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Subsidios a la luz, el gas y el agua: ¿qué va a pasar con comercios y edificios?

El Gobierno ya tiene certezas para los usuarios no residenciales de energía eléctrica y agua. Faltan definiciones para el gas.

El Gobierno ratificó este jueves que los comercios, bancos, shoppings y los consorcios de edificios de todo el país -entre otros usuarios no residenciales de la energía eléctrica- perderán los subsidios a fin de año.

"Consideramos injusto que tengan el mismo trato que un usuario común (hogares)", indicaron fuentes de la Secretaría de Energía ante la consulta de El Cronista. Por el contrario, el retiro de la ayuda estatal en las facturas de agua y saneamiento en la Ciudad y el Gran Buenos Aires será igual al de usuarios residenciales de nivel zonal "medio".

La segmentación de los subsidios ¿alcanza para cumplir con el FMI?

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Por la noche, en una entrevista televisiva, la secretaria de Energía, Flavia Royón, señaló que un kiosko de categoría tarifaria G1 con un consumo mensual de 200 kilovatios-hora (kWh) tiene una factura de $ 2056 y pasará a $ 2517.

De esta forma, las fuentes oficiales señalan que desde septiembre empezará la reducción de un 20% de los subsidios tanto a hogares de altos ingresos y patrimonios como a los que no se anotaron en el registro RASE y a las pymes y otros usuarios generales. Las grandes industrias ya habían perdido la subvención del Estado en la energía eléctrica desde marzo de 2021.

El cronograma prevé que en noviembre se realice la quita de otro 40% de los subsidios a la energía, mientras que en enero de 2023 se completaría la misión y solamente los hogares de ingresos medios y bajos más los que cuentan con tarifa social tendrán transferencias del Estado Nacional para su consumo eléctrico.

Al igual que lo que sucedió durante la gestión del Gobierno anterior, las autoridades deberán estar atentas al traslado a los precios de los productos finales por este aumento de las boletas (que en lo técnico no es un incremento de las "tarifas", consideradas un precio regulado que remunera a las empresas que prestan los servicios públicos de transporte y distribución de energía y agua).

Los economistas que trabajan en consultoras, sin embargo, creen que no habrá un impacto muy fuerte sobre la inflación, pese a que las subas serán del 200% acumulado en electricidad en la Capital Federal y el conurbano bonaerense (cifra que será menor en el Interior, ya que la tarifa de distribución pesa más y el subsidio como porcentaje de las facturas, más chico) y del 150% en el agua.

Quiénes pierden los subsidios

Según los registros de Energía, hay aproximadamente 1.750.000 usuarios "generales" no industriales, que consumen cerca del 30% del total de la electricidad a nivel nacional.

Por otro lado, unos 303.339 usuarios no residenciales de Agua y Saneamientos Argentina (Aysa), que hoy reciben cerca de un 65% del servicio subsidiado, en octubre tendrán el 60% -luego del aumento de 10% que resta y ya estaba programado antes de la segmentación-, en noviembre contarán con una ayuda estatal del 40%; en enero 2023 del 20%; y desde marzo, afrontarán el costo pleno.

De esa forma, una factura media sin impuestos pasará de $ 2814 en octubre a $ 4216 a partir de noviembre, $ 5621 desde enero y $ 7026 luego de marzo del año que viene.

Aysa y el Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS) abrirán en los próximos días un registro similar al RASE para que los hogares que queden en un nivel zonal distinto al de sus ingresos reales puedan corregir los datos y pedir los subsidios.

En cuanto al gas natural, por el momento reina la incertidumbre ya que no hubo aclaraciones oficiales sobre el consumo subsidiado de los consorcios.

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