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Estados Unidos analiza dividir a Google para terminar con su monopolio

La iniciativa del Departamento de Justicia supondría el esfuerzo más audaz hasta la fecha para frenar a una de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo.

El gobierno de Estados Unidos está estudiando la posibilidad de dividir Google para terminar con su monopolio de las búsquedas, en lo que supondría el esfuerzo más audaz hasta la fecha para frenar a una de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo.

El Departamento de Justicia (DoJ, por sus siglas en inglés) expuso el martes la posible solución, que llega después de que los fiscales federales ganaran un caso histórico en agosto, cuando un juez falló que Google había violado la legislación antimonopolio estadounidense y calificó a la empresa de "monopolista".

En un documento judicial en el que se detallan las sanciones que el DoJ podría solicitar a Amit Mehta, el juez que preside el caso, los fiscales dijeron que estaban "considerando remedios conductuales y estructurales" que impedirían a Google utilizar productos como el navegador Chrome, la app store Play y el sistema operativo Android para dar a su motor de búsqueda una ventaja sobre sus competidores o nuevos participantes.


El DoJ también podría tratar de obligar a Google a compartir los datos de búsqueda de los usuarios con sus rivales y restringir su capacidad de utilizar los resultados de las búsquedas para entrenar nuevos modelos y productos de inteligencia artificial (IA) generativa.

Una separación de Google reordenaría un mercado de búsquedas en el que la compañía gestiona más del 90% de las consultas online y transformaría un negocio que ha convertido a su empresa matriz, Alphabet, en una de las más valiosas del mundo.

"Durante más de una década, Google ha controlado los canales de distribución más populares, dejando a los rivales con poco o ningún incentivo para competir por los usuarios", dijo el DoJ. "Para reparar plenamente estos daños no sólo es necesario poner fin al control que Google ejerce hoy sobre la distribución, sino también asegurarse de que Google no pueda controlar la distribución del mañana".

La presentación de 32 páginas del DoJ contiene su propuesta inicial de remedio y adelanta el juicio a su segunda fase, en la que Mehta determinará las sanciones que se impondrán a Google.

En agosto, Mehta dictaminó que Google había gastado decenas de miles de millones de dólares en acuerdos exclusivos para mantener una posición dominante ilegal en las búsquedas.

Google rechazó las medidas propuestas, calificándolas de "radicales y avasallantes", más allá del alcance de las cuestiones jurídicas del caso y una amenaza para "los consumidores, las empresas y la competitividad estadounidense".

Las acciones de Alphabet han subido más de 15% este año, lo que ha dado al grupo un valor de mercado de u$s2 billones, el cuarto más alto del mundo para una empresa cotizada.

El caso de Google podría ser la mayor victoria antimonopolio del DoJ desde que hace 24 años un juez ordenara la disolución de Microsoft por aplastar ilegalmente la competencia.

Sin embargo, esa sentencia fue anulada en apelación un año después, por lo que el caso Google es una segunda oportunidad para el DoJ de desmantelar sustancialmente el dominio de una gran empresa tecnológica en un sector clave.

Como parte de la segunda fase del juicio contra Google, el DoJ y Google tienen previsto presentar sus propuestas de sentencias definitivas y listas de testigos el 20 de noviembre y el 20 de diciembre, respectivamente.

Mehta ha fijado las vistas para las solicitudes de reparación en abril y ha dicho que su objetivo es dictar sentencia antes de agosto de 2025. Google ha prometido recurrir la decisión hasta la Corte Suprema de los EE.UU., lo que podría llevar años.

En su presentación judicial, el DoJ identificó cuatro áreas que su marco de soluciones para Google debía abordar: distribución de búsquedas y reparto de ingresos; generación y visualización de resultados de búsqueda; escala y monetización de la publicidad; y recopilación y uso de datos.

Además de las posibles escisiones, los fiscales dijeron que las soluciones podrían incluir la prohibición de los contratos exclusivos en el centro del caso -en particular los u$s20.000 millones que Google le paga anualmente a Apple para ser el motor de búsqueda predeterminado Safari-, así como la imposición de medidas de "no discriminación" en los productos de Google, como su sistema operativo Android y la app store Play.

El DoJ también está estudiando la posibilidad de exigir a Google que comparta la enorme cantidad de datos recopilados para mejorar los modelos de clasificación de las búsquedas, los índices y los algoritmos publicitarios, que, según los fiscales, se acumularon ilegalmente.  


Para hacer frente a cualquier problema de privacidad de los datos que se derive de ello, se podría "prohibir a Google que utilice o retenga datos que no puedan compartirse efectivamente con otros".

El DoJ también reconoció el impacto disruptivo que la IA tendría en las búsquedas online. A los fiscales les preocupa que Google "aproveche su poder de monopolio" para alimentar sus funciones de IA y quieren que los sitios web puedan optar por no ser utilizados para entrenar los modelos de IA de Google o ser incluidos en sus resúmenes generados por IA.

El dominio de Google sobre los anuncios de texto en las búsquedas debía abordarse reduciendo las barreras a los posibles rivales o concediendo licencias de su alimentación publicitaria a otros, independientemente de los resultados de las búsquedas, según la presentación judicial.

La segunda fase del juicio será una prueba crítica para Jonathan Kanter, que heredó el caso y ha introducido una política de aplicación más dura en los últimos tres años como jefe de la unidad antimonopolio del DoJ.

Kanter ha demandado a Apple y tiene en marcha un segundo caso contra el negocio de tecnología publicitaria de Google. Lina Khan, crítica de las grandes tecnológicas y presidenta de la Comisión Federal de Comercio (FTC), ha desafiado a Amazon y Meta en casos separados.

La presentación se produce poco después de otras derrotas legales de Alphabet. El lunes, un juez de California ordenó a la empresa abrir su sistema operativo Android a sus rivales, permitiéndoles crear sus propias tiendas de apps y sistemas de pago para competir con Google Play. Google dijo que recurriría el veredicto.

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