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El abrazo de Facundo Manes y Patricia Bullrich

Debajo del radar, casi sin que el "círculo rojo" lo vea, Facundo Manes sigue desplegando toda su osadía y picardía a la hora de hacer campaña, cuestión que disfruta como pocos.

Le pasó los otros días en Expoagro, en San Nicolás, cuando se metió de prepo en el salón donde los "invitados especiales" eran invitados a participar de una rueda de prensa y adentro estaba Patricia Bullrich, que ya hacía largos minutos declaraba aunque el tiempo preestablecido ya había pasado.

Manes había empezado a contestar algunas preguntas de periodistas afuera de la carpa, y por eso los invitó a pasar dentro de la misma. Cuando lo vieron, la mayoría se abalanzó sobre su figura dejando casi en orfandad a la también mediática presidenta del PRO, que, ni corta ni perezosa, salió raudamente a su encuentro y lo abrazó como si fuera su mejor amigo.

Seguramente no lo es, pero ambos coinciden en algunos temas, como la desconfianza que le tienen a Horacio Rodríguez Larreta, con quien tuvieron feroces cruces públicos y privados, y en lo disruptivos que terminan siendo para sus respectivos espacios políticos, el radicalismo y el PRO, donde los dos precandidatos a presidente juegan en desventaja económica contra otras figuras.

El neurocientífico, quien prepara dos actividades muy trascendentes para la interna radical el fin de semana, una en La Plata y la otra en Chascomús, la tierra donde nació Raúl Alfonsín, también aprovechó para chicanear a Jorge Macri, con el que coinciden más de lo que se sabe.

Cuando lo vio entrar le tiró: "¡Qué bueno ver un porteño por acá!", a lo que el actual ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le contestó de manera sonriente pero tajante que su origen es más bonaerense que el suyo, aunque haya nacido en Salto.

LOS CARRITOS QUEDARON SIN USAR

Para la comitiva que acompañaba a Axel Kicillof, su presencia en Expoagro era una "parada difícil... éramos visitantes", y por eso habían planificado que, apenas sucediera el corte de cinta, el gobernador y su comitiva oficial se subieran a los carritos de golf dispuestos en la ocasión para trasladarlo hasta el stand oficial de la Provincia de Buenos Aires, ubicado en el otro extremo del lugar de la apertura.

Sin embargo, el descontrol era tal que nadie se dio cuenta de que el corte de cinta ya había sido realizado y el locutor oficial seguía haciendo las presentaciones de rigor. Como nadie escuchaba nada, Kicillof se olvidó de lo que le habían pedido antes por su propio ceremonial y se lanzó a caminar por la feria, donde pasó lo lógico... que pudo caminar tranquilamente, sin que nadie le dijera nada.

"Siempre estamos a tiro de que alguien quiera dar la nota y después la viralice, pero la verdad que Axel habló con todos y se sacó cuantas fotos le pidieron. Salió revitalizado", contaron, ya más tranquilos, quienes vivieron, el martes pasado, los momentos más tensos en mucho tiempo.

La política estaba pendiente de su opinión sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, pero de eso no habló. Sin embargo, su ausencia a la reunión en el Congreso de la Nación donde Martín Guzmánexplicaba las bondades de lo que se empezó a tratar ayer en la Cámara de Diputados de la Nación, es todo un gesto.

Momentos antes, quien lo había hecho pasar un mal momento, había sido su ministro de Seguridad, Sergio Berni, quien en medio de una actividad con el intendente local, Manuel Passaglia, cuando compartían los tres una conferencia de prensa, le recriminó que había dejado en el abandono casi todos los vehículos que tenía para patrullar la Policía Bonaerense.

Ese momento, que tomó trascendencia pública por la tensión que había, tiene un por qué. Para el ministro, el intendente "mintió" cuando en su discurso ante el Concejo Deliberante de San Nicolás, con motivo del inicio de las sesiones ordinarias, un símil de lo que ocurre a nivel nacional y provincial con las asambleas legislativas, Passaglia había dicho que no había recibido nada del gobierno bonaerense. "Por eso el acting de Berni, que siempre nos depara una sorpresa", según confiaron quienes en otras oportunidades pasaron por una situación parecida.

