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Por qué el mercado espera que el precio del petróleo no suba este año

Los analistas prevén que el excedente de suministro compense las tensiones en Medio Oriente.

Se espera que un crecimiento constante del suministro de petróleo procedente de países no pertenecientes al cártel de la OPEP+ y unas perspectivas económicas inciertas mantengan bajo control el precio del crudo este año, aun cuando el conflicto entre Israel y Hamás amenaza con extenderse al resto de la región.

Los precios del petróleo, que sólo registraron modestas ganancias en la primera semana de 2024, cayeron el lunes después de que Arabia Saudita recortara su precio oficial de venta para las exportaciones de crudo en febrero. El crudo Brent se desplomó un 4% hasta u$s 75,65 el barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) , el equivalente estadounidense, cayó un 4,8% hasta u$s 70,25.

Con todo, los descensos dejan los precios del crudo sólo unos pocos dólares por debajo de los u$s 80 por barril que un consenso de analistas espera que alcance el Brent, la referencia internacional, en los próximos 12 meses. La previsión de un exceso de oferta, unas perspectivas económicas inciertas y la falta de claridad sobre cómo se desarrollarán las tensiones en Medio Oriente han hecho que los analistas se muestren reacios a hacer previsiones agresivas en cualquier dirección.

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Joe DeLaura, estratega mundial de energía de Rabobank, afirma que ningún hedge fund ni operador quiere vender petróleo a un precio de entre u$s 70 y u$s 75, porque "te puedes despertar una mañana y ver un petrolero hundido en el Mar Rojo".

Sin embargo, en ausencia de nuevas crisis en Medio Oriente, se espera que el fuerte crecimiento del suministro mantenga los precios a raya, lo que probablemente se traducirá en una "tendencia lateral", según DeLaura.

La semana pasada, los precios cayeron en dos de las cuatro sesiones, tras el asesinato de un alto dirigente de Hamás y un atentado en el que murieron más de 100 personas en Irán.

Los precios subieron brevemente hasta un 3,4% el miércoles, cuando Hassan Nasrallah, líder del grupo miliciano libanés Hezbollah, prometió vengarse de Israel por el asesinato de Saleh al-Arouri, el número dos de Hamás, en una explosión en Beirut.

Pero las ganancias se invirtieron rápidamente y la atención se centró en las perspectivas del suministro mundial. Los operadores apostaron por que el aumento del suministro de petróleo procedente de países no pertenecientes a la OPEP contrarrestaría en gran medida los intentos del cártel de la OPEP+ de restringir el mercado.

Los analistas del sector han aprendido a actuar con más cautela después de que en los últimos años acontecimientos como la pandemia del Covid-19 y la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia dieran al traste con sus predicciones.

Aunque el mercado ha descartado en gran medida una gran interrupción del suministro derivada de la guerra entre Israel y Gaza, empresas como Maersk han declarado que tendrán que desviar la ruta de transporte marítimo de contenedores desde el Mar Rojo "en el futuro previsible" debido a los ataques del grupo miliciano Houthi en Yemen.

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El Brent cerró la semana pasada a u$s 79 el barril, sólo un 6% por encima de los mínimos de seis meses que alcanzó el mes pasado.

Helima Croft, responsable de análisis de materias primas de RBC Capital Markets, afirma que los operadores "autocomplacientes" han relegado la guerra en Medio Oriente "a un ruido de fondo hasta que se produzca una amenaza clara para el suministro".

Pero a pesar de la relativa cautela del mercado, los analistas admiten que persisten grandes riesgos que podrían sacudir la opinión de consenso.

El movimiento de Arabia Saudita durante el fin de semana fue interpretado por algunos operadores como un indicio de que los mayores exportadores del mundo esperan que se mantengan los bajos precios a medida que se enfríe la demanda y siga aumentando la oferta de los productores estadounidenses de shale.

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Otro factor es la campaña de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y el posible impacto en los votantes de precios más altos en los surtidores.

Bob Ryan, estratega de materias primas y energía de BCA Research, afirma que los operadores están infravalorando otros riesgos, como una posible guerra cibernética por parte de Rusia, China e Irán, que trataría de provocar una suba de los precios del petróleo para desbaratar las posibilidades de reelección del presidente Joe Biden. Donald Trump, el candidato republicano favorito, ha dicho que presionaría a Ucrania para que negocie.

"Por improbable que parezca, las elecciones estadounidenses pueden depender de lo que ocurra con los precios de la gasolina en ese momento", afirma Ryan, que espera que el crudo Brent supere los u$s 100 por barril.

Otra gran incógnita es hasta qué punto las nuevas fuentes de petróleo seguirán influyendo en los precios.

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La producción de crudo estadounidense se disparó el año pasado gracias al auge del shale, que contribuyó a un crecimiento de unos 2 millones de barriles diarios, entre crudo y líquidos de gas natural. Las exportaciones del país alcanzaron un promedio de 4,2 millones de barriles diarios en 2023, la mayor desde que EE.UU. levantó los límites a las exportaciones a mediados de la década pasada, según la Administración de Información Energética estadounidense.

Ello contribuyó a que el precio del Brent bajara algo más del 10% en 2023, la primera caída anual desde 2020.

El aumento de la oferta estadounidense el año pasado fue 'masivo' y si las predicciones del mercado de una fuerte caída en el crecimiento de la producción de shale en 2024 resultan ser inexactas, esto haría más difícil para la OPEP+ sostener los precios, advierte Bjarne Schieldrop, analista jefe de materias primas de SEB.

"Si la producción estadounidense sigue aumentando con fuerza en 2024, al mismo ritmo que en 2023, será mucho más difícil para La OPEP+... especialmente si la demanda mundial de petróleo es débil al mismo tiempo", afirma.

Sin embargo, Martijn Rats, estratega jefe de materias primas de Morgan Stanley, afirmó la semana pasada que, en su opinión, el petróleo podría tener un año relativamente tranquilo, y pronosticó que el crudo se negociará en torno a los u$s 80 el barril antes de bajar a cerca de u$s 75 en 2025.

"El riesgo de que las disrupciones afecten a los precios del petróleo es relativamente modesto en estos momentos. El mercado del petróleo está razonablemente abastecido".

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