Brasil llevó a cero los aranceles en alimentos y el Gobierno ya analiza qué impacto podría tener en el comercio
La administración de Jaír Bolsonaro anunció una quita unileteral y temporaria sobre productos básicos de la canasta alimentaria para contener la inflación. La Argentina mira con atención y se inquieta, más bien, por las rebajas impositivas en sectores de la industria.
El Gobierno comenzó inmediatamente a analizar el posible impacto que podría tener la reducción unilateral de aranceles a las importaciones dispuesta el miércoles por Brasil, en un intento de la administración de Jaír Bolsonaro por contener la inflación en alimentos, que golpea sobre todo a los sectores con ingresos más bajos.
Con una comunicación oficiosa a sus socios del Mercosur, primero, y una conferencia de prensa, más tarde, Brasil informpi que reduce a cero, hasta fin de año, los aranceles a las importaciones de carne vacuna y pollo, maíz, trigo, harina de trigo, artículos de panadería y otros farináceos. También, se aplijaron fuertes rebajas para las importaciones de varillas de acero e insumos de la industria agropecuaria, como ácido sulfúrico, clave para los fertilizantes, y determinado tipos de fungicidas.
A instancias del ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, los brasileños instrumentaron este jueves la reducción arancelaria a través de la inclusión de los mencionados productos en la Lista de Excepciones al Arancel Externo Común del Mercosur (Letec). Por lo tanto, la Argentina, Paraguay y Uruguay no tienen nada para objetar desde lo estrictamente normativo.
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No obstante, la decisión adoptada frente a una inflación anualizada por encima del 11% despertó incertidumbre entre los principales vecinos y socios comerciales. La reducción de aranceles nivela la cancha entre los Estados miembro del Mercosur y el resto de las economías con similar oferta exportable.
"Esto nos pone en una situación incómoda", graficó un funcionario extranjero, habituado a las negociaciones comerciales entre los cuatro países. "Argentina, Paraguay y Uruguay producen los bienes ahora sujetos a rebajas, y eso supone que vamos a tener que competir en igualdad de condiciones", sopesó este especialista.
Los productos cuyos aranceles bajan a cero son carnes bovinas deshuesadas (el arancel era de 10,8%); menudencias y comestibles de carne aviar (el impuesto era del 9%); harina de trigo (pagaba 10,8%), otros trigos y mezclas de trigo con centenro (pagaban 9%); galletitas, productos de panadería, pastelería y bizcochos (pagaban 16,2%), y maíz en grano (7,2%). En marzo, también se anunciaron rebajas al café, la margarina, quesos, fideos, azúcar y aceite de soja.
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Cautela en alimentos, atención en la industria
En el Gobierno reconocieron que la administración brasileña se comunicó con la embajada argentina, a cargo de Daniel Scioli, y anticipó el anuncio que se haría público más tarde.
El producto más importante que podría verse afectado por la mayor competitividad sería el trigo, el principal producto individualizado que la Argentina vende a Brasil. No obstante, desde el área económica de la Cancillería estimaron que la producción triguera ya está vendida y los embarques restantes no sentirán impacto alguno.
Los funcionarios consultados por El Cronista sostienen que "difícilmente Brasil se pueda abastecer de un trigo más barato que el argentino", por los costos logísticos que supone traerlo de otras latitudes. Tampoco ven complicaciones en las ventas de harinas, por el mismo motivo. "No estamos previendo un impacto significativo en las exportaciones", sentenció un cuadro técnico.
Dicho eso, al Gobierno sí le inquieta una política más generalizada de Brasil de rebajar los aranceles externos a los productos industriales, donde la Argentina tiene más intereses en juego.
Mediantre tres resoluciones, Brasil también rebajó a cero los impuestos de importación sobre autopartes sin producción nacional equivalente, equipos de informática y telecomunicaciones.
Ya en febrero, y con vistas a alentar el empleo, Bolsonaro emitió un decreto que redujo en hasta 25% el Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI), como una forma de "estimular la economía", ganar competitividad y propiciar la "reindustrialización" del país, todos alicientes a la producción local, en desmedro de las importaciones.
También, en diciembre de 2021 Brasil aplicó un recorte del 10% de los aranceles sobre 87% de las posiciones arancelarias del Mercosur, basándose en un tratado suscrito en 1980, antes de la creación de la unión aduanera. La medida fue entonces cuestionada y llevó a negociaciones con la Argentina para acordar excepciones y evitar impactos negativos.
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