Las renovables cambian la cara del sector energético con más mujeres en puestos de decisión
Si bien las mujeres continúan siendo minoría en el sector energético mundial, el porcentaje crece en las energías renovables. Cinco profesionales del sector opinan de la situación en la Argentina
La transición hacia energías renovables, ofrece una oportunidad para transformar el sector en todos los aspectos, incluso el de género. Según el estudio Energías renovables: Una perspectiva de género llevado adelante por la International Renewable Energy Agency (Irena) en 2019 en 140 países, las mujeres representan el 32% de los empleados a tiempo completo de las empresas encuestadas; un porcentaje considerablemente mayor que el 22% en la industria del petróleo y el gas a escala mundial.
"La transición hacia un sistema de energía renovable, distribuida y descarbonizada está generando toda una serie de beneficios sociales y económicos, incluyendo la creación de empleo. Es fundamental asegurarse de que las oportunidades que genera esta transición sean accesibles para todos y que sus ventajas queden distribuidas de manera equitativa", explica el informe, a la vez que señala que todavía la participación de mujeres en las renovables es mucho menor en los puestos de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) que en los puestos de administración.
El informe explica que las mujeres encuentran constantes obstáculos para acceder a este sector históricamente masculinizado, permanecer y progresar, y subraya que es esencial eliminar estos obstáculos para hacer frente a la creciente demanda de competencias en una industria en expansión.
Eliminar la desigualdad en el sector
En la Argentina, son pocas las mujeres que trabajan en energías renovables. Basta con entrar a la página web de la Cámara Argentina de Energías Renovables para comprobarlo en el sector privado: de los 11 comités, solo uno es cocoordinado por una mujer y entre las empresas miembros figuran como representantes no más de diez mujeres. En el sector público, se destacan dos mujeres: la economista Gabriela Rijter, subsecretaria de Energías Renovables y la ingeniera industrial Flavia Royón, recientemente nombrada secretaria de Energía de la Nación.
Frente a esta situación, quienes ya llevan años de trayectoria en el sector decidieron no quedarse de brazos cruzados. Durante lo que se consideró que fue el "boom de las energías renovables" en nuestro país, cuando se lanzaron los programas RenovAr, se cruzaban en eventos en los que muchas veces no se veían representadas. Entonces decidieron crear un espacio desde donde abordar las barreras de acceso y permanencia y crearon la Asociación de Mujeres en Energía Sustentable (AMES) en febrero de 2019.
"Nos empezamos a encontrar con otras mujeres en los congresos del sector y éramos muy poquitas: lo mismo que habíamos experimentado en nuestra carrera profesional lo veíamos reflejado también en estos espacios. Decidimos fundar AMES para cerrar la brecha de género en el sector de la energía con énfasis en la sustentabilidad y hoy somos 45 mujeres quienes formamos parte como socias pero con una comunidad todavía más amplia", explica Florencia Hoffmann, ingeniera industrial y presidente de AMES, quien lleva 15 años de trabajo en el sector energético, los siete últimos en el rubro de las renovables.
"Nuestro primer objetivo fue ver dónde estábamos paradas, por eso decidimos realizar un relevamiento con el Banco Interamericano de Desarrollo a través de la primera encuesta de género y energía destinada a conocer la participación de las mujeres en el sector de energía eléctrica. Los resultados estarán disponibles en el próximo mes y eso nos permitirá conocer cuántas somos y poder plantear acciones concretas para cerrar estas brechas", explica Hoffmann, que trabaja en Darcy Partners, una empresa de inteligencia de mercado para el sector energético.
"Si bien son varios los frentes que hay que cubrir, entendemos que un primer paso es eliminar los sesgos que impiden que las niñas y jóvenes se interesen por las carreras STEM, por eso es fundamental abordarlo desde la etapa escolar. Es muy bajo el porcentaje de jóvenes que se inscriben en este tipo de carreras. Esa es la primera barrera. Después es importante acompañar, por eso otro de nuestros objetivos es generar un programa de mentoreo y también visibilizar a las mujeres que trabajan en el sector", destaca Hoffmann, que cuenta que cuando estudiaba ingeniería, solo 20 de los 200 estudiantes eran mujeres y que muchas veces fue "la primera mujer" en un espacio.
