Construir una cultura ética de negocios es un trabajo de todas las personas, todos los días

Hoy, más que nunca, la transparencia es un activo fundamental de las organizaciones. Afortunadamente, existe un gran consenso en cuanto que cuando las empresas resguardan la legalidad y la ética, cuando cumplen fielmente su marco normativo, crecen enormemente sus chances de ser exitosas. No solo porque fortalecen su licencia social para operar o porque construyen relaciones más sólidas y duraderas con su entorno y sus partes interesadas, sino también porque afirman la confianza y el sentido de pertenencia de sus integrantes. Dicho sin vueltas: las personas prefieren trabajar en organizaciones de las que se sientan orgullosas. Especialmente las nuevas generaciones.

Pero construir una cultura ética, de transparencia organizacional, no es un trabajo sencillo. Excede largamente el contar con una serie de instrumentos y normas (si hubiera sido el caso, escándalos como el de Enron, que tenía sus códigos y políticas al día, jamás hubieran sucedido). Excede, incluso, el compromiso de la conducción de la empresa. El Tone at the Top, como se lo denomina en nuestra especialidad, es una condición necesaria, fundamental, pero que requiere ser complementada transversal e interdisciplinariamente en la organización.

Construir una cultura requiere de la participación de todos quienes la conforman. De que cada persona asuma esa cultura como propia. Y una tarea de esta naturaleza, básicamente un proceso de confianza, es algo que lleva tiempo y esfuerzo. Es trabajo constante, de todos los días.

En Camuzzi, la empresa que integro, mediante la implementación de nuestro Programa de Integridad -hace ya casi cinco años- acompañamos este camino de construcción cultural. En 2018, con el respaldo de la primera línea de la compañía encabezado por nuestra Directora General, María Tettamanti, una de sus más entusiastas impulsoras, lanzamos el Programa de Integridad. Es decir, nos abocamos a que cada persona viviera el comportamiento ético y la reputación de la compañía como algo propio.

Seis ejes para construir cultura

Podemos decir que nuestro Programa de Integridad está asentando en los siguientes ejes:

-Análisis de riesgos, a fin de diseñar nuestras políticas y procedimientos ajustados a nuestra realidad y contexto.

-Elaboración de políticas entendidas como herramientas útiles para brindar claridad a la hora de actuar en o para la Compañía en diversos temas (interacción con funcionarios públicos, conflictos de intereses, donaciones, etc.)

- Implementación de un canal de denuncias administrado por un tercero objetivo e independiente, asegurando la confidencialidad y permitiendo, incluso, la realización de reportes anónimos, conforme mejores prácticas internacionales en la materia.

-Capacitaciones sobre casos y situaciones reales que nos permitan bajar a la práctica, es decir, al día a día de nuestra operación, todo lo previsto en nuestro Programa de Integridad.

- Difundir Compliance mediante la palabra de aquellas personas con responsabilidad de liderazgo, generando distintas piezas de comunicación que nos ayudaron a destacar la importancia de nuestro Programa de Integridad.

- Sumar a nuestra cadena de valor mediante entrenamientos y compartiendo los principios y valores necesarios para poder operar con nuestra Compañía.

A estas acciones, además, sumamos desde 2021 un programa de referentes internos de cada negocio, que denominamos embajadores de Compliance y que fueron elegidos para cada unidad de negocio. Ellos funcionan como un nexo de ida y vuelta entre la gerencia de Compliance y el resto de la compañía.

Un trabajo que no acaba nunca

Los resultados de estas acciones son cada vez más palpables. Contamos con un liderazgo convencido que tan importante como obtener resultados es la forma en que se obtienen; con una serie de políticas, herramientas y acciones que se demuestran en plena vigencia y desarrollo; y con una fuerza de trabajo que revela altos grados de identificación con la compañía y con el modo en que conduce sus negocios.

Pero en esto no hay metas de llegada. Como decíamos antes, construir una cultura ética es un trabajo constante, cotidiano, de todos los días y de todas las personas. En Camuzzi estamos transitando ese camino, afortunadamente. Y en la medida que continuemos avanzando, como sucede con todo aquello donde la confianza está involucrada, más se fortalecerán las chances de desempeñarnos en una empresa exitosa de las que nos sintamos orgullosos de formar parte.

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