NUEVA PRESIDENCIA EN BRASIL

Qué desafíos deberá sortear Lula da Silva en el inicio del último mandato de su vida

Tras desplazar de la presidencia a Jair Bolsonaro, el líder petista se encuentra ante un escenario más complejo respecto a sus otras dos gestiones. Las conclusiones de una elección reñida y el análisis del posible accionar del flamante mandatario.

Luiz Inácio "Lula" da Silva (PT) se impuso este domingo al actual mandatario Jair Bolsonaro (PL) en el balotaje presidencial por 50,90% a 49,10%, lo que indica que volverá a residir el Palacio de la Alvorada doce años después de abandonarlo por última vez.

Se trata de la sexta presentación en una elección presidencial para el líder petista y la tercera en la que consigue un triunfo, perdiendo en tres ocasiones consecutivas ante Fernando Collor de Mello (1989) y Fernando Henrique Cardoso (1994 y 1998) y ganando en las restantes (2002, 2006 y 2022).

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Al margen del panorama económico, de reciente carácter deflacionario, pero con programas de estímulo electoralista ejecutados por el actual oficialismo que tendrán costo fiscal, el desafío para Lula se distingue por la complejidad de encrucijadas que deberá resolver para la sostenibilidad de su proyecto político a futuro tanto en el frente nacional, como regional e internacional, siendo que, a sus 77 años ya adelantó que este será el último mandato de su vida.

EL ANÁLISIS ELECTORAL

En el apartado local, Lula ganó las elecciones en 13 estados mientras que Bolsonaro lo hizo en 14, incluso contando el Distrito Federal. Considerando los tres colegios electorales más grandes del país, el PT salió victorioso en Minas Gerais (el segundo más populoso) y el actual mandatario en San Pablo (el primero) y Río de Janeiro (tercero).

Respecto del último balotaje en 2018, Lula consiguió voltear el estado de Amazonas. Sin embargo, a pesar de que se nombre el poderío que tiene el noreste brasileño para el desempeño del Partido de los Trabajadores, es importante mencionar que Bolsonaro menguó su desempeño tanto en la región sudeste (la más poblada) como sur y centro-oeste, también en comparación con la segunda vuelta que tuvo como perdedor al delfín lulista Fernando Haddad.

Análisis histórico de las últimas segundas vueltas. (Fuente: Folha de Sao Paulo)

A pesar del análisis fino, es preciso reconocer que Bolsonaro demostró tener más resistencia de la esperada a pesar de forjar un discurso negacionista sobre la pandemia y el cambio climático, de llevar a cabo un proceder "políticamente incorrecto" en su relación con actores nacionales e internacionales y de llevar hasta el borde el límite institucional en el vínculo con el Poder Judicial y las amenazas de no reconocer el resultado electoral.

Como dato extra, el mecanismo de transmisión de votos de los candidatos que no accedieron al balotaje y de votantes indecisos fue más favorable para Bolsonaro, que obtuvo 7.000.000 de votos válidos más, que para Lula, que sumó otros 3.000.000 en la segunda instancia.

LA DELGADA LÍNEA DE LULA

Los resultados electorales reflejan una clara polarización, que a su vez presenta un dilema en la estrategia de Lula para llevar a cabo el cambio programático que propuso en su primer discurso como presidente electo, en el cual habló sobre inclusión de las mujeres, preservación del amazonas, industrialización y justicia social; términos que no abundan en el imaginario del bolsonarismo.

Patricio Talavera, politólogo y consultor externo de la Dirección Nacional Electoral, opinó a El Cronista que este escenario condiciona a Lula a un giro pragmático. "El que viene no creo (y no puede ser) un gobierno petista. Está obligado a ser un gobierno socioliberal, con énfasis en lo social y en la búsqueda de acuerdos con un Congreso nítidamente más conservador".

