La Torre fantasma de La Boca: esconde historias de arte y hasta aparición de duendes asesinos
El misterio de este castillo catalán sigue sin resolverse hasta el día de hoy
La ciudad de Buenos Aires está llena de leyendas urbanas que se transmiten de generación en generación, y el barrio de La Boca cuenta con un par de mitos populares, ya que es uno de los barrios más antiguos de la ciudad.
Si suelen recorrer las calles de este histórico lugar, conocerán el edificio ubicado en la intersección de la avenida Almirante Brown y las calles Wenceslao Villafañe y Benito Galdós. Ahí se encuentra el "Castillo de La Boca", también conocido como "La Torre del Fantasma".
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LA TORRE DEL FANTASMA: LA HISTORIA DETRÁS DEL MITO
Todo comenzó en la década de 1910, cuando María Luisa Auvert Aurnaud, estanciera y multimillonaria, encargó a un arquitecto catalán la construcción de un edificio de departamentos para vender. Sin embargo, la torre quedó tan espléndida que la estanciera se instaló a vivir allí con sus sirvientes.
María Luisa adornó todo el edificio con muebles de tierras españolas y decoró los balcones con plantas exóticas, típicas de la región. Entre ellas había hongos comestibles y alucinógenos.
Tras el paso del tiempo, sus empleados empezaron a abandonar el edificio misteriosamente. Ninguno quería trabajar en ese lugar. Según comentaban los vecinos, por las noches se escuchaban los gritos de pánico de la señora o de los pocos sirvientes que aún residían en el edificio.
Una noche y sin aviso, la señora Auvert abandonó la casa y se recluyó en una de sus estancias. Alquiló la torre más alta a una artista plástica y la convirtió en un atelier. Una periodista fue a hacerle una nota a la artista y tomó fotografías de todo su trabajo.
Curiosamente, a partir de ese día comenzaron a ocurrir hechos misteriosos: volvieron a escucharse gritos de terror provenientes de la torre.
Una trágica noche, la artista saltó al vacío desde lo alto de su torre. Nadie supo jamás qué fue lo que llevó a la mujer a cometer suicidio.
Lo más perturbador fueron las fotos reveladas por la periodista días después, cuando en una de las imágenes de un cuadro en el que estaba trabajando la pintora, aparecieron tres abominables duendes que rodeaban la obra.
QUÉ SUCEDIÓ EN LA TORRE DEL FANTASMA
La periodista, movida por la curiosidad, investigó el caso y se contactó con María Luisa Auvert, viajó a la estancia para entrevistarla y, mientras conversaban, surgió la pregunta sobre los duendes. Al parecer, María Luisa creía en la historia de unos duendes catalanes que duermen en hongos como los que había usado para decorar los balcones del edificio.
Se cree que estos seres son producto de los efectos alucinógenos de estas plantas, aunque otros dicen que en realidad existen. Cuando los duendes se alteraban, según la leyenda, podían cometer todo tipo de locuras.
La estanciera contó a la periodista que estos duendes vivían en su torre en La Boca y que al principio habían sido muy amables con ella, pero un día, uno de los duendes quiso aprovecharse de una de sus empleadas. Ante la reacción de ella, el duende explotó de furia y atentó contra la vida de todos los que habitaban la casa.
Doña Auvert nunca había revelado este secreto hasta ese momento por temor a ser considerada loca.
Hoy en día, la leyenda de la Torre del Fantasma sigue viva y, según algunos habitantes del lugar, por la noche se escuchan pasos de una persona y desaparecen cosas.
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