ISHII AHORA PUEDE USAR EL WAZE

En la última semana hubo una corriente de opinión inorgánica pero con mucho peso político que se puso del lado del presidente Alberto Fernández contra Máximo Kirchnery La Cámpora, aunque para esto tengan que apoyar el acuerdo de Mauricio Macri con el FMI.

Hace una semana, Hugo Curto, quien gobernó durante más de dos décadas Tres de Febrero y fue presidente de la Junta electoral del peronismo bonaerense durante treinta años, había dicho que La Cámpora se había transformado en "una célula maligna que le impide crecer al cuerpo que es el Peronismo". Se lo ve enojado por la manera que cerraron las listas en su distrito, donde el camporista Juan Debandi no quiso quedar como vice.

Esta semana que termina, Aníbal Fernández, el mismo que mandó a meterse la marcha peronista en el c... cuando se discutía por los símbolos del peronismo en la "interna de peluquería" que iban a disputar en 2005 Hilda Chiche Duhalde contra Cristina Fernández de Kirchner, le aclaró al hijo de los dos presidentes y sus seguidores que "los peronistas votamos lo que nos pide nuestro Gobierno, ni nos abstenemos ni votamos en contra".

Curto y Fernández formaron parte de los referentes de mayor confianza de Néstor Kirchner, que ahora salen al cruce de las posturas de su primogénito. Inclusive en sus distritos fueron parte del trasvasamiento que se dio con los jóvenes que crecían bajo su tutela.

Ambos, antes de todo esto, eran duhaldistas. Eduardo Duhalde los tenía como referentes de gran importancia, pero optaron por el santacruceño cuando el ex gobernador "desalambró" la Provincia de Buenos Aires.

Acompañando al presidente Fernández, su nuevo mejor amigo en el conurbano bonaerense, Mario Ishii, volvió a utilizar la palabra "traidores" para descalificar a los peronistas kirchneristas que quieren votar en contra del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional.

"No traicionen al pueblo y voten lo que pide el Presidente de la Nación. Quiero decirles a esos compañeros que hoy tienen la posibilidad de ocupar una banca nacional en representación de nosotros que no traicionen al pueblo. No podemos quedar en default, que sería una catástrofe nacional", exclamó Ishii a pocas cuadras del lugar donde, en 2009, tras la derrota kirchnerista contra Francisco De Narváez, con Kirchner encabezando una lista testimonial, había amenazado con salir a "cazar traidores".

"Cuando se hizo la lista estaban escondidos. Treinta días antes no los encontrábamos. ¡Se pusieron en la lista, ahora que voten lo que necesita el Poder Ejecutivo Nacional! Ninguno de esos que ahora salen a hacer manifestaciones, ninguno, salió a quejarse cuando nos endeudaban", afirmó el martes pasado.

Lo raro es que Ishii no fue muy enfático a la hora de criticar a María Eugenia Vidal por su paso por la gobernación, y hasta armó un sector de intendentes no alineados en los que también estaban el de Ezeiza, Alejandro Granados, y otros opositores no críticos del gobierno de Cambiemos.

El intendente de José C. Paz nunca encontró a ningún "traidor" en 2009, a pesar que varios pululaban a su alrededor, y seguro no lo hará ahora, pero en un ambiente donde la sobreactuación paga, esta pudo haber sido una más.

En la noche del jueves, un grupo de afiliados del Partido Justicialista de Moreno, conducidos por el ex intendente Mariano West, estaba ultimando una presentación para desafiliarse "masivamente del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires" en contra de Máximo Kirchner, a quien le reclamaron: "Hacé una de mínima y respetá lo que dispuso la mayoría del bloque" en claro acompañamiento al acuerdo con el FMI.