Natalia Zacur es ingeniera electricista y trabaja en proyectos de eficiencia energética. Mientras cursaba la Maestría en Energías Eólicas en la UTN, fue elegida para participar en un programa de desarrollo profesional para mujeres en distintos países, "Women in Wind Leadership Program", que organiza Global Wind Energy Council. "Es un programa internacional de liderazgo para fomentar el desarrollo de las carreras profesionales de mujeres en el área eólica. Consta de un sistema de mentoreo y de una serie de capacitaciones en áreas diversas asociadas a este tipo de generación. Mi mentora fue Regina Ranieri (N de la R: Project Manager de hidrógeno verde en Fortescue Metals Group), que me ayudó y me acompañó muchísimo. Fue enriquecedor conocer mujeres de otros países y analizar el mercado eólico desde lo económico, y a la vez hacer networking", relata Zacur.
"Es importante encontrarse con personas que vivieron lo mismo, que te comprenden, y que te pueden aconsejar. Las mujeres soportamos muchas presiones, machismo, discriminación, eso es una realidad y en el mundo de las ingenierías es real", reflexiona Zacur. Ilustra con un ejemplo: cuando en 2005 cursaba en la Facultad de Ingeniería de la UBA, las búsquedas laborales propias de la facultad eran por género. Las mujeres de las distintas carreras y también varones, se organizaron para pedir que dejara de ser así y lograron cambiarlo. La Facultad emitió una resolución que prohíbe discriminar por género desde entonces.
Lucila Bustos es Executive Managing Director en ABO WIND y una de las pocas mujeres en ocupar un puesto jerárquico en una empresa de energías renovables. Abogada de profesión, decidió especializarse en derecho ambiental y entró a trabajar a ABO Winds hace 13 años, primero como responsable legal durante 9 años y luego como directora de la subsidiaria en Argentina de la empresa alemana que se dedica a desarrollar proyectos renovables. Reconoce que en su carrera corporativa fue clave la confianza y la flexibilidad de la empresa, lo que le permitió compatibilizar su carrera profesional con ser madre de tres niños. "Después de mi primera hija pedí trabajar part time, fue una forma de flexibilizar, y me lo aceptaron. Tuve mi segunda hija y mantuve ese esquema pero incorporando home office, y ahí me ofrecieron el puesto de directora de la subsidiaria. Para mí fue un reconocimiento enorme. Mantuve mi flexibilidad, depositaron esa confianza en mí, y al año siguiente fui mamá de nuevo y nunca me hicieron pesar mi maternidad," relata. "Dentro de la empresa tratamos de promover que padres y madres no se pierdan actos escolares o turnos médicos de sus hijos, tenemos licencias extendidas, más flexibles, porque queremos que sea un valor agregado que puedas compartir tiempo con tus hijos", destaca.
Elena Morettini es geóloga y geocientífica y trabaja hace 20 años en el rubro energéticos. En 2018, lideró el grupo de trabajo de Sustentabilidad en el G20, experiencia que la transformó en consultora especializada en transición energética. Hoy realiza ese trabajo en Globant acompañando a empresas a realizar esa transición, para que cada parte del proceso sea más limpia. Antes, trabajó 12 años en YPF y creó el primer comité de diversidad e inclusión en la empresa. "El objetivo fue garantizar las mismas oportunidades en el mundo energético, fue un trabajo pionero. Es un mundo en el que no es fácil ser mujer porque somos muy pocas. Está cambiando mucho pero los números no son impactantes por el momento en los rubros técnicos. Con la transición estamos intentando crear un mundo más justo, entonces tiene que ser más inclusivo, tiene que haber más mujeres. La parte justa de la transición abarca poner al recurso humano en el centro y brindar oportunidades iguales para mujeres, hombres y personas no binarias", destaca.
