

A contramano de la fractura política reinante, en la misma semana los dos dirigentes que representan el ala moderada del justicialismo y del PRO anunciaron el inicio de su campaña.
Horacio Rodríguez Larreta defendió como virtud lo que Mauricio Macri le señala como defecto: su disposición al diálogo. Exactamente lo mismo hizo Daniel Scioli, que reclamó el copyright de una precandidatura por encima de la grieta. Son adversarios, pero socios para evitar el naufragio.
"Acá estoy, esto soy", se plantó moderado pero con convicción el actual embajador argentino en Brasil en una entrevista por C5N, después de preanunciar su plan con una extensa carta publicada en Facebook. El porteño se lanzó con una pieza publicitaria dirigida por Armando Bó, nieto del cineasta que popularizó a Isabel "la Coca" Sarli, ganador de un Oscar en la categoría "mejor guión" y un Globo de Oro por la película Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia).
En las redes vieron en la pieza la mano de Ramiro Agulla, creador del "dicen que soy aburrido", frase que destacó en la campaña de la Alianza como atributo de un deslucido Fernando de la Rúa, quien así generó mayor expectativa. La obra actual, sin embargo, es de Bó. Macri apenas celebró que haya "competencia interna".

Un día después arremetió Juan Grabois, líder de la UTEP y del Patria Grande. No quiere ni a Sergio Massa ni a Alberto Fernández, y arrancó como precandidato muleto hasta que el kirchnerismo defina quién los representa. En la presentación del libro Los peores, junto a un Axel Kicillof que se desmarcó y dijo que no ve igual que Grabois al actual capitalismo, el dirigente social expresó sobre Alberto Fernández lo que muchos repiten en el kirchnerismo: "No quiero que mi generación militante acepte que el límite de lo posible es tener el año que viene otro mediocre, otro tibio, otro cobarde que no haga las reformas que hay que hacer ". ¿Hablaba sólo del actual Presidente? No. ¿Todo el kirchnerismo acompaña a Grabois? Tampoco.
MOVIMIENTOS SOCIALES EN LA MESA
En San Telmo, con espacio cerrado, Emilio Pérsico lanzó un nuevo colectivo. El otrora ‘revolucionario' no tiene candidato a presidente pero se muestra más cerca de Fernández y con la pretensión de tener un lugar en la mesa para negociar y disputar territorialidad. El enojo de La Cámpora con ese sector es indisimulable. "Que resuelvan el país", ironizan después de un fuerte cruce con Fernando ‘Chino' Navarro, que se le animó a Máximo Kirchner y en la reunión del Frente de Todos planteó que Cristina Kirchner está en retirada.
Cuando no hay liderazgo único y claro, la disputa es feroz. El espejo mostró a una enojada Patricia Bullrich que prepoteó a Larreta por su búsqueda de consenso y diálogo. Y hasta usó información falaz en su contra cuando indicó que la Corte habilitó el uso de las pistolas Taser en la Ciudad. Un político porteño no puede desconocer que no es lo mismo el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que el máximo tribunal federal. Funcionó el esquema metódico del larretismo.
Con declaraciones sincronizadas, salieron Felipe Miguel, Eduardo Macchiavelli, Álvaro González, Fernando Straface y Waldo Wolff, entre otros. Al diputado González todavía le duele que el ex jefe de campaña de Bullrich, Gerardo Milman, haya pedido su renuncia por ausentarse en una importante sesión. ¿Dónde está el jefe de campaña de Pato?, lo defienden ahora en el larretismo, después del escándalo que obligó al diputado bonaerense y ex funcionario de Seguridad a guardarse.
BULLRICH VS LARRETA
El esquema político tradicional parece empezar a inclinarse por los precandidatos con los que se sienten más cómodos. Ya en Juntos por el Cambio rechazaron la posibilidad de asociarse a Javier Milei y ahora le ponen límites al avance de la titular del PRO. El mensaje más lapidario fue el de Esteban Bullrich, a quien por su lucha contra el ELA se lo escucha con mayor atención. "Querida @PatoBullrich no confundamos. Construir un país con los 45 millones de argentinos se hace dialogando. Hace falta más coraje para conversar con el que piensa diferente que para insultarlo. Ya probamos la pelea y no dio resultado. No caigamos en la trampa, cambiemos", reprochó el ex senador nacional que con palabras similares se despidió el año pasado de su banca en el Congreso.
El larretismo insiste con esa línea. "No se puede imponer, hay que hablar. Y del otro lado tienen que querer escuchar" repiten en defensa del discurso de su jefe. Carismáticos y mesiánicos pueden ganar elecciones, pero no podrán gobernar, advierten.
El viaje por tres semanas de Mauricio Macri a Italia descomprime la tensión. Pero nadie olvida que le plantó coordinadores de campaña a las adversarias internas de Larreta. Hernán Lombardi está con Patricia Bullrich y Darío Nieto es hoy la mano derecha de María Eugenia Vidal. A ambas las vio esta semana, antes de partir.
El "para qué" que Macri delineó en su libro se comparte. La disputa, subrayan, es en el "cómo". Para desarmar el discurso de la presidenta del PRO y ex ministra de Seguridad sostienen que la misma plata que dejaría de pagarse en planes sociales, tal como ella prometió, sería la destinada al seguro de desempleo. "Dejá de fijar posiciones marketineras", la cruzó en redes el diputado Álvaro González que integra la mesa chica que dos veces por semana analiza el plan de campaña del jefe de gobierno porteño.
"Los problemas no se resuelven apretando un botón", advierten los que le apuntan por igual al discurso de Bullrich y al de Javier Milei que sólo tiene dos diputados nacionales. ¿Cómo podría gobernar? Es una pregunta sin respuesta.
EL ENIGMA CRISTINA

Del otro lado pasa casi igual. Alberto Fernández se muestra más armado y disimula su falta de liderazgo gracias al cambio en su imagen y comunicación. Cristina Kirchner quedó bajo fuego, aunque es un hecho irrefutable que es la candidata mejor posicionada. Si no es ella el ala K tendría que buscarle un suplente como Sergio Massa o Daniel Scioli o correr el riesgo de perder en la PASO.
Durante la semana la Vicepresidenta guardó silencio en el sur adonde se refugió como cada 25 de febrero con motivo del que hubiera sido el cumpleaños de Néstor Kirchner. "Si los viera Néstor..." advirtió Andrés Larroque, el más duro públicamente con los herederos del nestorismo que en las redes sociales recordaron al ex presidente mientras a diario exigen un paso al costado de su viuda. Ayer, cuando empezaba a anochecer y su falta de referencias llamaba la atención, Alberto Fernández evocó a Kirchner con un tuit.
Ni Eduardo ‘Wado' de Pedro, ni Axel Kicillof, ni Grabois garantizan un triunfo nacional en la elección. Apenas el gobernador podría aspirar a retener Buenos Aires. Su reelección, de concretarse, garantizaría la supervivencia del kirchnerismo duro. En ese escenario el economista se convertiría automáticamente en el líder indiscutido del 2023 en adelante. Sólo tendría competencia si gana un presidente del PJ o si quien pierde entra al ballotage. Scioli lo hizo en el 2015 pero hasta ahora no lo capitalizó.

Massa sigue diciendo que no está en la grilla. Pero es quien más se muestra trabajando. En inglés y sin traductores, discutió con la titular del FMI. Kristalina Georgieva lo elogió y anunció que se avanza positivamente en la cuarta revisión. El kirchnerismo, que rechazó el acuerdo, puede ser pragmático como en el 2019. A Massa lo siguen mirando con cariño.














