Nuevas demandas del mercado: tras el canje, cambian los bonos elegidos
En marzo hay vencimientos por $ 1,7 billones, que están en su mayoría en manos privadas. Esos tenedores prefieren colocaciones cortas a tasas altas. ¿Qué ofrecerá el Gobierno para rollear la deuda?
Tras el canje de deuda del pasado jueves, que alcanzó una adhesión del 57,7%, el panorama de financiamiento aún luce desafiante en los próximos meses. En marzo el Tesoro tendrá una nueva prueba de fuego: deberá renovar 1,7 billones de pesos, la gran mayoría en manos privadas.
Extendiendo la mirada hasta el final del primer semestre, esa cifra se abulta aún más. Según Quantum, la consultora dirigida por Daniel Marx, las amortizaciones entre marzo y junio de 2023 ascienden a $ 4,2 billones, contra casi $ 8 billones previos a la operación de canje.
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Ante ese escenario, ¿qué instrumentos de deuda ofrecerá el Ministerio de Economía en la licitación del 22 de marzo? Un informe de Portfolio Personal Inversiones transmite ese interrogante. "La próxima licitación será relevante para ver la actitud del Gobierno frente a este tropezón. ¿Intentará nuevamente cruzar el "Rubicón electoral" o volverá a emitir de muy corto plazo?, se pregunta.
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Por su parte, qué buscará el mercado: ¿vencimientos antes de las elecciones presidenciales o recién para 2024 y 2025, como los títulos ofrecidos en el canje? "Esa pregunta tiene una respuesta muy sencilla y concreta: corto plazo", responde Pedro Siaba Serrate, Head de Research & Strategy de PPI.
"Calculo que en la próxima licitación van a pedir lo mismo que antes, tasas altas en torno al 6,5% o 7% mensual para instrumentos cortos, cuya mayor duration será a tres meses", explica Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria.
Juan Pedro Mazza, Estratega de Renta Fija de Cohen, cree que la baja adhesión del canje suma inquietudes ante la licitación del miércoles 22, en la que calcula que los vencimientos serán de alrededor de $ 342.000 millones, en su mayoría correspondientes al bono CER TX23 y en manos de tenedores "más exigentes" que los que entraron al canje.
"La adhesión genera dudas sobre la capacidad del Tesoro para rollear. Si estos temores cobran relevancia, despiertan incentivos para cobrar vencimientos, lo que a su vez retroalimenta los temores y puede espiralizar a una especie de profecía autocumplida", asegura a El Cronista.
Siaba Serrate cree que el Gobierno necesita un "éxito" de corto plazo. "Va a aprovechar que todavía hay un margen de tiempo para colocar de corto plazo y obtener un resultado positivo", opina.
Mazza coincide con ese diagnóstico: "El Tesoro probablemente busque cortar estas dudas de cuajo, y esperamos que haga esto manteniendo su estrategia de ofrecer vencimientos cortos y a tasa alta", afirma, al tiempo que sostiene que "eso estuvo implícito en el comunicado sobre el resultado del canje, donde el Gobierno señaló que muchas entidades prefirieron no ingresar debido a que tienen mandatos de mantener estrategias más cortas".
Marx, ex secretario de Finanzas, calificó al canje como necesario, pero no suficiente, ya que se mantiene la incertidumbre sobre la deuda. "Entre julio y septiembre se presenta un nuevo desafío, que muy probablemente el Gobierno intentará enfrentar con un nuevo canje", concluye en el informe de Quantum.
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