Un sector que necesita inversión
En paralelo a generar inclusión, algo en que las mujeres del rubro coinciden es que al mercado de las renovables en la Argentina le falta crecer. Reconocen que luego de la etapa del RenovAR y de la sanción de la Ley de Energías Renovables, que fue un puntapié clave, el mercado se contrajo por falta de inversión en distintas áreas que complican la expansión de este tipo de energías. "Fue un programa exitoso pero las condiciones macroeconómicas del país fueron retrasando los proyectos porque se volvió difícil conseguir capital. En las renovables, los primeros dos años hay que poner el 100% de la inversión que luego se amortiza, pero conseguir ese capital fue haciéndose cada vez más difícil", explica Cecilia Giralt, cofundadora de AMES, abogada especialista en energías renovables y exdirectora de Contratos y Mercado a Término de Energía Renovables en la Subsecretaría de Energías Renovables surgida en 2016.
"Uno de los mayores problemas es que la Argentina tiene un proceso de no inversión en las redes de transporte, entonces inyectar hoy energía renovable en determinados nodos no se puede porque no hay capacidad. Si se invirtiera en estas redes troncales, como todas las renovables son competitivas, tendría un impacto muy positivo," apunta Giralt. "La Argentina es un país que por su nivel de extensión realmente necesita infraestructura y creo que la transición energética no es solo una oportunidad de ser más eficientes y sustentables sino de generar empleo calificado. Una oportunidad para desarrollar tecnología y capacitar gente en carreras técnicas que se necesita mucho", suma Zacur.
Sin embargo, lo que surgió en paralelo a los RenovAR y sí continuó funcionando es el Mercado a Término de Energías Renovables (Mater), mercado donde se contractualiza la energía entre privados, lo que confirma que la demanda existe. "Hay empresas queriendo adquirir energías renovables y no hay disponibles, hoy todo depende del Mater y nuestro cuello de botella es la red de transporte. También está el tema del acceso al crédito y temores al mantenimiento de los proyectos. Si no hay continuidad de crecimiento, se repliegan los posibles actores interesados en producir", explica Bustos. "ABO Winds es un desarrollador de proyectos renovables, el origen es eólico pero de a poco fue incorporando solar, biomasa y almacenamiento. Y también nos estamos embarcando en el hidrógeno verde vinculado a la energía eólica. La empresa desembarcó en la Argentina en 2006 cuando no había nada en renovables y ha visto pasar muchos contextos distintos pero nunca se achicó. Va cambiando el perfil de los proyectos, el margen de ganancia y nosotros como desarrolladores tenemos que ir amoldándonos a los requerimientos del mercado, que de por sí es muy particular y tiene mucha fluctuación", explica Bustos.
Emisiones e hidrógeno verde
Uno de los motivos para aumentar el uso de renovables en la matriz energética es la incidencia que tienen las emisiones de dióxido de carbono producidas por los combustibles fósiles en el cambio climático. Emisiones que pueden estar presentes en la cadena de producción de las renovables. "Hay un desafío con respecto a las emisiones en su camino de suministro y tenemos que ver cómo hacer para que ese ciclo productivo tenga su presupuesto de CO2 para que podamos compensarlo. Eso puede ser a través de crédito de carbono y bonos y así se crea un ciclo totalmente virtuoso, que conociendo desde el principio al final cada producto, permite movernos a un sistema CO2 neutro para 2050. Desde Globant proveemos tecnología a las empresas para que puedan conocer la cadena de producción, la trazabilidad de su proceso productivo. Es una plataforma gemela digital y podés ver toda la cadena de valor, incluso en parámetros en diversidad e inclusión", señala Morettini.
Uno de los grandes candidatos a suplantar a los combustibles fósiles en la transición energética es el hidrógeno verde, como se conoce al que se genera con energías renovables bajas en emisiones. "Hoy el hidrógeno verde está en una fase experimental en el mundo, pero es muy prometedor. Los países del mundo están trazando sus hojas de ruta y hay países que van a ser productores y países que van a ser consumidores. América latina se presenta como un proveedor en el tema hidrógeno verde y la Argentina tiene una oportunidad impresionante de ser proveedora de este combustible", explica Giralt, que trabaja como consultora legal en la temática para el gobierno actual. "Estamos trabajando para que la Argentina presente su estrategia y hoja de ruta. Chile fue el primero que lo hizo y quien lidera en la región los proyectos piloto, Brasil y Uruguay también tienen proyectos, la región se está moviendo mucho, es una forma de posicionarse como exportador en el combustible que podría reemplazar el petróleo", concluye.
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