasia tuvo el año pasado un crecimiento de su PBI de 8,7 puntos; la inflación fue del 3,3% anual aunque venía de un promedio del 1,5%; el ingreso per cápita es de 11.950 dólares y el desempleo está en el orden del 3,6%.
Con cara sonriente y tono pausado Nur Azman Rahim, el embajador de Malasia en la Argentina dijo a El Cronista que "el secreto del éxito en la economía de Malasia puede atribuirse a las bases económicas sólidas que incluyen instituciones reguladoras fuertes, reservas importantes en el Banco Central y una inflación controlada".
Hay más datos sobre esto: desde antes de 1997 que Malasia no recurre al FMI o a otro organismo de crédito internacional para tomar deuda y ayuda financiera.
El último presupuesto de 2023 de Malasia se concentra en lo que llaman "el crecimiento inclusivo, la mejora de la gobernanza y la consolidación fiscal". El déficit que mencionó Cristina Kirchner de este país se pretende reducir el déficit al 5% del PIB en 2023, lo que implica una mejora al presupuesto inicial en octubre de 2022.
DEFICIT SIN PROBLEMAS
"El déficit no es un problema en el presupuesto de Malasia ya que ello se entiende para el financiamiento para fomentar inversiones", añadió el embajador malayo.
Así, el presupuesto de este año de Malasia contiene medidas adicionales de recaudación de ingresos, como nuevos impuestos sobre artículos de lujo y tasas de impuestos sobre la renta elevada para grupos de altos ingresos.
¿Existen subsidios del Estado en Malasia? ¿Dónde van a parar los dólares que tiene este país asiático por el déficit del 5,3 puntos actuales? pregunta El Cronista al embajador Azman Rahim.
"Los subsidios del Estado apuntan a controlar los precios de las empresas, fomentar la inversión de las empresas en nuevos proyectos o empleos y los incentivos en créditos a la construcción", dijo. Se trata de una política de Estado que se mantiene en el tiempo. Es decir, casi no hay subsidios al transporte, a las empresas o las pymes. Todo se destina a proyectos de inversión a largo plazo.
EDUCACION Y DEUDA
A la vez, el financiamiento del Estado también se destina a la educación con programas de oficio. Hay una importante inversión educación, lo que explica también en gran medida el crecimiento económico exponencial de este pequeño país de Asia.
Según el presupuesto de 2023, el Ministerio de Educación recibió la mayor asignación de presupuesto, que representó U$s 15.800 millones del presupuesto total de U$s 87.000 millones, lo que equivale al 18,2 % del presupuesto nacional.
"A pesar de enfrentar desafíos como la pandemia de COVID-19, la economía de Malasia resiste con una sólida posición fiscal. Además, la política monetaria del país también ha apoyado a los bancos manteniendo tasas de interés bajas para estimular la economía", dañade con orgullo el embajador de Malasia.
La deuda externa es casi una palabra en extinción para la economía de Malasia. Durante la pandemia se enfrentó la crisis sanitaria sin necesidad de pedir prestado a organizaciones internacionales como el FMI y el Club de París.
"Esa es una muestra de solidez y gestión económica. Incluso durante la crisis financiera asiática de 1997-1998, Malasia fue el único país asiático que no recurrió al FMI", añade Azman Rahim.
En rigor, la decisión del gobierno de Malasia de no pedir créditos al FMI fue polémica en ese momento, y algunos expertos y organizaciones internacionales cuestionaron la efectividad del enfoque alternativo del país. Sin embargo, en los años posteriores a la crisis, la economía de Malasia se recuperó y siguió creciendo a un ritmo constante. Sin deuda y con crecimiento.
INVERSIONES EN ARGENTINA
En la estrategia de inversiones en Argentina los dirigentes de Malasia no sólo piensan en rubros clave como el petroleo en Vaca Muerta con el acuetrdo de YPF-Petronas.
También se apuntaron en proyectos de infraestructura vial en Luján, complejos hoteleros en Mendoza, el agro, el litio y otros sectores de la minería.
"Para la economía de Malasia su política económica es favorable a los negocios y prioriza las reglas transparentes y las políticas destinadas a fomentar las inversiones", dijo el embajador Azman Rahim en una señal por elevación al gobierno argentino.
En términos de déficit, bajo el liderazgo del actual primer ministro Anwar Ibrahim, Malasia tiene como objetivo reducir gradualmente la deuda de la nación y reducir la brecha presupuestaria, sin recurrir a aumentar los impuestos y garantizar que los grupos de ingresos más bajos no se vean afectados de manera desproporcionada.
Todo esto lo están haciendo a un ritmo de inversiones extranjeras y nacionales récord. En el 2022 la inversión directa extranjera en Malasia y la nacional creció a U$s 59.000 millones. Es decir, mucho más que los U$s 13.000 millones que se habían invertido en 2016.
Malasia tiene un fuerte interés por invertir en la Argentina en las áreas de energía, agricultura, infraestructura. Y ven un "panorama alentador y positivo", según las palabras del diplomático malayo al frente de la embajada en Buenos Aires.
En rigor, el gobierno de Malasia no teme a los problemas económicos coyunturales de la Argentina ya que entienden que las inversiones de los inversores malayos son a largo plazo y tienen la particularidad de que se trata de un país con muchos recursos naturales.
Sin embargo, Azam Rahim destaca sin vueltas: "confiamos que el gobierno de Argentina nos dará un más amplio grado de flexibilidad en el control del giro de capitales para atraer más inversión extranjera". Un reclamo similar que hacen hoy muchas embajadas extranjeras apostadas en Argentina.
Para el gobierno de Malasia, la "Argentina es un aliado estratégico"en la región. Pero confían en el Gobierno de Alberto Fernández "pueda garantizar estabilidad económica y reglas de juego claras en el país", según Azam Rahim.
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