

El Ministerio de Capital Humano difundió su balance de gestión a dos años de la asunción de Javier Milei y destacó un conjunto de resultados que la cartera que conduce Sandra Petovello agrupó en tres ideas rectoras: ordenamiento, eficiencia y paz social.
La publicación, difundida por las redes de la dependencia, balanceó el rendimiento del área en términos de ahorro fiscal, reducción de la conflictividad y vinculación con el sector privado, tres dimensiones que en opinión del Gobierno expresaron el sentido ideológico del ministerio creado en diciembre de 2023.
La figura de Sandra Pettovello atravesó su período de mayor exposición pública en 2024, cuando múltiples polémicas —desde la retención de alimentos en depósitos oficiales hasta la sucesión de renuncias internas— concentraron las críticas de la oposición y de las organizaciones sociales. En ese momento, investigaciones judiciales detectaron irregularidades en stock de mercadería, faltantes, errores de inventario y presuntas contrataciones indebidas.

Sin embargo, esos episodios quedaron atrás en 2025 frente a otros escándalos de alto impacto político, como la causa Libra y las irregularidades en la ANDIS, que desplazaron del centro del debate a Capital Humano. Aun así, Pettovello siguió siendo una de las funcionarias más defendidas por el Presidente, quien, en su momento, afirmó que “cuando viene un honesto a terminar con la corrupción, los corruptos salen en manada”.
En ese marco, el Ministerio presentó hoy una síntesis de los indicadores que buscó instalar como representativos de su gestión. Entre ellos, Capital Humano subrayó el impacto presupuestario de distintos programas. Según el punteo oficial, el esquema de “Alquiler Cero” generó $1.384.277.573 de ahorro, cifra que la cartera exhibió como un ejemplo de eficiencia administrativa.
Esa línea convive con otras iniciativas que apuntaron al ordenamiento del gasto, como la depuración de cooperativas y mutuales irregulares, la disolución del ReNaCOM y la detección de subsidios otorgados sin rendición de cuentas.
Sin embargo, la presentación no se centró exclusivamente en la cuestión fiscal. Uno de los bloques más enfatizados por el Gobierno fue el de la conflictividad laboral. Capital Humano destacó que el índice de conflictividad laboral alcanzó el nivel más bajo de las últimas dos décadas, mientras que el sector educativo inició el ciclo lectivo 2025 sin medidas gremiales. Para la cartera, ese escenario expresó una suerte de ‘paz social´, una definición que el Ejecutivo asoció a la eliminación de intermediarios en programas sociales, a la articulación directa con beneficiarios y a un reordenamiento de incentivos en todo el esquema de asistencia.
Otro de los ejes fue la relación con el mundo privado. La cartera subrayó la incorporación de 17.000 trabajadores en empresas y las alianzas con Mercado Libre y Arcos Dorados, con la promesa de crear más de 10.000 empleos. La narrativa oficial sostuvo que esas iniciativas reforzaron la conexión entre formación laboral, empleabilidad y dinamismo empresarial.
Para el ministerio, este modelo respondió a la definición conceptual que dio origen al área: funcionar como una suerte de “departamento de recursos humanos del Estado”, con una lógica anclada en la gestión por desempeño, la reducción de fricciones y la alineación entre necesidades productivas y políticas públicas.
Esta mirada recupera, además, la evolución histórica del concepto de “recursos humanos” hacia el de “capital humano”. Nacido en el ámbito privado, el término pasó de describir tareas administrativas (contrataciones, nómina, capacitación puntual) a expresar un activo estratégico cuya función consiste en maximizar el desarrollo, la productividad y la empleabilidad de las personas dentro de una organización. El Gobierno interpretó esa idea como una plataforma válida para el diseño de políticas públicas y la elevó a rango ministerial, en un movimiento inédito a nivel global, según el propio punteo oficial: la “creación del primer Ministerio de Capital Humano del mundo”.
En educación, la cartera incluyó avances en alfabetización, becas, vouchers educativos, evaluación (Prueba Aprender) y renovación curricular, con nuevos contenidos de matemática, alfabetización financiera, habilidades socioemocionales e inteligencia artificial. También enumeró hitos como la creación del Centro Leonor Acevedo de Borges, el Programa PAIDEIA, la incorporación del ajedrez y del juego GO en escuelas, y la realización del Congreso Nacional de Alfabetización para supervisores.

En materia de niñez y familia, destacó la ampliación de la Prestación Alimentar (+137,5%), el aumento del 100% en la Asignación Universal por Hijo, la incorporación de 600.000 adolescentes a la AUH, el incremento del 500% en las Becas Primera Infancia y el aumento del 1100% en la prestación de los Primeros 1000 Días. También señaló la implementación de la Línea 134 para denuncias por coerción en marchas, la Línea 102 para prevención de violencia infantil y la nominalización de beneficiarios del ReNaCOM tras su disolución.
En el plano económico y social, Capital Humano afirmó que la pobreza se ubicó en 31,6%, “el nivel más bajo de los últimos siete años”, y aseguró que el salario medio real creció por encima de la inflación. Además, mencionó la “despolitización de los edificios públicos”, la creación del Sistema Integrado de Información Social, la promoción del empleo formal y el “primer lugar en el ranking de transparencia”, según la Dirección Nacional de Evaluación de Políticas de Transparencia.

El balance difundido por Capital Humano sintetizó así una narrativa oficial basada en orden fiscal, estabilidad social y articulación con el sector privado. En esa combinación, la cartera buscó encuadrar su desempeño de dos años dentro de una lógica empresarial trasladada al Estado: eficiencia, control, incentivos y resultados medibles. El Gobierno presentó esa visión no solo como un dispositivo administrativo sino como el corazón ideológico del proyecto que, desde 2023, intentó reconfigurar la relación entre políticas sociales, productividad y mercado laboral.













