Cristina sigue sin perdonar a Alberto Fernández y volvió a arremeter contra él desde Santa Cruz
Cristina Kirchner volvió a cuestionar la representatividad del Presidente y a Aníbal Fernández. ¿Define en el sur a sus candidatos? Elogios que revelan alguna preferencia K
La vicepresidenta Cristina Kirchner se quedará el fin de semana en Santa Cruz, adonde reapareció después de un largo silencio y del conflictivo cierre de la nueva alianza que la distanció definitiva e irreconciliablemente de Alberto Fernández. Probablemente defina desde el sur su estrategia para la inevitable PASO 2023 y las precandidaturas. En su entorno intentan no dar pistas. Pero ella dejó claro, en su discurso en la inauguración del anexo del hospital de Río Gallegos, que esta vez optará por dirigentes cercanos y leales.
Textualmente señaló que quien vota "sepa qué está votando, que ese voto va a ser honrado sentado en una banca o en la Casa Rosada". Fue un tiro por elevación a Fernández. "Si te pusieron la pistola en la cabeza decilo, no digas que está todo bajo control porque después sobrevienen las crisis de representación política", cuestionó sobre la negociación con el FMI.
Al hablar repitió conceptos del duro documento que el miércoles firmó su hijo Máximo Kirchner. Especialmente al apuntarle al ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que como apoderado de Daniel Scioli amenazó con judicializar la pelea interna. Se sintió afectada en lo personal: "Con lo que me ha pasado, no hablo de las causas, hablo del intento de asesinato, van al partido judicial", arremetió.
Los favoritos de Cristina
En la grilla cristinista están los principales dirigentes que la rodean, desde su hijo Máximo Kirchner a Sergio Massa, Axel Kicillof y por supuesto Eduardo "Wado" de Pedro, hasta ahora el único presidenciable que la representa y que cumple el requisito de netamente propio y leal.
Justamante el kirchnerismo trabaja para integrar listas de diputados nacionales con los más leales y disciplinados que, en caso de una derrota electoral, sostengan sus proyectos como ocurrió con el rechazo al FMI.
Es probable que en un lugar central esté la actual gobernadora Alicia Kirchner que no iría por otra reelección. Se habla de una senaduría nacional aunque la hermana de Néstor Kirchner viene asumiendo un rol más importante, tanto en las reuniones con gobernadores como este jueves en el acto con su cuñada. "Pido dirigentes con coraje, de esa manera vamos a salir adelante", reclamó la mandataria en la transmisión que generó expectativa.
También el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, viene creciendo como una figura bisagra entre distintos sectores internos. A ambos los elogió la Vicepresidenta. De Kirchner dijo que "fue la mejor ministra de Desarrollo Social que tuvo el país" justo en días en que la actual, Victoria Tolosa Paz, la enfrenta. Al ministro lo llamó varias veces por su nombre de pila o le dijo "Kato". "Lo quiero mucho", develó y palmeándole el brazo reconoció que "es uno de los funcionarios que sí funcionan". De paso recordó que "no funcionaban los que manejaban la economía" en referencia al exministro Martín Guzmán.
Evidentemente la discusión por las PASO y las reglas dejaron heridos. Junto al massismo se vio obligada a negociar con los enviados del Presidente y de Scioli, Juan Manuel Olmos y Alberto Pérez. Por eso el enojo K está dirigido fundamentalmente al Presidente; al precandidato a presidente y a su apoderado.
Durante el día el senador Oscar Parrilli había explicado la ira K y había respaldado el duro comunicado del PJ bonaerense sobre la puja por los porcentajes y lugares en las listas. Dijo más o menos lo que luego diría su jefa política.
"¿Quieren chocolatín? acá tienen, pero no dejemos la resolución de nuestras diferencias en manos de la justicia Macrista", reclamó el neuquino y subrayó que en distintos artículos periodísticos se narraron gestiones del propio Alberto Fernández para que los gobernadores apoyen a Scioli contra el proyecto de Cristina Kirchner. "La responsabilidad es gobernar y tratar de que haya la menor conflictividad, jamás se me hubiera pasado por la cabeza llamar a un gobernador para pedirle que vaya contra tal o cual candidato", sumó CFK en el atardecer santacruceño en la misma sintonía.
Parrilli había sido tan franco como ella. Y le puso nombre y apellido: "Lo de Anibal (Fernández) fue casi extorsivo. O no midieron las consecuencias o se dejaron ganar por el impulso", apuntó sobre la declaración del ministro de Seguridad y apoderado del sciolismo respecto a judicializar el reglamente de la coalición gobernante. La advertencia obligó a Máximo Kirchner a dar marcha atrás con el alto piso que exigía sacar en la PASO para integrar listas.
En cambio el presidente Alberto Fernández buscó dar por superada la nueva crisis y mostrarse conciliador y resaltó la coautoría del nuevo sello frenteista. Incluso apuntó a las coincidencias con Cristina Kirchner: "Los dos creemos que la Argentina debe y puede hacer eso. Ayer fundamos Unión por la Patria. ¿Y por qué fundamos Unión por la Patria ? Porque si realmente creemos, confiamos, en que podemos vivir en un país capaz de construir y desarrollar estas cosas, debemos estar unidos. Hay otros que no creen eso, no los voy a juzgar, simplemente no lo creen".
La Vicepresidenta viajó a la capital de Santa Cruz para inaugurar el edificio anexo y ampliación del Hospital Regional de Río Gallegos construido por Néstor Kirchner en el año 1995. En primera fila acompañaron el acto el presidente de YPF y ex vicegobernador Pablo González; el procurador del Tesoro Carlos Zannini y el subsecretario de Ejecución de Obra Pública Edgardo Depetri.
El edificio tendrá consultorios externos, un sector de logística, administración, odontología y kinesiología. También se firmaron convenios para la construcción en la provincia de otros centros de salud, obras de infraestructura para el sector de la cultura, servicio penitenciario, rutas y sistemas cloacales. En total, las obras a realizarse significan una inversión de casi $ 63.000 millones.
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