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Quentin Tarantino es conocido por ser un "cinéfilo voraz". A través de su singular estilo, el director estadounidense crea una red de elementos visuales y narrativos que rinde tributo a géneros y momentos memorables en la historia del séptimo arte.

Cómo parte de la promoción de su libro Cinema Speculation (2022), el guionista hablo con Jimmy Kimmel. Durante su entrevista, reveló qué películas de terror podría considerar "perfectas".

"Mira, cuando dices películas perfectas, estás hablando de la estética de una persona individual. Sin embargo, las películas perfectas de algún modo atraviesan todos los gustos de un lado y del otro", aclaró.

Las tres películas de terror que Quentin Tarantino considera "perfectas"

La masacre en Texas (1974)

La Masacre en Texas(1974), dirigida por Tobe Hooper, se erige como un auténtico clásico del slasher. Su audaz enfoque rupturista en términos cinematográficos dejó una impronta indeleble. Según Tarantino, "esta obra abrió el universo de asesinos enmascarados, armas letales y sangre", elementos característicos del género.

Tiburón (1975)

Por otro lado, el cineasta rememoró un clásico del terror y el suspenso: Tiburón (1975) de Steven Spielberg.

La innovación que caracteriza a "Tiburón" escapa a nuestra percepción, especialmente en una era dominada por los lanzamientos masivos y los éxitos de taquilla. En su momento, Universal Pictures destinó una inversión de u$s 1,8 millones para promocionar el estreno, pero su impacto trascendió esa cifra.

La campaña publicitaria se manifestó en una multitud de productos comerciales vinculados a la película: desde álbumes de la banda sonora hasta toallas de playa, muñecos y disfraces.

Además, en contraste con la norma de la época, que veía a los grandes estrenos cinematográficos desplegándose gradualmente en distintas regiones del país, "Tiburón" fue lanzada en 464 salasde Estados Unidos de forma simultánea.

El exorcista (1973)

Para cerrar su lista de películas destacadas, Tarantino concluyó con El Exorcista (1973), obra cinematográfica dirigida por William Friedkin.

El argumento de la película se centra en Regan, una niña de trece años poseída por un demonio, cuyo papel fue interpretado magistralmente por Linda Blair.

La dramatización del bien y el mal no tiene como objetivo asustar, sino que invita a las audiencias a confrontar sus creencias religiosas y sus cuestionamientos internos.

La obra desató una oleada de imitaciones que dieron lugar a variaciones notables en el género, manteniendo una tradición que se desvaneció y revivió con películas como El exorcismo de Emily Rose (2005) y Actividad Paranormal (2007)