Conflicto en el Puerto de Rosario: la odisea que pasó la carga en 45 días y a cuánto llegaron las pérdidas

Con una inversión de 13 millones de dólares y el aporte de nuevos socios, en 2019, Servicios Marítimos botó el "Argentina C", un buque de 127 metros de eslora, con capacidad para más de 800 TEU, que reconstruyó para insertar nuevamente a la marina mercante en un negocio ganado por banderas extranjeras.

  La unidad, que puede transportar 832 contenedores conecta semanalmente Rosario y Montevideo, en Uruguay con una frecuencia de 3 a 4 viajes mensuales que se vieron interrumpidos por el conflicto que se desató el 6 de diciembre en el segundo puerto más importante del país.    

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"Finalmente, la terminal pudo volver a operar. Desde hace unos minutos las porterías fueron nuevamente desalojadas por personal policial y un grupo reducido de estibadores dispuestos a trabajar ingresó al puerto y están realizando movimientos internos de contenedores", avisó a sus clientes, este martes a las 12.28 del mediodía, una de las operadoras de la Terminal Puerto Rosario (TPR).

El envío aclara también que la policía -que intervino en el desalojo del lugar ayer- aún se encuentra custodiando el portón de acceso a TPR; que el sector opositor al gremio continúa agrupado en las inmediaciones y que "no se descartan nuevas protestas/bloqueos".

Luego de 43 días de paro, tanto para las empresas que exportan, importan como para las que dependen de la actividad portuaria, desde taxis y remises hasta todos los comercios de la zona, el balance que deja una medida de fuerza sin precedentes en el lugar, es negativo.

Calado profundo

Entre más de 1000 contenedores varados durante semanas por el conflicto gremial que, originalmente fue liderado por el Sindicato Unido Portuarios Argentina (SUPA), pero lo continuó un grupo de 5 trabajadores que no fueron reincorporados, el Argentina C y toda su tripulación fueron damnificados.

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"El primer servicio afectado que venía con importaciones desde Montevideo, quedó fondeado frente al puerto por 7 días hasta que se decidió descargar en Zárate, lo que implica asumir un extra costo logístico", explicó a El Cronista, un directivo de la naviera.

Luego, cuando parecía que el conflicto cesaba, un segundo servicio volvió a quedar "fondeado" en la zona común del puerto de Buenos Aires a la espera del permiso para ingresar a Rosario. Ante el visto bueno de la Terminal, la nave partió rumbo a destino, pero una marcha atrás en la negociación con el gremio volvió a interrumpir la actividad.

"La demora fue de más de 15 días y nos llevó a una situación límite con negociaciones constantes para ingresar agua y alimento a la tripulación; no nos lo permitieron y debimos abastecer al buque en lanchas", destacó.

La operación de importación se trasladó a Zárate, sin embargo, el despacho de exportaciones continúa frenado a la espera de la normalización del puerto.

las pérdidas en rosario

Sólo este buque, el único portacontendedores de bandera nacional, pasó de realizar 4 servicios mensuales a 2 en 45 días y estiman un impacto económico de más de u$s 300 millones, sólo calculando un costo de entre 6.000 y 7.000 dólares diarios por permanecer "fondeado".

Desde la empresa, no pierden la convicción de que la Argentina debe recuperar la presencia en el negocio de flete internacional, pero advierten que conflictos de semejante nivel "calan profundo" en la confianza de los dadores de carga internacionales. 

"Esta información llega a Shangai y da la vuelta al mundo, algo que perjudica un trabajo de posicionamiento en el exterior que venimos haciendo hace más de dos años", lamentan.