EL NUEVO SISTEMA PARA IMPORTAR

Massa, las importaciones y la manta corta: o cuida los dólares o la producción

El ministro amenaza con abrir importaciones textiles justo en momentos en que faltan divisas para traer insumos y hasta pagar servicios. Automotrices en vilo por el nuevo SIRA.

Mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, hace trascender que puede abrir la importación de indumentaria si el sector textil no afloja con los aumentos de precios, la industria automotriz y la industria autopartista reclaman por la urgente tramitación de permisos de importación con el nuevo SIRA -incluso, con la mercadería ya en la Aduana- y cada sector busca tipos de cambio diferenciales y algún acceso privilegiado a las divisas. Todo pasa por el dólar.

Pago de importaciones con dólares propios: la ambigua definición del SIRA y el nuevo blanqueo

¿Se viene el dólar góndola? La herramienta que se guarda el Gobierno para frenar los precios

El Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) debutó este lunes en reemplazo de los permisos SIMI. Según la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), casi 2800 importadores iniciaron trámites ese día "con normalidad". Pero los empresarios ya marcaron los primeros problemas. Mientras la Unión Industrial Argentina (UIA) monitorea, tres automotrices estaban en vilo y, según fuentes del sector, podían frenar la producción incluso en la tarde de este miércoles si no se les destrababan los permisos.

Al borde de la parálisis

La industria automotriz funciona just-in-time. Es decir, trae insumos para usarlos en el momento. El autopartismo local opera de la misma manera, indican en el sector. Las importaciones son diarias y hasta pueden pedir envíos por avión para que lleguen en 48 horas. Fuentes de la industria indicaron que la demora en la aprobación de los nuevos permisos SIRA hace que haya camiones listos para su descarga, pero que la mercadería todavía no puede usarse.

"De a poco, el sistema se va tratando de acomodar. La prioridad es no tener que parar las plantas por demoras en las aprobaciones. El Gobierno está ayudando con eso", matizaron en una terminal. Las charlas con Matías Tombolini y el subsecretario Germán Cervantes para ajustar el SIRA son permanentes y nadie quiere hacer mucho ruido.

El nuevo SIRA hace un control más exhaustivo de la importación. Comercio Interior cruza información de AFIP, la Aduana y el Banco Central antes de dar una fecha cierta de acceso a las divisas, en torno a los 60 días para las pymes y con promesa de 120 días para las más grandes. 

Los dos festivales

Según fuentes del Gobierno, el sistema fue una respuesta de urgencia ante dos cuestiones: el "festival de cautelares" con el que importadores buscaron sortear las restricciones y otro festival, el de SIMIs, que obedeció a la descoordinación del propio Ejecutivo.

Una fuente oficial indicó que, se estima, quedan SIMIs por u$s 15.000 millones por pagar. Son autorizaciones de importación que atribuyen a la gestión del exsecretario de Industria Ariel Schale. Muchas pueden estar repetidas, pero la presión sobre las reservas es considerable.

Los problemas

Pero el nuevo sistema trae nuevos problemas. Los controles cruzados hacen que se no haya autorizaciones rápidas, automáticas. "Se pide mucha información y hay mucha desconfianza en lo que se presenta, y es difícil, para el Gobierno, procesar quién pide "de más" para cubrirse y quién no", indicaron en un sector afectado por las trabas.

Las pymes dicen que no se permiten pagos al contado, salvo para energía y medicamentos. Los dólares llegarán en plazo cierto, pero el proveedor suele exigir pagos por adelantado, en todo o en parte, que las empresas deben financiar, en todo en otros lados. Las pymes no pueden; las grandes, no quieren.

Insumos a dólar Qatar

Todo se trata de los dólares, bajo la premisa de cuidar la producción. Pero las distintas resoluciones cruzadas provocan iniquidades. Como la de una fintech cordobesa que tiene que pagar servicios importados imprescindibles para su actividad y para regionalizarse, y ahora lo hace a "dólar Qatar": $ 320. "El BCRA nos permite importar 5% más que el año pasado y nosotros crecemos 200%" relataron los socios de la compañía, que terminaron recurriendo a tarjetas corporativas y personales para pagar el saldo, muy superior a los u$s 300 mensuales.

O la del sector minero, que se queja por haber quedado afuera de cualquier flexibilización para importar y por la obligación de tener que financiarse a 180 días, a pesar de generar empleo y de mostrar una balanza comercial superavitaria.

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