Lula da Silva festeja los resultados del balotaje frente a la militancia petista. (Reuters/Amanda Perobelli)

La elección de los nuevos 513 diputados federales y 27 de los actuales 81 senadores fortaleció la posición de los grupos afines al bolsonarismo al igual que a la base del PT, debido a la caída de otros partidos de centro. Esta posición daría margen para una eventual victoria de Da Silva para asegurar la gobernabilidad si logra alianzas con partidos más de centro y de la derecha.

Sobre la misma cuestión aportó el licenciado en Ciencias Políticas (UBA) y especialista en el análisis de la coyuntura brasileña Ignacio Pirotta, quien destacó a este medio que incluso el Partido Liberal (PL), como parte de lo que se conoce como el Centrão -un grupo de partidos conservadores dispuestos a formar parte de un gobierno de turno- podría terminar dividido hacia adentro entre opositores y oficialistas.

"De hecho, el PL al que hoy está afiliado Bolsonaro formó parte de la coalición de Lula y puso al vicepresidente, José Alencar. Va a ser interesante ver como se reconfigura el sistema de partidos brasileño, con un PSDB (la histórica oposición al PT) que ha caído en desgracia, un bolsonarismo con penetración en el tejido social como sólo el PT tiene entre los partidos brasileños, y una derecha más bien tradicional que todavía no encuentra su lugar en este nuevo mapa", añadió.

El actual presidente, Jair Bolsonaro, al emitir su voto este domingo en Río de Janeiro.

Hasta ahora sorprendió la disposición del Tarcísio, flamante gobernador de San Pablo, el cual contó con el apoyo explícito de Bolsonaro durante toda la campaña, al decirle a los periodistas este domingo que buscará alinearse con el próximo gobierno federal, siendo este un componente "fundamental" para tratar las políticas públicas a implementarse a futuro para su estado.

Aun así, está sobre la mesa que el tablero político para Lula será dificultoso y que deberá equilibrar los intereses de llevar a cabo el programa político que consignó durante su campaña con los acuerdos aún más amplios que necesita para poder tener un margen mayor de gobernabilidad.

EL PLAN PARA LATINOAMÉRICA ANTE LA CRISIS GLOBAL

Con la suba de las tasas de interés globales producto de una espiralización inflacionaria y las consecuentes alertas de una recesión, el panorama internacional que recibe la tercera presidencia de Lula no es el más auspicioso y dista de ser similar a las condiciones con las que pudo liderar una visión integral de la región como en la década del 2000.

Para que ocurra un retorno de ese estilo deben darse dos condiciones, según Facundo Cruz, politólogo y miembro del Centro de Investigación para la Calidad Democrática (CICaD): "La primera condición es que vuelvan a haber tasas de crecimiento de la economía mundial y demanda de commodities como pasó en ese momento, que no se estaría dando esa configuración porque hay un proceso recesivo global".

Lula da Silva junto a Cristina Kirchner y Alberto Fernández en un encuentro el año pasado.

"La segunda condición es que tiene que haber un alineamiento político en la región que genere un acople entre los gobiernos y va a depender mucho de cuál sea el resultado de las elecciones presidenciales en Argentina el año que viene: porque para que el Mercosur encabece un retorno al crecimiento económico a nivel regional tenés que tener un alineamiento entre Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil", agregó. 

"Paraguay puede acomodarse sin inconvenientes [a la presidencia de Lula], pero Uruguay mira a otros países por su cuenta", dice el politólogo en diálogo con El Cronista, refiriéndose a que el país oriental busca firmar unilateralmente tratados de libre comercio con China, contrario a la normativa firmada por los estados miembro del Mercosur, que buscan desincentivar este tipo de conductas. 

Además, marcó que "si en Argentina gana Juntos por el Cambio, ellos van a sentirse más cómodo dialogando con Lacalle Pou que con Lula. Si Brasil empieza a ser la locomotora de un resurgimiento regional necesita que se mantenga alineado o acoplado en términos ideológicos-programáticos con Argentina luego de nuestras elecciones presidenciales".

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